El principio del fin de las jubilaciones privadas en Chile

La aprobación del proyecto de ley por ambas cámaras fue festejada por la oposición al gobierno de Piñera, cuyo hermando fue el ideólogo del sistema privado durante la dictadura de Pinochet.  

La aprobación del proyecto de ley por ambas cámaras fue festejada por la oposición al gobierno de Piñera, cuyo hermando fue el ideólogo del sistema privado durante la dictadura de Pinochet.

Juan Ignacio Latorre apenas podía contener su alegría. “¡Este es el fin de las AFP!”, exclamó,  antes de confirmar su voto a favor, el senador de RD (Revolución Democrática), partido opositor al gobierno de Sebastián Piñera. El miércoles a la noche el senado chileno aprobó un proyecto de ley que permite el retiro excepcional del 10 por ciento de los fondos aportados a las administradoras de jubilaciones privadas, conocidas aquí como Administradora de Fondos de Pensiones o AFPs. La votación virtual en ell senado arrojó un resultado de 29 votos a favor, 13 en contra y una abstención.

La opocisión celebró la aprobación de la ley como una conquista propia.  “El gobierno debe asumir que ha llegado tarde y mal. Las pensiones no son malas: son pésimas”, decía el senador socialista Juan Pablo Letelier (hijo de Orlando Letelier, ex canciller de Allende asesinado por orden de Pinochet en Washington en 1976) e incluso citó al semanario conservador The Economist: «el gobierno ha sido torpe para defender a los chilenos”.  Su par Jaime Quintana, del PPD (Partido Por la Democracia, sobreviviente de la extinta “Concertación” que logró el fin de la Dictadura), señaló: “Hoy estos dineros son más útiles en manos de las familias que en las bolsas de valores o en los bancos»

El miércoles pasado la cámara de diputados le había dado media sanción al proyecto por 95 votos favor, 36 en contra y 22 abstenciones. El proyecto de ley pasará mañana mismo a la cámara de diputados para consensuar modificaciones menores hechas por los senadores en una sesión especial programada para mañana jueves a las 10:00 y luego de trámite el proyecto será despachado al escritorio de Piñera para su promulgación.

El gobierno aún tiene el poder de vetar la ley o llevarla al tribunal constitucional en los próximos días. Piñera, con apenas un 16 por ciento de apoyo ciudadano , ha mantenido silencio al respecto, dejando que sus voceros especulen con la posibilidad.

El debate en el Congreso chileno se produce en medio de la crisis más severa experimentada por Chile desde el retorno a la Democracia y una pandemia con más de 12 mil muertos.

Chile es uno de los pocos países del mundo en el que el sistema previsional privado ha reemplazado al público. El creador del sistema de las AFPs en los años 70 fue justamente el hermano del presidente, José Piñera, ex ministro de Pinochet, quien, a pesar de la desconfianza del dictador logró que aceptara el cambio. Pero Pinochet dejó en pie un sistema de reparto para las Fuerzas Armadas y Carabineros, cuyos integrantes serían usados en octubre de 2019 para reprimir un estallido social paralizado por la pandemia.

LA DERECHA CITÓ A SALVADOR ALLENDE
En la sesión del miércoles también hubo momentos delirantes, como la performance teatral del senador de la UDI (Unión Demócrata Independiente), reconocido pinochetista y militante evangélico, Iván Moreira quien antes de confirmar su sorpresiva aprobación, citó al Dalai Lama: “hay que estar abierto a los cambios, pero firme en las convicciones” y luego a Sor Juana de la Cruz: “Yo, el peor de todos, reitero mi apoyo al proyecto”. Su compañera de partido, Ena Von Baer, ex ministra del primer gobierno de Piñera, citó a Salvador Allende: «(…) ante esta situación, no solamente vetó la ley del Congreso, sino que además acudió al Tribunal Constitucional para defender la institucionalidad. Espero que todos los que están votando hoy a favor de esta ley, recuerden este momento en el cual han roto la institucionalidad chilena”, dijo. La propia nieta del presidente, Maya Fernández, diputada socialista dijo en twitter: “Pobre Chicho” (sobrenombre de Allende)

Víctor Pérez, también UDI, aseguró: “La mayoría de las carreteras que tenemos en el país son con fondos de las AFP». El senador Felipe Kast, de EVOPOLI —teóricamente, un partido de renovación de la derecha chilena— acusó a las redes sociales y criticó la posibilidad de retirar el 10 por ciento: “»Lo que más me preocupa de lo que ha ocurrido en este proyecto es la fragilidad, la simpleza y por qué no decirlo, la violencia del debate».

“EL RESULTADO YA ESTÁ ESCRITO”
El gobierno de Piñera, ya asumiendo la derrota, dijo a través del ministro secretario de la General de la Presidencia, Claudio Alvado, que “el resultado de esta votación ya está escrito”, además defendió predeciblemente las medidas de Piñera —bonos, reparto de cajas con comida, préstamos— aunque sin reconocer que la discusión era estructural: un cambio del modelo económico heredado de la Dictadura. Y el Ministro de Hacienda, Hernán Briones, igual de resignado advirtió que el tema no es la AFP sino las pensiones, ya que se perderían 20 mil millones de dólares, equivalente a 2 años enteros de cotizaciones.

En la víspera del debate un helicóptero circuló por el centro de Santiago, como suele ser constumbre e incluso un manifestante fue detenido por carabineros por protestar contra Piñera desde el balcón de su casa, interrumpiendo una conferencia de prensa del alcalde de Santiago Felipe Alessandri y de Juan Sutil, presidente de la CPC (Confederación de la Producción y del Comercio), poderoso empresario a quien en las redes sociales se llama, medio en broma, medio en serio, “el auténtico presidente de Chile”.

Tras una demora, para decidir el quórum del proyecto (finalmente triunfó la opción de 3/5), el debate comenzó alrededor de las 14:00 con exposiciones de máximo ocho minutos de cada uno de los senadores.

Todo indica que hoy es más posible que nunca, el comienzo de la demolición de un sistema, promulgado por la Dictadura de Pinochet en noviembre de 1980 y que permitió la creación de instituciones privadas que invirtieran en el extranjero el dinero para la jubilación, depositado obligatoriamente por los trabajadores chilenos, sin hacerlos participar de estas ganancias, pero sí de las pérdidas.

Mientras aún se discutían algunas indicaciones al proyecto, en los edificios del centro de Santiago se escuchaban aplausos, gritos y hasta fuegos artificiales.

Fuente: Página 12