El viejo truco de la mudanza fiscal

El organismo investiga a grandes contribuyentes por supuestas mudanzas fraudulentas a Uruguay y Paraguay para no pagar impuestos.

El organismo investiga a grandes contribuyentes por supuestas mudanzas fraudulentas a Uruguay y Paraguay para no pagar impuestos.

La AFIP puso la lupa sobre un grupo de empresarios que mudaron su residencia fiscal a países limítrofes, ya que se presume que ese movimiento no se explica por un cambio de locación de su actividad económica principal sino solamente para pagar menos impuestos. “Nos preocupa esta situación, por lo que estamos haciendo un trabajo de fiscalización muy fuerte”, indicó la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont. El cambio de residencia con fines únicamente tributarios es un slogan que circula entre los empresarios especialmente a partir de la suba de impuestos para los sectores de más altos ingresos. Sin embargo, puede implicar una maniobra punible para el fisco.

“Advertimos que el año pasado aumentó enormemente la cantidad de personas que hicieron cambio de domicilio y los estamos evaluando, porque hay una serie de parámetros e indicadores para ver si eso tiene un objetivo genuino o no”, dijo Marcó del Pont en relación a las maniobras de “mudanza” fiscal, especialmente a Uruguay y Paraguay. “El año pasado fueron 17 las personas que hicieron un cambio de domicilio. Hasta ese momento, el ritmo era entre dos y tres como máximo, es decir que hubo un salto importante”, agregó.

Más allá del cariño y aparente cercanía de Punta del Este, destino preferido de la plata de los argentinos de alto poder adquisitivo que buscan eludir al fisco nacional, el trámite para cambiar el domicilio fiscal exige sortear varios escollos. Los especialistas advierten que un requisito es la pérdida de residencia en la Argentina, que se logra al obtener la residencia permanente en otro país. Para ello, es un paso ineludible que durante doce meses se esté presente en la Argentina no más de 90 días. Pero, además, el fisco argentino también tiene en cuenta cuál es el lugar en donde se desarrollan las principales actividades económicas del contribuyente. Este último criterio se denomina “centro de intereses vitales”, es decir, el núcleo de la actividad económica.

Si el contribuyente declara haber cambiado de residencia fiscal pero la AFIP, luego del análisis que menciona Marcó del Pont, le deniega el trámite, la situación sería de doble residencia fiscal, que implica en los hechos una doble tributación.

Uno de los principales cambios que la ley de solidaridad y reactivación productiva produjo en el impuesto a los Bienes Personales es la alícuota incrementada para los activos radicados en el exterior. Se aplica un 0,10 por ciento para bienes menores a 3 millones de pesos, 0,22 por ciento para bienes entre 3 y 6,5 millones, 0,40 por ciento entre 6,5 y 18 millones y 0,50 por ciento para activos mayores a 18 millones. También hay beneficios para la repatriación del capital.

En este contexto, los empresarios argentinos se deleitaron al escuchar al presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou, que promocionó la radicación de contribuyentes en su país a partir de incentivos fiscales. De todas formas, los números que dio Marcó del Pont sobre los 17 argentinos investigados por cambio de domicilio son todavía muy modestos en relación a la cantidad total de grandes contribuyentes.

Fuente: Página 12