En Córdoba, dos planes exitosos para sacar carros y caballos de las calles
17/05/2014 MUNICIPIOSEn Río Cuarto,hace tres años comenzó el reemplazo de caballos por “zoótropos”. En América, Bogotá es un modelo por seguir: entregó vehículos y relanzó a los carreros.
Por Denise Audrito
“Hemos progresado muchísimo. Con el caballo hacíamos un solo viaje para no forzar mucho al animal. Desde que tenemos la moto, nos cambió el ciento por ciento. Hacemos más cargas, tenemos más contacto con la gente. Antes nos corrían, ahora nos piden el teléfono para que les pasemos a retirar los cartones”, relata Lidia De Gatto, una de las excartoneras que maneja un zoótropo en Río Cuarto.
En 2006, luego de un censo que relevó la situación de los carreros en la ciudad, la municipalidad y el colegio Leonardo Da Vinci impulsaron la idea de reemplazar los vehículos de tracción a sangre por motos de carga, “zoótropos”, diseñados por ese establecimiento educativo. El “programa de recuperadores urbanos” abrió un proceso que le cambió la vida a 22 familias, que va camino a convertirse en política de Estado.
El primer censo indicó que había 120 carros de tracción a sangre y unos 40 que ingresaban al centro. Se desarrolló un proyecto que terminó con la creación de tres cooperativas de trabajo (60 personas) que hoy funcionan y se encargan de limpiar las costas del río y del mantenimiento de espacios verdes.
Entre los que eligieron continuar con la recolección de cartones se entregaron las primeras motos en 2010. “Lo que se hizo no fue sólo intentar evitar que los carros con caballos entren al microcentro, sino formalizar la actividad laboral de los recolectores urbanos, mejorar sus condiciones de vida, de trabajo y de ingresos”, explica Gonzalo Parodi, subsecretario de Desarrollo Social.
“Ganan más, y en mejores condiciones de salud”
Gonzalo Parodi, subsecretario de Desarrollo Social, asegura que se produjo un “triángulo virtuoso” en Río Cuarto.
«Los recuperadores urbanos triplican el ingreso porque el recorrido que hacen es mayor, ganan más en mejores condiciones de salud, de reconocimiento al trabajo; el tránsito del microcentro se ha vuelto más armónico, no se generan molestias, se les enseñó donde estacionar, tienen seguro, van con casco y se da el cuidado del animal, que también es muy importante para nosotros”, sostuvo.
El funcionario expresó: “No se trata sólo de entregar la moto. Tuvimos que asegurar un acompañamiento social y una capacitación permanente. Llevó muchos años, no hubo un ordenamiento por la fuerza, y el resultado a mediano plazo lo marca el lazo de confianza que hay con los recuperadores urbanos. Al principio no había tanta aceptación, luego entendieron que nuestro objetivo no era sólo sacarlos del microcentro sino mejorarles realmente las condiciones de salud, de trabajo, de vida”.
Indicó que el municipio firmó un convenio con 75 instituciones públicas y privadas que entregan el papel al recuperador de cada sector y luego todos acopian y venden en conjunto, sin intermediarios. Cada dos meses mandan un camión a la papelera. En mayo reunieron 18 toneladas. “Tuvimos que trabajar para que se comprenda lo que significaba esperar un mes para vender el papel pero ganar el doble. El proyecto implicó un cambio cultural. Va por buen camino y se ha consolidado”, expresó el subsecretario.
El primer zoótropo fue diseñado por el colegio Da Vinci, aunque actualmente los compran a una fábrica de Laboulaye.