Granadero Baigorria: Por la crisis, reemplazan la carne en comedores escolares
La Cocina Centralizada tomó esa medida a raíz del aumento de precios. En algunos platos, la cambiará por lentejas "sin afectar la calidad".
31/10/2018 MUNICIPIOSLa Cocina Centralizada tomó esa medida a raíz del aumento de precios. En algunos platos, la cambiará por lentejas «sin afectar la calidad».
«Informamos que, en virtud de la situación económica imperante en el país, con un aumento de precios notorio y sostenido, y en pos de cumplir con el presupuesto asignado; nos vimos en la necesidad de readecuar los menús», advierte la nota que ayer llegó a las escuelas que sirven a sus alumnos los alimentos preparados en la Cocina Centralizada. Por cada ración, el gobierno nacional aporta $ 1,61 y la provincia otros $ 13,48. Sólo en los últimos tres meses subió casi un 10 por ciento la cantidad de chicos que concurren a los comedores escolares.
La cocina que funciona en el Hogar Escuela de Granadero Baigorria abastece a aquellas escuelas que tienen comedor escolar pero no cuentan con instalaciones adecuadas para preparar los alimentos. En total, diariamente se distribuyen 13.950 raciones, que en muchos casos son el único plato de comida caliente que tienen los chicos, según advierten los maestros en forma cada vez más insistente.
El mail llegó a la casilla de correo de las escuelas de nivel inicial y primarias que reciben las raciones de la Cocina Centralizada. El texto esta firmado por la comisión administradora del establecimiento. Más allá del cambio de raciones, aclara el texto, «seguiremos garantizando un menú nutritivo, completo y suficiente acorde a la normativa vigente».
Cada comedor escolar recibe diariamente un plato principal, pan y un postre. Los menús cambian cada semana. El director de la Cocina Centralizada, Hugo Reynoso, indicó que la «readecuación» de las raciones está relacionada al «aumento de los costos de los insumos». De todas formas, aclaró que «las raciones se mantienen dentro de las normativas» que exigen calidad, cantidad y variedad de alimentos.
«Estamos readecuando los menús por los costos, y quisimos aclarar esto con las escuelas porque los chicos están acostumbrados a los platos que reciben», sostuvo.
Reynoso apuntó que «se tuvo que reducir la cantidad de carne, que reemplazamos algunos días con lentejas». Y también creció en demasía el precio de la harina y del pan. El gran problema, advierte Reynoso, es el proceso inflacionario que sufrieron los alimentos y representan «el principal insumo» del establecimiento.
«Los ecónomos y los trabajadores de la cocina hacen de todo para ajustarse a los presupuestos, pero no pueden hacer magia», señaló Lorena Almirón, secretaria general adjunta de ATE Rosario y ex empleada de la cocina.
Por eso, la decisión de «hacer menús más económicos» no sorprendió demasiado. Actualmente, destacó, el presupuesto del gobierno nacional para la copa de leche es de $0,68, mientras que a cada ración del comedor se destina $1,61. Montos que, pese a la inflación, se mantienen estables desde hace tres años.
Las partidas provinciales son más holgadas: $ 4,60 para copa de leche y $ 13,48 para comedor. Estos montos se actualizan dos veces al año. No obstante, Almirón consideró que las subas no alcanzan para superar el incremento del precio de los alimentos, estimado en un 60 por ciento en lo que va del año.
Los fondos asignados por la Nación para asistencia alimentaria forman parte de los reclamos que, repetidas veces, llevaron funcionarios de la Casa Gris a la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley.
Según advierten, el porcentaje que aporta Nación para comedores escolares es mucho menor que lo que afronta la provincia y, al no haber actualización, el deterioro por el impacto de la inflación es grande.
De acuerdo a cálculos de la cartera educativa provincial, el gobierno santafesino destina anualmente alrededor de 3.000 millones de pesos de sus arcas para mantener los servicios de comedores escolares y copa de leche.
El presupuesto que aporta Nación, que llega a través de partidas conocidas como refuerzo nutricional, es de 105 millones de pesos cada año. Es decir, unas 28 veces menos.