Huellas de la crisis: el municipio rosarino relevó 500 recicladores en el centro, y ya un 15% son mujeres

Según un relevamiento, en la zona céntrica los recuperadores de residuos pasan en las calles más de 8 horas diarias

Según un relevamiento, en la zona céntrica los recuperadores de residuos pasan en las calles más de 8 horas diarias

Entre el 19 y el 23 de abril, el municipio realizó por primera vez un relevamiento de los recuperadores urbanos que realizan su actividad en el centro rosarino. Los operadores de la Dirección de Economía Popular de la Intendencia encuestaron a 503 recicladores de residuos sólidos, de los cuales un 85 por ciento fueron varones y un 15 por ciento mujeres. Un dato que fue notable en el trabajo territorial fue la marcada irrupción femenina en una tarea que tiempo atrás se hacía mayormente por hombres. Todos los cartoneros contactados indicaron que están en la calle no menos de 8 horas al día y muchos permanecen más diez horas diarias.
Respecto de las zonas de procedencia, la mayoría de las personas relevadas viven en la zona de Empalme Graneros, en el barrio Los Pumitas, y pertenecen a los grupos de acopio que ya vienen trabajando con el municipio desde el 2008. Asimismo, algunos de los recuperadores encuestados por el municipio tienen su residencia en el Barrio Toba de Rouillon y Aborígenes Argentinos, en la zona oeste.
El índice de pobreza en Rosario ronda el 38,3 por ciento (unos puntos por debajo del 42 por ciento nacional) y la indigencia asciende al 7,4 por ciento. Datos que resultan demoledores, y explican cómo en pandemia se profundizó el trabajo informal y la necesidad de buscar recursos para alimentar a las familias bajo los índices de pobreza. Una situación que no se agota en la pandemia sino que venía arrastrando un aumento de los márgenes de personas que perdieron los puestos de trabajo durante en la última década. A ello hay que sumarle el arrastre de la pérdida de tareas eventuales o changas que nutrían de recursos a muchos hogares humildes.

Este cóctel complejo de variables sociales y económicas castiga a muchos sectores de la ciudad, y muchas historias de personas arrojadas a buscar en la calle su única forma de sustento. En líneas generales, los recicladores buscan elementos sólidos con potencial de venta en centros de compra de cartón, papel o metales. Pero también ilustran la triste postal rosarina, las cientos de familias que llegan hacia el centro directamente para comer o revolver la basura en búsqueda de abrigo o algún elemento de utilidad para la economía doméstica.

Lo que efectuó en abril el municipio es una encuesta con agentes municipales. Ya en 2019, un relevamiento de barrios populares (que se sistematiza desde hace 4 años junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación) indicó que existían hace dos años atrás al menos tres mil personas que viven del cirujeo y son sostén de familia. Según datos del propio municipio, entre 2015 y 2017 eran 1.700 las familias que realizaban estas tareas en su mayoría con tracción a sangre, hoy prohibido por ordenanza.

Ahora, en la semana comprendida entre el 19 y el 23 de abril se realizó por primera vez en nuestra ciudad un relevamiento de los recuperadores urbanos que realizan la actividad en el macro y microcentro de la ciudad. El operativo estuvo a cargo de la Dirección de Economía Popular de la Municipalidad y contó con la participación de la Subsecretaria de Medio Ambiente y del Distrito Centro.

El total de encuestados fue de 503 recuperadores, de los cuales un 85 por ciento fueron varones y un 15 por ciento mujeres, “advirtiéndose la irrupción femenina en una tarea mayormente realizada por varones”.

Del relevamiento realizado en abril, se desprende también, que casi la totalidad de los entrevistados llevan a cabo la actividad con una carga horaria no menor a 8 horas, existiendo en algunos casos una jornada que se extiende a 10 o más horas.

La mayoría de las personas relevadas viven en la zona de Empalme Graneros, en el barrio Los Pumitas, y pertenecen a los grupos de acopio que ya vienen trabajando con el municipio desde el 2008. Asimismo, algunos de los recuperadores encuestados por el municipio tienen su residencia en el Barrio Toba de Rouillón y Aborígenes Argentinos, en la zona oeste.

“Esta actividad es una realidad y desde el municipio trabajamos en distintas líneas de acción para abordar todo el proceso y acompañar a la gente muchas veces en condiciones de vulnerabilidad”, comienza diciendo el secretario de Desarrollo Humano y Hábitat del municipio, Nicolás Gianelloni.

El Centro Unico de Acopio en Montevideo y Richieri, tiene como principal objetivo “la eliminación paulatina de puntos de acopio informales que se instalan desordenadamente”, según señala Claudia Fleitas, a cargo de la dirección de Economía Popular.

Según la funcionaria estos puntos de acopio informales que se diseminan sin ordenamiento, “constituyen un problema no solo para la circulación y la higiene urbana de la ciudad, sino también para los propios recuperadores por la falta de infraestructura adecuada para desarrollar su trabajo en estos espacios”.

Buscan sumar Centros de Acopio en los distritos
Los trabajadores y trabajadoras que ingresan al circuito propuesto por la Municipalidad y que tiene al Centro de Acopio como espacio de referencia, disponen de un lugar hasta que pasa el camión recolector para trasladar el cartón a los centros de disposición final o a empresas de la ciudad que utilizan ese material como insumo.

“Allí cuentan con vestuario y un lugar seguro para dejar sus pertenencias, duchas, un espacio para dejar a resguardo motos y bicicletas y se les ofrece algún refrigerio”, detalla la titular de Economía Popular Claudia Fleitas para agregar: “También allí hay un equipo municipal para acceder a la Asignación Universal, DNI del grupo familiar, controles de salud y asistencia alimentaria. A muchos los ayudamos a inscribirse en la campaña de vacunación contra el Covid”.

Con este antecedente, la actual gestión municipal se propone instalar al menos dos centros de acopio más de similares características al que funciona en Montevideo y Richieri y al menos uno por distrito para reemplazar a los que se encuentran actualmente en funcionamiento en distintos puntos de la ciudad.

Fleitas destacó que “la multiplicación de personas dedicadas a la actividad así como también de los espacios de acopio y los circuitos de venta, exige profundizar los abordajes”. El municipio proyecta entregar elementos de seguridad como pecheras e identificaciones y se firmará en los próximos días un convenio con el Instituto Politécnico para el diseño de carros más seguros y livianos. Mientras tanto, en el centro de acopio, disponemos de un mini taller donde se realizan las reparaciones de los carros.

Fuente: La Capital