Estuvieron todos

En una política tan hinchada de palabras como la política argentina, los datos duros terminan ganando prestigio. Es lo que ocurre con el índice de inflación elaborado por el Instituto Estadístico de los Trabajadores de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo.

En una política tan hinchada de palabras como la política argentina, los datos duros terminan ganando prestigio. Es lo que ocurre con el índice de inflación elaborado por el Instituto Estadístico de los Trabajadores de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo. En julio de 2016 la UMET comenzó a elaborar un índice específico de los trabajadores registrados cuya consistencia teórica nunca fue cuestionada. Ayer el informe con la octava medición se convirtió en un acto de amplitud infrecuente.

La primera señal de alerta corrió por cuenta de Nicolás Trotta, el rector de la UMET. “Con esta proyección del 32 por ciento parece difícil alcanzar el 17 por ciento que estableció el Gobierno para 2017”, dijo. El IET depende del Centro de Innovación de los Trabajadores, una construcción académica con participación del Conicet.

Miembro destacado de la foto heterogénea de ayer en el quinto piso de la CGT fue Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT. “La caída industrial es el comienzo de un dominó que nos va a llevar a una caída de la calidad de vida”, dijo Daer. Y advirtió: “No vamos a permitir que nos embreten en una negociación salarial donde el Estado se meta para anclar la inflación mediante la baja de la actividad económica.”

Hugo Yasky, secretario general de una de las dos CTA, dijo que “si logramos mantener el salario será más difícil que el Gobierno pueda avanzar sobre los convenios”.

Sergio Palazzo es secretario general de los bancarios. Su gremio integra la Corriente Federal de los Trabajadores. La CFT integra la CGT pero por diferencias con la conducción sus miembros no forman parte del consejo directivo. Dijo Palazzo sobre el Gobierno y el dólar atrasado que “está ocultando una devaluación para después de las elecciones”. Llamó a garantizar “una enorme, fabulosa y monumental marcha el 7 de marzo que haga ver el desacuerdo de los trabajadores”.

Sonia Alesso, la secretaria general de la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, refirmó que “los docentes marchan en conjunto” frente a las negociaciones salariales en las provincias. En las primeras filas la escuchaba Roberto Baradel, del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires. Baradel afronta una discusión con la gobernadora María Eugenia Vidal, que propone un 18 por ciento de aumento en tres cuotas contra el 35 que sugiere el SUTBA. El dirigente sindical encara estos días otro desafío adicional: vivir en medio de amenazas contra él y contra su familia.

El último orador fue Rodolfo Daer, dirigente del gremio de la industria de la alimentación y secretario de Industria de la CGT. “Queremos trabajo y estabilidad y vamos a marchar masivamente el 7 de marzo.”

El debate docente es el primer eje inmediato de la pulseada social. La marcha del 7, el segundo. Para la segunda quincena de marzo está previsto el paro general. Un 2017 movido.

Por Martin Granovsky

Fuente: Página 12