Frente al caos político-económico

En momentos en que el Gobierno cumple órdenes de los poderes mundiales y ataca la democracia, destruye el sistema constitucional, arrasa las instituciones y pone irresponsablemente en peligro la paz en la República, El Manifiesto Argentino sostiene una vez más que para defenderla es necesario transformarla.

En momentos en que el Gobierno cumple órdenes de los poderes mundiales y ataca la democracia, destruye el sistema constitucional, arrasa las instituciones y pone irresponsablemente en peligro la paz en la República, El Manifiesto Argentino sostiene una vez más que para defenderla es necesario transformarla.

El gobierno de Mauricio Macri mintió hacia adentro y hacia afuera, y ahora que la burbuja estalla, su plan económico muestra la real dimensión del daño que produce. El pedido de un préstamo stand-by al FMI significa entregar parte sustancial de la soberanía al capital financiero y el poder en el mundo y aceptar que impongan “condiciones”, que no son otra cosa que órdenes de achique, disminución de salarios y ajustes uno tras otro para pagar la deuda que ellos mismos contrajeron y contraen. El FMI no es un órgano que presta dinero para que alguna vez paguemos, sino para que sigamos sometidos a órdenes de ajustes y modificaciones de derechos económico-sociales logrados en décadas de lucha.

El pueblo argentino necesita volver a creer en un futuro de paz, justicia, pan, tierra, trabajo, vivienda, educación y salud que recoloque a nuestro país en el sendero del sueño de los fundadores de la Patria –San Martín, Belgrano, Güemes, Moreno- para llevar adelante con alegría, esperanza y firmeza un programa de transformaciones como proponen El Manifiesto Argentino y otras fuerzas políticas, partidos, movimientos y colectivos.

Es cierto que el gobierno actual fue consagrado desde la legalidad electoral, pero no fueron elegidos para esto. No para la destrucción del presente ni de los sueños del pueblo. No para el desguace y privatización de la educación, la salud y la previsión social. No para degradar los Derechos Humanos. No para acabar con el sistema productivo industrial y exportador. No para convertirnos en manada consumista de productos importados. No para desnacionalizar el territorio nacional. No para entregar nuestra soberanía en todos los órdenes. No para boicotear la causa común latinoamericana. No para reorganizar un Estado represivo que considera al pueblo su enemigo y pone en riesgo la paz. No para tener una veintena de presos políticos. No para que del Presidente para abajo conviertan a nuestra Argentina en una factoría de fondos clandestinos que amarrocan en cuentas secretas en cuevas de evasión fiscal llamadas “paraísos”.

El Manifiesto Argentino considera necesario y urgente marchar hacia la unidad del campo nacional y popular, y en consecuencia convoca a todas las fuerzas democráticas a dejar de lado diferencias para avanzar juntos –con nuestro pueblo– hacia una reorganización democrática que contemple la democracia participativa y formas que aseguren la soberanía popular. Ésa es la tarea prioritaria, y 2019 debe ser mucho más que un nuevo turno electoral para la derrota democrática de la derecha. Debe ser el año del nacimiento de una nueva República, una Nueva Democracia basada en la participación del pueblo. Y debe ser el año de una Asamblea Constituyente de origen popular, abierta y sin condicionamientos, que discuta y apruebe una nueva Constitución Nacional, que es nuestra propuesta desde hace años.

El Manifiesto Argentino reafirma que la crisis actual no es económica solamente. Es política. Y de la mala política sólo se sale con más y mejor política. Por eso convocamos a todas las fuerzas y expresiones populares a marchar juntos y con la máxima amplitud para redemocratizar al país, blindar todos los derechos para asegurar su cumplimiento, y rearmar y fortalecer los sistemas productivo, educativo, de salud, jubilatorio y tecnológico.

Pero es claro que no basta con derrotar en las urnas a Macri, Vidal y sus elencos. Hay que derrotar al neoliberalismo en todas sus expresiones, lo cual El Manifiesto Argentino visualiza como imposible sin la unidad del campo nacional y popular y sus expresiones e instrumentos políticos.

El gobierno actual, desde el primer minuto, basa su perversa estrategia en dividir a la oposición y al campo popular. La llamada “grieta”, que inventaron y alimentan como sistema de odio social, le sigue siendo funcional. El poder real que somete a la Argentina le exige a Macri el trabajo sucio de asegurar la enorme transferencia de riqueza y más cambios estructurales. Por eso ante la cada vez más evidente imposibilidad de reelegirse en 2019, buscan otros exponentes de la derecha para garantizarse la continuidad del proyecto neoliberal.

El Manifiesto Argentino reitera el llamado a una Confluencia Nacional y Popular para triunfar en 2019 y recuperar al país del desastre. Pero esa Confluencia no es sólo un acuerdo de partidos sino que debe ser el factor de unión de corrientes, movimientos sociales, agrupaciones, colectivos de producción y/o de géneros, organizaciones obreras, estudiantiles y de intelectuales, de desocupados y empresariales. Es necesario construir un movimiento que una a millones de compatriotas que no se sienten representados por las estructuras actuales del campo nacional y popular. Un espacio político que respetando identidades políticas, ideológicas, culturales, étnicas, regionales y laborales pueda ser el actor político que falta. Y que es necesario para lograr la unidad de todas las fuerzas populares y nacionales, y para crear este movimiento político partiendo de la urgente elaboración de un “Programa de Recuperación Nacional”, firmado por todos los comprometidos con la causa nacional y popular.

El Manifiesto Argentino propone su Ideario como base de análisis y discusión, el que ya circula por toda la República y cuyos ejes fundamentales son:

1 Nueva Democracia Política que privilegie el surgimiento del poder democrático del pueblo, con un nuevo pacto social traducido en una nueva Constitución, que sustituya el sistema meramente representativo por uno participativo. La transparencia, la revocabilidad de mandatos, la prohibición de funcionarios con cuentas en guaridas fiscales, la igualdad en las campañas electorales, la desmonopolización del sistema comunicacional, el voto manual que asegura el control popular, son esenciales para asegurar la soberanía popular.

2 Nueva Democracia Social partiendo del principio de igualdad: a igual trabajo, igual remuneración y sin distinción de géneros; garantía social y estatal del trabajo; sistemas públicos de salud, educación y previsión social.

3 Nueva Democracia Económica que revierta la mayoría de las leyes aprobadas en 29 meses, que conciben la gobernabilidad como garantía de concentración de la riqueza. La Nueva Democracia es esencialmente antimonopólica y alienta la promoción, protección y reconocimiento a las micro-pymes; a los auténticos productores del campo que sí deben ser subsidiados para favorecer el arraigo y abaratar la producción; a las empresas nacionales para consumo interno y exportación controlada, garantizando la limpieza del comercio exterior; y al cooperativismo, empresas recuperadas y múltiples formas de la economía social. Y todo ello con fuertes controles y políticas públicas de transparencia como nunca tuvo nuestro país.

4 Nueva Democracia con igualdad de género y orígenes étnicos para acabar con la utilización del patriarcado como forma de dominación. La Nueva Democracia es feminista en el sentido del pleno derecho a las luchas por la igualdad de géneros y la liberación de toda la sociedad y se basa en el respeto a la diversidad.

5 Nueva Democracia ambiental, porque partimos de una idea del desarrollo distinta del modelo depredador y extractivista de los países poderosos y cuyo sistema de producción y ganancias desmedidas es responsable del deterioro ambiental. La catástrofe climática no es un capricho de la Naturaleza. Es producto de la ambición ilimitada de las grandes corporaciones.

El Manifiesto Argentino convoca a organizarse y hacer militancia por estas ideas, en el camino hacia el “Programa de Recuperación Nacional” que proponemos, arrimando a esta herramienta necesaria a todos los sectores comprometidos con la causa nacional y popular.

Fuente: Página 12