“Hoy Mafalda se preocuparía por la estupidez humana” asegura Quino
23/03/2014 OPINIÓNAnsiosos por saber quién es el hombre detrás del éxito de “Mafalda”, alrededor de mil personas se congregaron en el Salón del Libro de París para escuchar a Quino, quien tranquilo y de buen humor contestó todas las preguntas y lanzó: “Hoy Mafalda se preocuparía por la estupidez humana”.
Emocionado y genial, Joaquín Salvador Lavado –quien cumplió 60 años de trayectoria- fue recibido por los franceses como el ídolo más esperado en un sentido homenaje.
El creador de Mafalda, la niña más famosa en ese país que por estos días es una imagen recurrente en el Salón, también fue condecorado por el embajador francés en Argentina, Jean-Michel Casa, con la Legión de Honor.
«Desde que era chico, cuando leía que le daban a alguien la Legión de Honor, me daba muchísima envidia», dijo el dibujante de 81 años acompañado de su mujer, Alicia, y sus editores argentinos, Kuki Miler y Daniel Divinsky. «Pensaba: `A lo mejor si me porto bien algún día me la darán`. Estoy muy emocionado».
Aplaudido y vitoreado, Quino nunca perdió la sonrisa ante semejante recibimiento de fans de todas las edades que ocuparon la Gran Escena, el mayor espacio de este Salón del Libro, donde muchos se quedaron escuchando parados.
La entrevista estuvo moderada por el editor de ActuaBD, Didier Pasarmonik, y el dibujante francés Zep -creador del personaje Titeuf-, quienes amenizaron el emotivo encuentro con Quino. “Es una ocasión muy rara poder hablar con él”, lanzó en francés, el idioma en que se desarrolló la charla.
¿Cualquiera puede ser humorista?, preguntó Didier y Quino dijo: “No, hay que tener algo, no sé qué es, pero hay que tener algo. Empecé a publicar y quería saber qué era el humor, leía a Freud, pero en un momento me dije el que maneja un barco no se pregunta qué es el mar todos los días, simplemente se manda. Hay cierta manía por saber qué es el humor y no la angustia”.
“Es el público el que tiene que buscar el fenómeno de Mafalda en el mundo”, reconoció ante la pregunta de la “fórmula del éxito” de la pequeña “superstar”, como la definió el entrevistador.
En la arqueología por entender a esa niña comprometida, Quino contó los orígenes de su creación: “Mafalda fue hecha a pedido, me pidieron que creara un personaje para una campaña de publicidad de electrodomésticos Mansfield y había que buscar un nombre más argentino”.
“La idea era armar una publicidad encubierta para que apareciera el personaje siempre en el diario y, en realidad, publicitar ese electrodoméstico. La temática anticapitalista fue como una forma de hacerse perdonar por esos inicios tan capitalistas”, ironizó.
“El editor decidió sacar un libro porque vio que alguien había cortado una de las tiras en el diario y la había pegado en un cuaderno, entonces dijeron `¿por qué no hacemos un libro?`”, relató sobre los inicios de la tira que se vende en todo el mundo, aunque él mismo lo relativizó: “Tampoco tanto”.
“Se vende más en países latinoamericanos, en España, Portugal, el resto de Europa la ignora absolutamente”, agregó, mientras su entrevistador insistió “¿Qué hay de argentino en Mafalda?”, y Quino, lacónico, respondió en francés: “Moi” (yo).
La tira “Mafalda” salió entre 1964 y 1973 y el autor contó que dejó de hacerla porque “en esos momentos los escuadrones de la muerte habían empezado a buscar sangre y Mafalda no podía dejar de hablar de eso, entonces evité hablar de eso, tendría que haberme ido de la Argentina, pero el exilio siempre es un desgarro”.
También habló de los entrañables compañeros de Mafalda: “En el caso de Felipe, me inspiré en mi amigo Jorge Timossi que murió en Cuba hace tres años y lo quería mucho; y Manolito es un personaje que existe por todos lados, a las personas que les gusta el dinero, es normal”, explicó.
“Susanita también es un personaje que existe en todas las sociedades y Mafalda es el más fabricado. El que amé mucho es Libertad, porque siempre fue muy contradictoria, pero muy libre como todos nosotros que amamos la libertad, la aceptamos y también nos incomoda un poco”, dijo.
En varias oportunidades el público quiso rastrear en Quino las posibilidades más irreales sobre la vida de Mafalda; él, tranquilo, respondió: “Para mí es un dibujo, no una persona, no sé cómo hay que comportarse con eso”.
“Nunca me pregunté cómo sería a los 50 años. Es un dibujo y es lo que es, irrepetible, incluso hay personas que quieren saber si Miguelito se casó con Susanita, ese tipo de preguntas no me las hago”.
Pero sí fue contundente cuando alguien alzó la voz y le preguntó: «¿Cual sería la principal preocupación de Mafalda en 2014?».
“La estupidez humana”, dijo en seco, seguro.
Entre otras expresiones, Quino se definió como “anticlerical”, manifestó su amor por la Revolución Cubana e incluso reveló que se inspiró en el Antiguo Testamento para sus trabajos.
“Ahí está todo -dijo-: la corrupción, la muerte, el amor, todas las actitudes humanas están allí”.
Contento, emocionado, Quino recibió un verdadero homenaje francés, con un público que desbordaba cariño hacia este maestro de la historieta y del humor que supo captar el pulso humano, las injusticias y la razón en la mirada de una niña que sigue deslumbrando a cada nueva generación que la conoce.
Al cumplirse los 60 años de carrera, le pidieron un balance y sin perder la humildad sostuvo: “Yo quería ser Picasso, estoy contento con el resultado de Mafalda pero no es para tanto”.