Historias de vecinos que legaron su riqueza a beneficio de sus pueblos

En Canals, el doctor Américo Garbarino dejó su fortuna para ser destinada a una fundación que ayude a la educación y a los ancianos. Después de 12 años de litigios judiciales, su voluntad se cumplió.

En Canals, el doctor Américo Garbarino dejó su fortuna para ser destinada a una fundación que ayude a la educación y a los ancianos. Después de 12 años de litigios judiciales, su voluntad se cumplió. En Cabrera, Coco Massobrio cedió sus bienes a 2 instituciones, pero su deseo aún no pudo concretarse.
¿Quién alguna vez no soñó con recibir una herencia de algún tío, abuelo o pariente perdido? Es una quimera que, aunque en broma, alguna vez se expresa.

Pero como tal no es imposible que se cumpla. Y así lo refieren dos antecedentes no muy lejanos en nuestra región, en los que vecinos que no tenían herederos directos decidieron dejar todas sus riquezas a beneficio de instituciones o para ayudar a la educación de jóvenes y el cuidado de abuelos.

Pero sus deseos no fueron ni son fáciles de cumplir. Dinero y propiedades despiertan ambiciones y reclamos que llegan a la Justicia y terminan derivando en largos procesos hasta lograr cumplir el deseo del benefactor.

Allá por los primeros años del 2000 Canals se vio sorprendida por una historia que parecía sacada de una película. Don Américo Garbarino, un reconocido médico generalista, tras fallecer sorprendió a todos dejando su herencia para la creación de una fundación que ayudara a jóvenes humildes en sus estudios, a discapacitados y a los ancianos.

Más reciente en el tiempo, Coco Massobrio, un vecino de General Cabrera, legó todas sus riquezas a los bomberos voluntarios y al Ipea 291, pero aún estas instituciones no han podido disponer de los bienes por apelaciones de un familiar que reclama por lo que considera sus derechos.

El caso de Canals

Américo Garbarino era un médico generalista de reconocida trayectoria en Canals. Allí desarrolló toda su actividad y logró -con su trabajo- hacerse de una pequeña fortuna.

Casado con Amanda, no tuvieron hijos. Sólo unos perros pequineses eran su pasión. Tras fallecer Garbarino, salió a la luz un escrito con su voluntad de dejar parte de sus riquezas en beneficio de la comunidad.

Algunos de sus bienes tuvieron como destinatarios a familiares o cercanos, y un campo de 332 hectáreas fue legado a la creación de una fundación que se encargara de explotar las tierras y el producido utilizarlo para ayudar a jóvenes a estudiar y a la atención de ancianos.

Garbarino falleció en febrero de 1992  y su último deseo generó una disputa que llegó a dividir a los canalenses, y hasta se sumaron condimentos políticos. Aún hoy, y aunque se creó la fundación y se cumple la voluntad del benefactor, la historia tiene distintas interpretaciones.

Testamento falso

Esta herencia puede bien ser el argumento de una película, ya que hubo en el medio hasta un testamento falsificado. El verdadero testamento data del 15 de julio de 1989, cuando ante el escribano Yenkner don Garbarino dejó distintos bienes a toda la rama de parientes, a sus amigos y una fracción de campo de 332 hectáreas ubicada entre La Cesira y Pueblo Italiano, destinada a una fundación.

Las crónicas de la época menciona a Oscar Tirimacco, hijo y sobrino de peones que cuidaron de Garbarino hasta su muerte, como el albacea y portador de la última voluntad del benefactor. Pero para ser reconocido como tal debió superar varias instancias judiciales y hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Este fue el primer caso en más de 2 décadas que llegó a esa instancia desde los Tribunales de La Carlota.

En medio, además, otro condimento: la intervención del entonces intendente de Canals, el abogado Pablo Villanueva, quien en representación de la Municipalidad decidió interponer ante la Justicia un reclamo por “los intereses difusos”, y pedir que la herencia fuera utilizada para ayudar a la educación y a la ancianidad. ¨A esta altura poniendo en duda el manejo que se venía haciendo de los bienes de Garbarino.

Fueron años de cruces de acusaciones y pujas judiciales, y en los que los mismos protagonistas mencionan que se “coló la política” en la disputa.

Según Villanueva, la lucha interpuesta por la Municipalidad en su momento impidió que la herencia terminara diluyéndose.

En diálogo con PUNTAL, el exintendente insistió en que hay un período de unos 10 años en los que el campo habría sido explotado por privados y sus beneficios no llegaron a las instituciones que pedía Garbarino. “Lo que sucedió es que, tras intervenir nosotros como Municipio, impedimos que se vendiera el campo y hoy por suerte la fundación existe y debe rendir cuenta de sus ganancias y repartirlas. Lo que no se logró es que se repasara hacia atrás, en esos años en que dichas tierras fueron explotadas para beneficios de otros”, precisó.

Se creó la fundación

La “Fundación Amanda Adela-Dr. Américo Garbarino” desde el 2004 está cumpliendo con la voluntad del legador, ayuda al asilo de ancianos local, beca a estudiantes y apoya el crecimiento de las instituciones educativas.

El doctor Oscar Tirimacco, quien fuera albacea en esta conflictiva herencia, hoy es integrante de la fundación y recuerda esa larga puja en la que la política se coló y generó mayor conflicto.

“A mí en el testamento me encomienda que yo haga la fundación y sea parte de ésta”, detalló Tirimacco, quien forma parte de la comisión que administra el organismo.

Hoy del campo de 332 hectáreas, ubicado en una zona que sufrió numerosas inundaciones, sólo 100 hectáreas están alquiladas, y las ganancias que se obtienen están afectadas a las ayudas decretadas por el legador.

“Hemos brindado durante 12 años una ayuda inestimable a las instituciones del pueblo para su mejoramiento”. Puntualizó, a su vez, que en la actualidad desde la fundación otorgan becas a 12 estudiantes egresados de los colegios secundarios de Canals para que continúen sus estudios secundarios, como así también asisten al asilo de ancianos.

“Cada año en que se reparte el dinero se convoca a todas las instituciones y se brinda el detalle un balance de lo actuado por la fundación”, explicó.

“Lo bueno es que la memoria de él se siga honrando a través de la fundación”, dijo Tirimacco, quien destacó el “fanatismo” de Garbarino por apostar a la educación. “A mí me ayudó en los primeros años de mi carrera”, destacó.

Fuente: Puntal