Humedales: importantes ecosistemas de Mar del Plata y la zona
03/02/2016 MUNICIPIOS
«Son constructores de ambiente», definió el biólogo Guillermo Cañete. Además de toda la costa, que es un gran humedal, son exponentes la Reserva Natural del Puerto, las lagunas de Mogotes, la Laguna de los Padres y, a pocos kilómetros, la albufera de Mar Chiquita.
Los humedales son ecosistemas de gran importancia en Mar del Plata y la zona. Uno de los principales recursos económicos y turísticos, la costa, forma parte de este conjunto de ambientes, además de las lagunas de Punta Mogotes, la vulnerable reserva Natural del Puerto de Mar del Plata, la laguna de los Padres y, a pocos kilómetros, la albufera de Mar Chiquita, un ambiente especial y con reconocimiento internacional.
Al hablar sobre las características e importancia de los humedales, el biólogo Guillermo Cañete, integrante de la Fundación Vida Silvestre Argentina, definió que «los humedales son constructores de ambiente, son interfaces entre los ecosistemas terrestres y acuáticos. Son muy importantes en la productividad, en la protección de la costa, porque la protegen de los embates de las olas, muchas veces intervienen activamente en el ciclo y disponibilidad de agua dulce, entre otros procesos biológicos muy relevantes. Además, son de fundamental importancia para las aves migratorias, que generan esos viajes gigantescos en el hemisferio norte y sur, siguiendo las estaciones y los humedales son sus paradas de alimentación para recuperarse y continuar».
Uno de los ejemplos de humedal local, vulnerable y amenazado, la Reserva Natural del Puerto, es justamente valorada por especialistas por ser tomado como punto de referencia de gran variedad de aves migratorias.
«Lamentablemente es urbana, las actividades humanas han modificado el ambiente, pero se ha generado una reserva muy amenazada por estas ganas de construir sobre la costa y está luchando por mantenerse ante la problemática del rellenado», definió Cañete, quien lamentó que «en general los humedales son zonas que, para el concepto de progreso o civilización son zonas negativas, porque generalmente son desprolijas, tienen ciénagas, mosquitos, cosas que hay que sacar porque afectan a nuestra forma de vida, sin reconocer cuáles son los valores que sí tiene».
En ese sentido apuntó que «el humedal es una figura muy amplia porque incluye muchas zonas, ciénagas, esteros, marismas, pantanos, turberas, todas partes de interface entre el agua y la tierra y son muy importantes. En general la gente en la ciudad tiene una visión de la naturaleza como un campo de golf, un jardín con pasto perfecto y verde, pero la naturaleza de nuestra región es el pastizal pampeano que es un ambiente salvaje, no precisamente con esos parámetros de regular y perfecto».
La playa y la laguna
En cuanto a esa gran porción de la playa que es humedal, está afectada, entre otras causas por una gran característica humana: el altísimo consumo de plástico que, tarde o temprano llega al mar. «Lo que vemos en las playas es cómo el mar nos devuelve esa suciedad plástica. No sólo lo que un turista deja, sino lo que cada lluvia escurre y llega a través de los pluviales. Consumimos plástico en forma espantosa y en Argentina no llegamos ni al 30% de reciclado de esos plásticos. Mientras, está cada vez más vigente la certeza de que es altamente nocivo».
La laguna de los Padres, en tanto, está afectada por dos situaciones, la eutroficación y la pesca ilegal.
En cuanto la eutroficación, Cañete definió que «es un exceso de nutrientes por efluentes humanos que genera un crecimiento de vegetación que va tapando ciertas zonas y le va cambiando la conformación. Es un cambio químico que puede estar asociado a un incremento de temperatura y disponibilidad de oxígeno». En ese marco, los peces «encuentran el hábitat alterado y en esas situaciones de temperatura y cantidad de oxígeno no tienen condiciones de vida».
La gran albufera
La laguna de Mar Chiquita es el humedal más famoso de la zona. «Tiene una importancia muy grande en relación con los valores de los humedales, además es una albufera -donde hay una mezcla de agua dulce y salada-» pero no está exenta de conflictos.
«Afortunadamente recientemente empieza a ser nuevamente tenida en cuenta. Es reserva mundial de biósfera de la Unesco desde 1996 y las nuevas autoridades del municipio están intentando reflotar la comisión de manejo de esta reserva, para recuperar cierta racionalidad en el uso», que son tan dispares como la pesca, el ocio y los deportes.
En cuanto a los intentos de urbanización de la zona Cañete señaló que «hay un proceso formal que no se ha cumplido, como son las pautas previstas en la ley general del Ambiente que prevé audiencias públicas antes de cualquier tipo de proyecto, además de un estudio de impacto ambiental y ver si realmente una construcción afecta al humedal». En ese sentido apuntó que «hay que estar muy atentos al proceso de participación pública, que es un resorte que tiene la sociedad para proteger los ambientes».
Cañete también valoró que un proyecto de disponer de terrenos cercanos a la albufera como basural haya sido descartado. «Toda la contaminación, sobre todo con las lluvias y el proceso del Niño iba a ir a parar al humedal».
Por último el biólogo reflexionó que «hay una tendencia a usar los humedales, a transformarlos, tratando de antropizar, de ir a parámetros más elegantes y con eso se rompe el equilibrio que promueven estos ecosistemas. Cuando el objetivo es hacer plata se pierde el sentido común».
La ley: un reclamo ambientalista de larga data
El presidente Mauricio Macri anunció ayer en la Reserva Natural de la localidad bonaerense de Pilar una nueva ley para proteger los humedales que «ocupan casi un cuarto del territorio de Argentina» y señaló que el país «tiene que ser protagonista contra el cambio climático».
«Tenemos que cuidar esto que es tan valioso para nuestro país, desde la laguna de los Pozuelos en Jujuy, pasando por los esteros del Iberá, por el palmar Yatay de Entre Ríos, la reserva de la Costanera Sur hasta la Península de Valdés», graficó en el marco del Día de los Humedales que se celebró ayer.
El mandatario indicó que estas zonas de tierras, generalmente planas, cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitente, producen anegaciones en lugares poblados.
En ese sentido, elogió a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, presente en el acto, y subrayó que «está comprometida a impulsar obras por los desbordes del río Luján donde han confluido la desidia de años de gobiernos que no se ocuparon, la mala contratación de obras que fueron a la dirección contraria a remover la vegetación y la aprobación de barrios cerrados que encajonaron el normal cauce del río».
Además, destacó que durante su gestión como jefe de Gobierno porteño «se hicieron obras como el nuevo entubamiento del arroyo Maldonado».
«Tenemos que ser un importante protagonista contra los factores que producen el cambio climático y en eso estamos todos comprometidos: desde energías renovables y el medio ambiente», manifestó.
«Tenemos que cuidar y potenciar este tipo de regalos que nos da la naturaleza en función del país, las futuras generaciones y el mundo entero», añadió.
Del acto también participaron el intendente municipal, Nicolás Ducoté; el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Bergman, y otras autoridades.
El anterior proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos para la Conservación, Gestión y Uso Sustentable y Racional de los Humedales fue aprobado por el Senado el 3 de noviembre de 2013, pero perdió estado parlamentario al no ser tratado en Diputados.
La iniciativa, apoyada por organizaciones ambientalistas como Greenpeace y Fundación Vida Silvestre, considera que Argentina cuenta con una importante parte de su territorio ocupada por humedales, incluyendo ambientes tan diversos como lagunas, mallines y turberas, pastizales inundables, bosques fluviales, esteros, bañados y zonas costeras estuariales y marinas.