En Bariloche las mujeres ganan menos dinero que los hombres en hostels y restaurantes

En relación a lo que publica Silva Évora, las tareas de limpieza son las más realizadas por las mujeres trabajadoras del Alto de Bariloche.

La diferencia entre los trabajos así como los salarios percibidos entre hombres y mujeres queda en evidencia en la investigación que integra la tesis de Maestría de Estudios de las Mujeres y de Género de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue a cargo de la licenciada en Economía Mariana da Silva Évora.

En relación a lo que publica Silva Évora, las tareas de limpieza son las más realizadas por las mujeres trabajadoras del Alto de Bariloche.

Las mujeres de clases populares que trabajan en restaurantes y hoteles de Bariloche se concentran en las categorías menos remuneradas de la escala salarial. En junio pasado, el sueldo promedio de la categoría más baja era de $213.593, y el de la categoría más alta $298.339. Además, entre las mucamas, por ejemplo, hay una amplia brecha entre hoteles cinco estrellas y otros establecimientos.

El dato surge de un estudio de campo con entrevistas a cincuenta mujeres de entre 23 y 57 años que viven en los barrios Omega, 134 Viviendas, Nahuel Hue, Cooperativa 258, Maitén, Pilar I y II, 106 Viviendas y Malvinas.

Las entrevistas realizadas por Da Silva Évora revelan que el 54,3% de las trabajadoras desarrolló alguna vez tareas de mucama, el 23,9% de bachera, el 27,1% de cocinera y el 17,4% de moza. Menos del 6% realizó tareas mejor remuneradas propias de categorías más altas.

La cantidad de horas trabajadas por semana muestra la estacionalidad y empleos de baja calidad.
En diálogo con el medio Al Margen, Évora relató: «La mayoría de trabajos relacionados a la provisión de servicios de cuidados generados por este sector son ocupados por mujeres, cuidados similares a los que realizan en sus hogares también con prácticas de (auto) explotación, extrapolando ese rol de reproducción cotidiano al mercado laboral».

«Si bien el sector turístico genera más oportunidades laborales que otros rubros, ya que es intensivo en mano de obra, las condiciones de los empleos para las mujeres son peores que para los varones, evidenciando la brecha de género en este segmento del mercado laboral», apunta Da Silva Évora. «Por supuesto, esto no es casual, sino que tiene su correlato en la desigual distribución de los cuidados, y la falta de políticas públicas integrales que promuevan la corresponsabilidad entre actores y la posibilidad de articular los proyectos de la vida familiar y laboral. Estas trabajadoras que cumplen una doble o triple jornada laboral, absorben un costo adicional, ya que tienen que resolver en forma privada o comunitaria los cuidados, puesto que la mercantilización de los mismos es excluyente».

Fuente: Cordillerano