Estupor en Venezuela ante la orden del presidente Maduro de retirar billetes

La imprevista decisión del presidente de sacar de circulación los de 100 bolívares en 72 horas dejará al país sin la mitad de su circulante

La imprevista decisión del presidente de sacar de circulación los de 100 bolívares en 72 horas dejará al país sin la mitad de su circulante

La incertidumbre se expandía ayer en Venezuela, al día siguiente de que el presidente Nicolás Maduro mediante decreto de emergencia ordenara la salida de circulación del billete de 100 bolívares, el de mayor valor en apenas 72 horas. Ese billete representa el 48 por ciento del dinero circulante y pese a ser el de mayor denominación, sólo sirve usado por docenas para comprar bienes básicos, como harina, azúcar y pasta. La medida, decidida por Maduro como respuesta a un presunto complot internacional, podría profundizar aún más la ya desesperante crisis económica que vive Venezuela. Además, Maduro sumó el cierre de la frontera con Colombia, foco de la presunto conspiración, pero que es utilizada como gran amortiguador de la escasez de bienes, en especial de alimentos. Maduro dio 72 horas para cambiar los billetes de 100 por nuevas monedas de ese valor, algo que resulta casi imposible. Luego, el Banco Central de Venezuela (BCV) tendría otros 10 días para continuar el cambio. Eso sí, con la presencia del servicio secreto, según ordenó Maduro.

Con carteles en los que se leía «Sólo se recibe billetes de 100 bolívares hasta mañana», muchos comercios recibieron a sus clientes presurosos, que salieron a realizar sus compras habituales cargados de decenas de estos billetes. Ocurre que por la inflación galopante, el billete de máxima denominación, precisamente el de 100 bolívares, no cubre el valor de casi ningún bien, por modesto que sea. El kilo de azúcar supera los 6.000 bolívares, es decir, los 60 billetes. «Hoy se han visto más billetes de 100. La gente está desesperada por salir de los billetes grandes», contó Eduardo Camargo, un vendedor callejero de jugos, mientras contaba un gran fajo de billetes de 100 bolívares. Camargo cree que el gobierno debió fijar un plazo más largo para sacar de circulación este papel moneda y esperar a que saliera la nueva denominación de 500 bolívares, que se espera a partir del 15 de diciembre, según anunció el presidente del Banco Central de Venezuela el pasado 7 de diciembre. Junto con ese nuevo billete deben llegar nuevos de 5.000, 10.000 y hasta 20.000 bolívares, lo que da una idea de la inflación reinante en Venezuela. Esta desvalorización se da pese a que en 2008 se decretó la creación del «bolívar fuerte», que consistió en quitar tres ceros a la anterior moneda, ya dañada por la inflación. Pero la entrada en circulación de los nuevos billetes será inevitablemente lenta, y es claramente imposible sustituir en 72 horas millones de billetes de 100 bolívares y además poner en circulación otros de mayor valor.

Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, advirtió que la medida podría hacer colapsar todo el sistema de pagos. Además permitiría al gobierno «avanzar en un esquema de mayor control». El especialista recordó que con la llamada «reconversión monetaria» de 2008 —que consistió en quitar tres ceros a la moneda y llamarla «bolívar fuerte»— y la entonces nueva familia de billetes se convivió durante un año con la anterior moneda. Por esto, el Banco Central de Venezuela (BCV) no tiene capacidad operativa para recibir la cantidad de personas que acudirá a cambiar «lo poquito que tienen en efectivo». Aseguró que el billete de 100 es el más utilizado y que el 48 por ciento de los billetes en circulación son de dicha denominación, lo que representa el 67 por ciento del valor del efectivo circulante. «¿Cómo vas a pretender retirar el billete más usado en tres días? Yo no sé que le dijeron al presidente, es algo difícil de entender y sobre todo de justificar», concluyó.

Complot internacional

Maduro denunció el domingo un complot para dejar a Venezuela sin billetes de 100 bolívares. Se los extraería a través de la frontera con Colombia, que ordenó cerrar por segunda vez en un año. Esa frontera es muy activa y resulta vital para muchos venezolanos, que gracias a ella pueden comprar los alimentos que escasean en Venezuela. Además, los precios son más bajos. Pero Maduro detectó en ese movimiento una conspiración. Los venezolanos pagan en Colombia con bolívares venezolanos al cambio del momento. Tal vez esto haya generado una acumulación de billetes venezolanos en las ciudades fronterizas de Colombia. Para Maduro es prueba de un complot, que además se extendería, dijo, a Alemania y Ucrania.Mientras, la inflación cerrará 2016 por encima de 500 por ciento, superando holgadamente el récord de 2015, que fue de 215 por ciento (aunque el gobierno reconoció «sólo» un 180 por ciento).

Fuente: La Capital Rosario