Hay 69 mil hectáreas inundadas y el 90% de los caminos rurales están destruidos en Bengolea, Ucacha y Chazón

thumbnail_1425778677-web tapatractorLos datos surgen de un primer relevamiento realizado en la zona. También son cuantiosos los destrozos en viviendas, y el aumento de las napas genera problemas en pozos negros. La cadena productiva en industrias lácteas de la zona está interrumpida y hay unos 600 puestos laborales en riesgo

Cuando aún las aguas siguen corriendo, pero bajan en su nivel, comienzan a aflorar los problemas que a posteriori deberán afrontar las localidades y las zonas rurales que se encuentran con cuantiosos daños estructurales.

Amén de los números difundidos por la Provincia, cada localidad o región hace sus propias evaluaciones sobre los daños y pérdidas. Un informe difundido por la Agencia de Extensión del Inta Ucacha menciona que entre esta localidad y Bengolea hay un total de 69.500 hectáreas bajo agua, y un total casi 200 kilómetros de caminos destruidos, los que representan el 90 por ciento de todos los trazados.

Las cifras antes mencionadas se duplican y triplican si se suman además los daños en tierras más al Sureste, sobre la localidades de Chazón, Pascanas, Escalante, Etruria, entre otras.

A su vez, los trazados provinciales pavimentados 11, 4 y 6 continuaban ayer con el tránsito interrumpido debido a que el agua ganó la carpeta asfáltica.

Puestos laborales en riesgo

Debido a esta falta de caminos hoy la actividad productiva e industrial de esta zona se encuentra gravemente afectada. La producción láctea que debe desecharse por no poder ser trasladada, los cultivos de soja bajo agua, y animales que no tienen qué comer pues están en medio del agua. Tres industrias lácteas en Ucacha se han visto obligadas a reducir al mínimo la producción. Todo ello también pone en riesgo a unos 600 puestos laborales que dependen de la actividad del campo.

Esta situación, en el mediano plazo, impactará en los pueblos, ya que su economía depende exclusivamente de la actividad derivada de los campos.

En diálogo con PUNTAL, los intendentes de Bengolea, Ucacha y Chazón evaluaron la situación y advirtieron que vienen meses críticos, al tiempo que dijeron que de repetirse las lluvias todo puede agravarse.

Javier Paulucci, intendente de Ucacha, trazó un panorama de la situación en su comunidad y zona rural. “En la zona norte rural el 90% de los caminos está inutilizado, y el 10 por ciento restante tiene un nivel de transitabilidad del 40%. Lo que hoy estamos haciendo es armar pasos por campos y en eso dependemos mucho de la voluntad de los productores. Gracias a Dios lo venimos logrando”.

Casas dañadas, napas altas

En cuanto al sector urbano, el mandatario detalló que hay 7 u 8 viviendas complicadas. Ubicadas al sur de la población, requieren de urgentes trabajos de reparación. “El problema son las napas, las tenemos muy altas, esto no sólo afecta a las casas, sino que nos va a destruir la totalidad de las calles de tierra, y gran parte del asfalto se dañará”, admitió Paulucci. Debido a que Ucacha carece de cloacas, en el sector sur la Municipalidad trabaja permanentemente en el desagote de los pozos negros, para evitar contaminación.

“Estamos en una situación muy complicada y hasta que el agua no se termine de ir, no se pueden hacer grandes cosas. Por más que se tengan recursos es imposible hacer algo por el nivel de las napas”, sostuvo.

En cuanto a la cadena productiva de la que depende la economía local, dijo: “Tenemos tres industrias lácteas en la zona rural con unos 100 empleados, más tambos que han reducido su producción. Es decir hay unos 600 puestos de trabajo que no están haciendo prácticamente nada. Esto va a impactar en nuestra economía”. Se suman a ello las pérdidas en cultivos hoy bajo agua.

Omar Farías, intendente de Bengolea, dijo que la situación sigue preocupando, y sostuvo que frente al edificio municipal transcurre el agua que baja de los campos del norte y pasa al canal del sur. “Estamos complicados, toda la cadena productiva está afectada. Hay gente que al no tener trabajo en el campo viene al Municipio a pedir ayuda y a decirnos que no tiene cómo pagar los impuestos o la luz”, sostuvo.

Pérdidas millonarias

Por su parte, Ernesto Garbiglia, intendente de Chazón, quien hace días no descansa vigilando el comportamiento de las aguas que rodean al pueblo, dijo ayer que la situación en el pueblo está controlada, no así en la zona rural.

“Una vez que el agua se vaya van a quedar todos los caminos destruidos y habrá que hacer una inversión millonaria. Se han roto alcantarillas y puentes por la gran fuerza que trajo el arroyo Tegua, que luego se une con el Carnerillo, y forman el arroyo Chazón. No se ve el arroyo, todo se ha anegado, hay lugares donde se abren cárcavas de hasta 4 metros”, detalló.

La preocupación también está en qué ocurrirá con los animales en los campos, ya que por el nivel de anegamiento deberán ser trasladados a otros lugares. “Además, no se puede sacar la producción de los tambos”.

A un mes y medio de la cosecha de soja, la falta de caminos y el nivel de anegamiento en lotes producto del agua acumulada por lluvia y el elevamiento de napas, anticipan serias dificultades para mover esta producción. “Las pérdidas en campos son millonarias”, dijo el intendente.

Y las consecuencias las sufrirá el pueblo que hoy ya siente el impacto del parate obligado en el campo. “La economía del pueblo se ve resentida, porque la gente no puede trabajar en los campos, y acude a la Municipalidad a pedir algún trabajo, ya que no tienen changas para hacer en el campo. Esperemos que el agua escurra y que la semana que viene tengamos un panorama más halagüeño”.

En Chazón también se conformó un comité de crisis para asistir a los vecinos que quedaron aislados en los campos, para acercarles alimentos y medicamentos si es necesario.

Aún cuando las aguas bajen y el clima acompañe, para estas poblaciones viene ahora lo peor; volver a reconstruir y poner en marcha la cadena productiva e industrial.

Fuente: Puntal