Impuesto a los ricos: el mundo también debate un aporte extra por la pandemia

Gravar a las grandes fortunas para intentar paliar la crisis del coronavirus es una idea que se extiende por distintos países.

Gravar a las grandes fortunas para intentar paliar la crisis del coronavirus es una idea que se extiende por distintos países.

“Los gobiernos deben tomar medidas para mejorar el cumplimiento tributario, y evaluar la aplicación de impuestos más altos para los grupos más acaudalados y las empresas más rentables”. La frase, que bien podría pertenecer al economista Thomas Piketty o al izquierdista estadounidense Bernie Sanders, fue pronunciada nada menos que por el director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, Vitor Gaspar.

Imponer nuevos impuestos a los más ricos no es sólo una idea argentina. La crisis derivada de la pandemia causó la peor recesión global desde la Segunda Guerra Mundial y decenas de gobiernos –sin distinción entre países ricos o pobres– buscan paliarla a través de medidas tributarias, entre otras.

También se piensa en políticas expansivas, claro, como subir el gasto y aumentar la deuda pública. Pero el mencionado Piketty sostuvo meses atrás que esa podría ser parte de la solución, pero no la solución en sí misma. “En algún momento debemos pensar quién va a pagar esa deuda”, dijo.

“Hay ejemplos en la historia de situaciones similares a esta que se han resuelto por otra vía: tras la Segunda Guerra Mundial, la deuda pública de países como Francia, Alemania, Japón y otros se disparó hasta niveles altísimos, en algunos casos por encima del 200%. Y la forma de resolverlo, particularmente en Alemania y en Japón, fue con impuestos sobre los más ricos”, expresó el especialista en desigualdad económica y distribución de la renta.

En concreto, durante la pandemia, los multimillonarios aumentaron su riqueza en más de una cuarta parte (27,5%) en el punto álgido de la crisis del Covid-19 (de abril a julio), justo cuando millones de personas en todo el mundo perdían sus trabajos o luchaban por sobrevivir, según consignó The Guardian, que citó un informe del banco suizo UBS. La apuesta al mercado bursátil fue su mayor fuente de ingresos.

Otros reportes indicaron que Jeff Bezos, de Amazon, y Mark Zuckerberg, de Facebook, tuvieron las mayores ganancias entre marzo y mayo, con 34.600 millones y 25 mil millones, respectivamente. El patrimonio neto de los multimillonarios de Estados Unidos creció un 15% durante el período de dos meses, a 3,4 billones de 2,9 billones de dólares, según un informe de Americans for Tax Fairness y el Institute for Policy Studies.

En la vereda contraria, quienes se oponen al gravamen sostienen que afectará aún más la recesión, puesto que desincentivará inversiones para producir más y dar más empleo. “No creo que sea productivo gravar a las personas ricas o a los multimillonarios con un impuesto a la riqueza. Ellos ya pagan impuestos altos. Una de las confusiones entre algunos políticos de izquierda actualmente es que piensan que los ricos estadounidenses tienen su riqueza escondida en lingotes de oro bajo el colchón. Si mirás los datos, la mayor parte de sus activos son activos invertidos en negocios. Por ejemplo, Jeff Bezos genera crecimiento económico y miles de trabajos. Ponerles un impuesto a la fortuna de los ricos significa ponerles impuestos a los negocios que producen y generan trabajos”, argumentó el director de Estudios de Políticas Tributarias del Instituto Cato en Estados Unidos, Chris Edwards, en la BBC.

“Es una discusión que está relacionada con procesos como el de la distribución de la renta mundial, que en los últimos años ha observado una concentración cada vez mayor de la riqueza. Con este mundo 4.0, con economías de plataforma, hay riesgos de que se profundice esa concentración”, señaló el especialista y colaborador de La Voz Federico Trebucq.

Vale apuntar que en Argentina el impuesto consiste en un aporte del 2% para quienes posean patrimonios de entre 200 y 300 millones de pesos. La tasa se eleva a 2,25% para fortunas de entre 300 y 400 millones, y a 2,50% de entre 400 y 600 millones. El ascenso continúa al 2,75% para quienes sean dueños de una fortuna de 600 a 800 millones de pesos.

La escala sigue con un 3% a los patrimonios de entre 800 y 1.500 millones; 3,25% a los de 1.500 millones a 3.000 millones, y finalmente el 3,5% a quienes posean bienes por encima de los tres mil millones.

“En Argentina se ven reticencias de parte del empresariado porque es un país que tiene una carga impositiva demasiado elevada, y además por el hecho de que eso, que parece provisorio y extraordinario, en este país suele convertirse en permanente. Lo que me parece más rescatable de las experiencias internacionales tiene que ver con la forma de implementar este impuesto extraordinario. De la manera que se hace en Argentina, parece muy directa. No genera confianza por parte de los dirigentes ni en el empresariado”, cerró.

Panorama mundial

Así como cada país sufrió a su manera el coronavirus, en cada lugar hay una realidad tributaria distinta según la mayor o menor cantidad de ricos que habiten su suelo.

En todos los países, el tributo generó debates. En algunos, como Argentina, el Gobierno propuso el impuesto. En otros, se trató de una iniciativa originada en la oposición.

En España, la coalición de gobierno entre el Partido Socialista Obrero Español (Psoe) y el izquierdista Unidos Podemos acordó a fines de octubre subir los impuestos para las grandes empresas y las ganancias más altas.

El gravamen comprende una suba de tres puntos del Impuesto de Sociedades para los grandes grupos empresariales para rentas del capital de más de 237 mil dólares, y de dos puntos del Impuesto a las Ganancias para rentas del trabajo de más de 356 mil dólares.

Si bien en España sólo un 0,5% del total de los contribuyentes declara ganancias superiores a 118 mil dólares, según la Agencia Tributaria española, esta suba tiene un valor político y simbólico muy significativo en uno de los países más golpeados por el Covid-19 en Europa.

En tanto, en Rusia, el presidente Vladimir Putin anunció que aplicará un impuesto del 15% a los dividendos en las cuentas extranjeras y uno del 13% a los depósitos bancarios de más de 13 mil dólares, que afectará sólo al 1% de los titulares.

También en Italia, el gobierno de Giuseppe Conte busca impulsar un impuesto progresivo durante 2020 y 2021, más conocido como “tasa Covid”, que pretende tributar un 4% a las ganancias anuales de entre 94 mil y 118 mil dólares, un 6% a aquellas entre 356 mil y 593 mil dólares, y un 8% a las que superen los 1,18 millones de dólares.

Esta medida, que pretende abarcar a más de 800 mil contribuyentes, no alcanzará, sin embargo, a los médicos, en solidaridad a su desempeño durante la crisis sanitaria.

En Suiza, un partido opositor propuso un impuesto único al patrimonio, denominado “tributo de solidaridad de coronavirus”, que grave la riqueza a partir de los 3,18 millones de dólares con una alícuota única del 2%, con el fin de recaudar más de 18 mil millones de dólares para paliar la crisis .

En el Reino Unido, referentes del opositor Partido Laborista sugirieron un impuesto a las grandes riquezas, pero la formación no presentó aún ninguna propuesta formal.

Como en Argentina, en Bolivia, el flamante gobierno del MAS impulsó el proyecto. El plan contempla un tributo a las grandes fortunas anual y permanente sobre patrimonios superiores a los 4,2 millones de dólares, que afectaría al 0,01% de la población, según el diario La Razón.

La recaudación anual del impuesto podría oscilar entre los 14,4 y 116 millones de dólares, según estimaciones oficiales. La propuesta está aún en elaboración, pero pronto debería ser definida.

En Brasil, el país más afectado por el brote en la región, fueron presentados cuatro proyectos para gravar a las grandes fortunas en el Senado. Entre ellos, se destaca el del Partido de los Trabajadores (PT), principal opositor al gobierno de Jair Bolsonaro, que pretende gravar a los patrimonios superiores a los 10 millones de dólares con una alícuota inicial de 2,5%, que puede reducirse a 1,5% si el contribuyente se presenta voluntariamente para el pago.

Otro proyecto, que viene de organismos e institutos, plantea un impuesto progresivo a partir de un patrimonio superior a 4 millones de dólares con una alícuota inicial de 1%.

En Perú, un partido opositor presentó en el Congreso una propuesta legislativa que plantea que las personas físicas y jurídicas que facturen más de 276 mil dólares por año paguen un impuesto solidario de 1%, que asciende hasta 3% cuando se superen los 13 millones de dólares.

En Chile, el Partido Comunista, presentará un proyecto legislativo para gravar al patrimonio que abarque al 1% del sector más rico del país con una alícuota anual del 2%.

También en Ecuador, la oposición apoya una iniciativa similar, pero que no prosperó porque la única persona que tiene atribución legislativa para definir cuestiones tributarias es el presidente, Lenín Moreno.

El analista y colaborador de La Voz Gustavo Scarpetta sostuvo que las ideas de Piketty o de Joseph Stiglitz, que adhieren al cobro de impuestos a los más ricos, tienen más fuerza desde la teoría. “Sus ideas tienen más repercusión en la venta de sus libros que un efectivo apoyo de los líderes mundiales. Además, los grandes impuestos siempre nacieron en los países centrales y luego se trasladaron a los secundarios. Pasó con el impuesto a la renta o el IVA”, señaló.

“Por lo tanto, un impuesto a la riqueza a nivel global debería surgir de un acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea”, cerró.

Multimillonarios piden pagar más

Meses atrás, trascendió un comunicado de Multimillonarios para la Humanidad, un grupo conformado por estadounidenses y por europeos que piden pagar más impuestos para paliar la crisis derivada de la pandemia. Entre ellos, figuran la heredera de Walt Disney, Abigail Disney, y el ex director gerente de BlackRock Inc., Morris Pearl.

Fuente: La Voz