En el Conurbano, los alimentos aumentaron un 10 por ciento en agosto
En los almacenes y autoservicios del Conurbano bonaerense, el precio de los alimentos aumentó en agosto entre el 8 y 10 por ciento, según dos mediciones realizadas por organizaciones sociales.
11/09/2019 MUNICIPIOSEn los almacenes y autoservicios del Conurbano bonaerense, el precio de los alimentos aumentó en agosto entre el 8 y 10 por ciento, según dos mediciones realizadas por organizaciones sociales. Los relevamientos muestran que la quita del IVA sobre la canasta básica no alcanzó para amortiguar la inflación, que se hace sentir más en los pequeños comercios que abastecen a los hogares de menores ingresos. Entre los productos con subas más altas están los lácteos, la yerba, la cebolla y los cortes de carne baratos, como el espinazo y la carnaza.
Las mediciones fueron realizadas por el Isepci y Somos Barrios de Pie, que elabora un Indice Barrial de Precios. De acuerdo al Isepci, en el último mes la canasta alimentaria aumentó el 10,06 por ciento. Así, una familia formada por dos adultos y dos niños, que en julio necesitaba para su alimentación 11.923 pesos, en agosto pasó a requerir de 13.122 para cubrir lo mismo, esto es 1200 pesos más.
Por su parte, Somos Barrios de Pie encontró en su IBP de agosto un aumento de precios del 8,40 por ciento.
Ambos registros tienen la particularidad de que son tomados en asentamientos y barrios populares. Es decir que siguen los precios de pequeños almacenes -que en general funcionan en viviendas de los propios vecinos-, supermercados chinos y algún que otro local de cadenas como Día. En el mismo circuito entran carnicerías y verdulerías. El Isepci verifica precios en 320 comercios y el IBP tiene una base de 615 locales en 20 municipios del Gran Buenos Aires.
“Nosotros venimos midiendo precios desde hace años en los barrios del conurbano y vemos que las subas del dólar impactan muy rápido en los precios”, explicó Isaac Rudnik, del Isepci. “Lo que sucede es que el almacenero hace sus compras en las cadenas mayoristas, donde va una o dos veces por semana, para aprovisionarse en cantidades chicas. La devaluación impacta de inmediato porque el almacenero tiene que tratar de adelantarse al aumento que va a encontrar cuando vaya a reponer mercadería. Por ejemplo, en la devaluación de diciembre de 2015, cuando asumió Macri, registramos ese mismo mes un aumento del 11 por ciento en los alimentos, que después en enero se amortiguó un poco y luego continuó con saltos del 3 o 4 por ciento todos los meses”.
Marcelo Maqueda, del IBP de Somos Barrios de Pie, coincidió en que en los locales que abastecen a villas, asentamientos y barrios populares los precios “no sólo no han bajado, sino que continúan en espiral ascendente, con un aumento del 8,4 por ciento en agosto. El Gobierno tomó una medida que venimos pidiendo hace años, como es la quita del IVA, pero la ejecutó mal. Hay un marcado desconocimiento de la coyuntura barrial, del día a día de la gente y de la situación del comerciante de barrio”.
Las consultoras Nielsen y Ecolatina registraron que en la última semana de agosto la quita del IVA ayudó a desacelerar los precios y reactivar el consumo en los supermercados. Sin embargo, en el circuito de almacenes que abastecen a los hogares de menores ingresos, donde la informalidad es mucho mayor, las medidas destinadas a atenuar la inflación no lograron iguales resultados.
De acuerdo al IBP, a raíz de la devaluación los tres rubros de la Canasta Básica Alimentaria aumentaron de manera sincronizada: almacén (8,91 por ciento), verdulería (8,88) y carnicería (7,29).
“La suba fue directa y transversal a todos los productos de la Canasta. Y como suele ocurrir, hubo muchos que aumentaron por encima de la media, como la cebolla (61,29 por ciento) y la banana (20 por ciento), la yerba (15,38) y azúcar (14,29) en el rubro almacén, mientras que en xarnicería aumentaron más los cortes más baratos, como el espinazo (15,79), la carnaza común (12,5) y el pollo (12,5).
Los movimientos están reclamando al Gobierno que refuerce las partidas de los comedores escolares y populares, que sufrieron la inflación -por la que tienen menos insumos- y una mayor demanda, ya que el número de familias que se acerca a pedir comida sigue en aumento. Con este pedido, la semana pasada hubo una movilización frente al Congreso -para que trate los proyectos de ley de emergencia alimentaria- y un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social. Esas protestas podrían continuar esta semana, si el Gobierno presenta una respuesta.