Fuerte represión policial contra manifestantes frente a Congreso de Brasil
La policía se enfrentó ayer a manifestantes en la capital de Brasil durante una protesta afuera de la sede del Congreso mientras los legisladores consideraban una iniciativa de ley que ha indignado a algunos brasileños.
30/11/2016 EL MUNDOLa policía se enfrentó ayer a manifestantes en la capital de Brasil durante una protesta afuera de la sede del Congreso mientras los legisladores consideraban una iniciativa de ley que ha indignado a algunos brasileños.
Temer pretende ajustar
La oposición de Brasil cuestiona el límite al gasto propuesto propuesto por Temer ya que afectará a la educación y a los servicios de salud. Para hacer el proyecto de ley más aceptable, Temer propuso retrasar los recortes a esos sectores por un año.
La protesta también estuvo dirigida contra los legisladores que buscan una amnistía para los congresistas que recibieron sobornos en un enorme escándalo de corrupción en torno a la petrolera controlada por el Estado Petrobras.
Se espera que el Senado realice la primera votación sobre el límite al gasto público más tarde el martes. Si la medida supera una votación final el 13 de diciembre, limitaría el aumento del gasto a la tasa de inflación del año previo por hasta 20 años.
La policía lanzó gas lacrimógeno para tratar de ahuyentar a los manifestantes, quienes volcaron automóviles y rompieron escaparates de negocios.
Miles de personas se unieron a la manifestación realizada por la tarde en Brasilia mientras los senadores planeaban votar sobre una iniciativa de ley para recortar el gasto de gobierno. La Cámara de Diputados estaba considerando una controvertida ley anticorrupción.
Brasil tiene la economía más grande de Latinoamérica y está teniendo dificultades con su peor recesión en décadas.
La protesta ocurrió en el mismo día en que la nación se enteró que casi todo un equipo de fútbol brasileño murió al caer en Colombia el avión en que viajaba. El presidente Michel Temer declaró tres días de luto nacional, pero ambas cámaras del Congreso decidieron sesionar.
Según estimaciones de la Secretaría de Seguridad del Distrito Federal, unas 10.000 personas participaron en la protesta contra un proyecto de enmienda constitucional que pretende congelar los gastos públicos durante 20 años.
Algunos manifestantes, identificados con la izquierda y los movimientos estudiantiles, ingresaron al espejo de agua frente a la entrada principal del Congreso y volcaron un vehículo, antes de ser dispersados por una lluvia de gases lacrimógenos, indicaron periodistas de la AFP.
Pero los participantes en la marcha resistieron las cargas policiales erigiendo barricadas a lo largo de la explanada de los ministerios, donde quemaron varios vehículos estacionados. En los enfrentamientos, destrozaron los vidrios de varios ministerios y realizaron pintadas en sus muros.
El gobierno conservador de Michel Temer considera que la limitación del gasto público es una medida esencial para impedir la «quiebra» del país, que cerrará 2016 con su segundo año consecutivo en recesión.
La oposición ve en cambio en esa iniciativa una amenaza de degradación aún mayor de los ya empobrecidos sectores de salud y educación.
«Espero que los senadores, antes de apretar el botón, consigan pensar un poco en lo que está sucediendo aquí», dijo a la AFP un manifestante, Gabriel Siqueira, de 21 años.
«Soy estudiante de economía, soy becario, pero las becas ya están siendo cortadas. Quiero formarme, hacer una maestría, pero es cada vez más difícil estudiar porque ellos están aprobando ese tipo de cosas», agregó, señalando hacia el Congreso.
Antes de que se iniciaran los disturbios, los participantes coreaban «Fuera Temer», quien llegó al poder tras la destitución este año de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas.
La reforma constitucional debería ser aprobada este martes con una confortable mayoría en primera lectura en el Senado.
Un diputado del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Zé Geraldo, entró al plenario donde se debatía un paquete de medidas contra la corrupción para avisar a sus colegas que en los alrededores del palacio legislativo se había desencadenado «una verdadera guerra».