Hay 37 mil chicos mendocinos sin acceso a Internet para hacer las tareas en casa

Uno de cada diez alumnos en Mendoza debe estudiar con cuadernillos. Muchos deben compartir un celular de la familia para estudiar.

Uno de cada diez alumnos en Mendoza debe estudiar con cuadernillos. Muchos deben compartir un celular de la familia para estudiar.

Cuando se suspendieron las clases presenciales el pasado 15 de marzo como medida preventiva para evitar la propagación del coronavirus, la virtualidad se volvió el canal para que los chicos continuaran el ciclo lectivo. Así, se apeló a plataformas y redes sociales para enviar materiales como fotos, videos y trabajos.

Sin embargo, no todos tienen conectividad ni teléfono o computadora. Y entre quienes cuentan con ello, a veces es de manera eventual, o los equipos son antiguos y no abren ciertos archivos, o hay un aparato para muchas personas. Esto les dificulta presentar tareas en tiempo y forma y seguir el ritmo del resto de sus compañeros.

Se estima que uno de cada diez alumnos mendocinos de nivel inicial, primario y secundario no tienen acceso a Internet. Se trata de alrededor de 37 mil niños y adolescentes, si se tiene en cuenta que entre los tres niveles suman 370 mil.

El dato surge de una estimación realizada por la Dirección General de Escuelas (DGE) a través de una consulta a 55.500 docentes sobre la proporción de sus alumnos a los que no podían contactar por medios digitales. Para ellos se generaron estrategias para que continúen aprendiendo con materiales impresos.

“No volveremos igual a clases, creo que todo esto impactará”, reconoció Ana Martiarena, jefa de Gabinete de la DGE. Asumió, como otros consultados, que esto ampliará la brecha educativa.

“En los chicos que no están llegando es donde tenemos que poner el foco, esta semana tuvimos este tema en la cabeza, la vulnerabilidad, cuál es la estrategia y el acompañamiento.

No es fácil desde lo no presencial, porque además hay familias que no pueden acompañar porque no tiene los conocimientos y recursos”, señaló.

De todas formas, destacó que la mirada de la DGE es que en términos generales este proceso es positivo y una oportunidad para incorporar herramientas al sistema.

Inequidades
El dato de la DGE coincide con otro estudio: uno de cada 8 hogares urbanos no tiene acceso a Internet. Se desprende del último informe de la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA). Son datos nacionales del segundo semestre de 2019 y fue difundido el 31 de marzo último.

Más específicamente, 13,3% de los hogares urbanos no poseen en su vivienda conexión fija ni a través de un celular a Internet. Son los estratos socioeconómicos medios bajos y bajos los más afectados: la situación abarca 23,3% de los hogares de sectores marginales. Los estratos medios también se ven afectados: 0,7% de aquellos en los que el jefe es profesional y 8,2% en los que no es profesional tampoco acceden.

Marcela es maestra de sala de 4 en Ugarteche (Luján). Dos de sus 11 alumnos no tienen conectividad y, por ende, no están haciendo las actividades. “Son primos, viven cinco familias juntas en condiciones muy precarias y con un solo celular, les dan luz unas pocas horas en la finca donde trabajan y es cuando lo ponen a cargar”, relató. “Recién el jueves pasado logramos conseguir ese número de teléfono y les enviamos las cosas por WhatsApp, pero ellos no nos envían las devoluciones”, lamentó.

Dijo que en gran parte de la zona todo es muy precario y por eso algunos se comunican por mensaje de texto. Además, hicieron un sondeo para que usaran la plataforma de la DGE y la mayoría contestó que no podía acceder, pese a que técnicamente no consume datos.

El trabajo “Desigualdades sociales en tiempos de pandemia” de  la UCA advierte que la mitad de los menores de 18 años no tiene PC en casa ni conexión adecuada para sostener este proceso de formación. Además que se estima que casi 7 de cada 10 niños/as en el estrato trabajador marginal no accede a recursos tecnológicos. Según el estudio, está a la vista la vulnerabilidad de muchos sectores, que la situación actual profundizó y seguramente las consecuencias se arrastrarán hacia adelante.

Dificultades
El psicopedagogo Alejandro Castro Santander opina que hubo una mirada muy exitista en un comienzo al considerar que con el aula digital se resolvía la situación. “En los estudios que se han hecho del aula virtual, se habla de al menos un 30% de pérdida (en los aprendizajes) y que por eso debe ser complementaria con lo presencial para que no haya déficit de aprendizaje”, destacó.

Fabiana Juárez es profesora de Economía en tres escuelas públicas. “En cada una tenés un inconveniente”, subraya. Contó que es el preceptor quien reenvía la información por WhatsApp a quienes no se conectan.

“En algunos casos, hay un solo celular y tienen que esperar que lo desocupen. En otros solo tienen conexión por la noche o cuando llegan los padres del trabajo usan su celular, por eso envían respuestas a las 3 de la mañana”, mencionó Juárez. Aclaró que a esos chicos les cuesta mucho cumplir con los plazos de entrega y hay una especie de acuerdo en no bajar puntaje por esto.

Por otra parte, para Castro Santander, la decisión de continuar sin asistir a los colegios empuja a dar contenidos nuevos para avanzar cuando en realidad la reconversión para que sea positiva debería ser gradual. Advirtió que hay contenidos que se envían que muchos padres no comprenden y expresó sus dudas sobre si todos los chicos que se conectan están aprendiendo bien “se está tomando la decisión de que se siga como se pueda. El resultado en el aprendizaje será negativo porque los chicos que no tienen conectividad no pueden cumplir y las docentes se tienen que repartir en dos”, resaltó el especialista.

Diferencias que se notan
En tiempos de pandemia, las desigualdades se resignifican y originan posibles impedimentos, subraya la UCA. El acceso al mundo digital es un recurso indispensable en este tiempo de aislamiento. El trabajo, pagar cuentas, acceder al banco y hacer cobros es ahora online.

El estudio concluye que durante los últimos tres meses de 2019 un 16% de los ocupados no accedió a Internet. Y marca grandes disparidades. “Si el ocupado pertenece a un hogar del estrato de trabajador marginal la carencia de acceso se incrementa al 33,6% y si es del estrato medio profesional se reduce al 2,8%”, refiere.

Por otra parte; 27,8% de los ocupados no accedió en los últimos tres meses a la cuenta de banco por Internet y 14,4% de los trabajadores de hogares del sector medio profesional no suelen hacerlo.

Fuente: Los Andes