El Municipio de Río Cuarto equilibró las cuentas pero con un fuerte ajuste en obras

En el primer trimestre del año pasado, el gobierno de Llamosas destinó 74,9 millones de pesos a inversiones en infraestructura. Este año, con una inflación del 50%, esa cifra bajó a 58,7 millones.

En el primer trimestre del año pasado, el gobierno de Llamosas destinó 74,9 millones de pesos a inversiones en infraestructura. Este año, con una inflación del 50%, esa cifra bajó a 58,7 millones. También recortó en sueldos.
El superávit que registró el Municipio en el primer trimestre del año, en medio de la recesión y la profunda crisis económica, estuvo motivado por dos causas centrales: un ajuste en las partidas destinadas a la obra pública y también en los sueldos que perciben los empleados municipales.

En su edición de ayer, este diario detalló que el gobierno de Juan Manuel Llamosas terminó el trimestre inicial del año con superávit primario y financiero y con un excedente de más de 5 millones de pesos.

El dato es positivo, en medio de la crisis. Pero dos consecuencias negativas se desprenden de ese logro: por un lado, la fuerte pérdida de poder adquisitivo de los empleados municipales, que cobraron entre enero y marzo apenas un 22,4 por ciento más que en igual período del año anterior. Con una inflación superior al 50 por ciento, esos asalariados perdieron poder de compra, lo que impacta no sólo en su calidad de vida sino en la circulación de dinero en el consumo diario en la ciudad.

Pero, fundamentalmente, hubo una acción de la gestión municipal que en medio de la crisis está justificada pero que tiene consecuencias en la infraestructura de la ciudad: hubo una profunda retracción en los fondos destinados a obras públicas y a inversiones de largo plazo.

El año pasado, los gastos de capital alcanzaron los 74,9 millones de pesos en el primer trimestre; en 2019, la cifra en ese rubro fue de apenas 58,6 millones de pesos. Es decir, hubo una caída nominal de 16,3 millones de pesos. En términos porcentuales es un ajuste del 21,8 por ciento. Sin embargo, la profundidad real es aún mayor porque hay que tener en cuenta que la construcción es uno de los rubros con mayor inflación, por encima del 60 por ciento interanual.

Por lo tanto, el poder real de compra de los 58,6 millones de pesos destinados en 2019 está considerablemente menguado con respecto a los 74,9 millones de pesos de 2018. Incluso si el gobierno hubiera mantenido la misma cifra de inversión hubiese existido un ajuste relevante; en las condiciones actuales, el recorte fue aún mayor.

Si la gestión municipal hubiera aplicado a las inversiones y a las obras de infraestructura el mismo incremento que registraron los gastos corrientes -los destinados al funcionamiento habitual del Estado- debería haber utilizado casi 37 millones de pesos más que el año pasado. Es decir, la partida debió llegar a los 111,8millones de pesos en vez de los 58,6 millones efectivamente dedicados a las obras.

El gobierno está apostando a disciplinar las cuentas en el primer tramo del año porque en noviembre se produce el primer vencimiento de la deuda colocada en dólares, que a la cotización actual alcanza los 168,5 millones de pesos pero que podría ascender considerablemente si el dólar llega a los niveles previstos por la cotización a futuro.

Fuetne: Puntal