Festival de aumentos de fin de año

Los supermercados confirman que las grandes empresas de consumo masivo aplicaron aumentos del orden del 5 por ciento en promedio en alimentos y bebidas y artículos de limpieza.

Los supermercados confirman que las grandes empresas de consumo masivo aplicaron aumentos del orden del 5 por ciento en promedio en alimentos y bebidas y artículos de limpieza.

A pesar de la estabilidad cambiaria y de la política monetaria de tasas de interés exorbitantes, se espera que la inflación de diciembre frente a noviembre esté entre el 2,5 y el 3,0 por ciento y que en los próximos meses se mantenga elevada. El incremento de la nafta, las tarifas de luz y gas, la cuota de las prepagas, servicio doméstico y la puja distributiva en un mes tradicionalmente caliente en materia de precios son los elementos que explican la tendencia inflacionaria alcista. Los supermercados confirman que las grandes empresas del sector de consumo masivo vienen aplicando desde hace una semana aumentos del orden del 5 por ciento en promedio en alimentos y bebidas y artículos de limpieza, entre otros.

La expectativa es que la inflación termine el año en el orden del 24/25 por ciento, entre siete y ocho puntos por encima del tope de la meta oficial definida por el Banco Central. La inflación de este año representa una baja frente a la suba de precios del 41 por ciento del 2016 que se disparó a partir del combo de devaluación, quita de retenciones y tarifazo en los servicios públicos. Sin embargo, el dato inflacionario de 2017 está en la misma línea o incluso por encima de la dinámica de precios que se verificó durante el Gobierno anterior. “En mi gobierno la inflación no va a ser un problema”, dijo Mauricio Macri en su campaña presidencial. La estrategia de recorte de subsidios y suba de las tasas no mejoró el desempeño inflacionario sino que recortó poder adquisitivo en los hogares de ingresos bajos y medios y generó un fabuloso negocio financiero. La nueva apuesta del Gobierno es el recorte de la fórmula de movilidad jubilatoria, con lo que espera reducir el ritmo del gasto público y mejorar el resultado fiscal. Además de la poda de capacidad adquisitiva de los jubilados, esa medida implica la contención de la demanda interna.

El avance de precios en noviembre fue de alrededor del 1,3 por ciento, con lo cual la inflación acumulada quedó por arriba del 21 por ciento. Para diciembre, se espera que los precios se aceleren fuertemente. El primer factor de suba de precios este mes es el impacto del incremento en la electricidad y el gas según lo dispuesto por el Ministerio de Energía. El aumento de la luz quedará desdoblado en dos etapas (19 por ciento promedio en diciembre y 12 por ciento más en febrero), mientras que la suba del gas es del 45 por ciento. Las naftas, por su parte, subieron un 6 por ciento, al igual que las cuotas de las empresas de medicina prepaga. Al incorporar la suba del salario de referencia para los empleados domésticos, “la inflación, antes empezar a medir, está en 2,2 por ciento en diciembre”, indica el informe de la consultora EcoGo, que dirige Marina Dal Pogetto. En tanto, Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando J. Ferreres, dijo que “la inflación de diciembre será de entre 2,5 y 3,0 por ciento, la más alta del año, por la suba de las naftas, las tarifas de luz y gas y prepagas más el efecto que habrá en el precio en góndolas”.

Sobre el aumento de esos precios mencionados aparecen las remarcaciones de las grandes empresas de consumo masivo. Fuentes del supermercadismo confirmaron a este diario que las empresas Arcor, Coca-Cola, Molinos y Procter & Gamble aplicaron subas de un promedio del 5 por ciento, que tienen impacto en el bolsillo y encadenan aumentos en la competencia. En consecuencia, se espera que la inflación de diciembre en el Area Metropolitana de Buenos Aires puede llegar al 3,0 por ciento. Ese número puede ser algo inferior en el resto del país, en donde tiene menor impacto la modificación en las tarifas de luz y gas.

El complejo escenario inflacionario se verifica a pesar del ancla cambiaria que utiliza el Gobierno a partir de la estabilidad relativa de la cotización del dólar en relación a la inflación. La política cambiaria se sustenta en el enorme ingreso de dólares por la toma de deuda y los capitales golondrina que aprovechan las altas tasas de interés del BCRA. Otro factor que jugó a favor de los precios este año es el congelamiento del transporte público. En este rubro se esperan aumentos en los primeros meses de 2018, lo que tendrá fuerte impacto en el bolsillo.

Fuente: Página 12