Jaque mate al sistema privado de pensiones chileno
El clamor de los "indignados" con 750 mil personas en las calles de 40 ciudades de Chile, el pasado 24 de julio puso de cabeza al sistema privado único de pensiones, impuesto en 1981 por la dictadura cívico-militar.
08/08/2016 EL MUNDOEl clamor de los «indignados» con 750 mil personas en las calles de 40 ciudades de Chile, el pasado 24 de julio puso de cabeza al sistema privado único de pensiones, impuesto en 1981 por la dictadura cívico-militar.
La movilización obligó al mundo académico, a empresarios, a las mismas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP’s), e incluso al gobierno que no pretendía incluirlo en la actual legislación, a abrirse a debatir el tema y repensar el sistema ante las bajas pensiones que exhibe la primera generación pura de esos entes. Una ciudadanía más informada, más demandante, se alzó ante las millonarias jubilaciones que recibían los uniformados, carabineros y funcionarios de Gendarmería que no fueron obligados a cambiarse del sistema de reparto al régimen de capitalización individual. Es más, a la opinión pública le quedó en claro que el entonces joven ministro del Trabajo de la dictadura, José Piñera, debió negociar la inamovilidad en la previsión de las Fuerzas Armadas para imponer el sistema privado al mundo civil. Ex ministro y hermano mayor del ex presidente Sebastián Piñera (2010-2014) salió a defender con soberbia y prepotencia su obra, dejando más dudas que certezas sobre las bondades del sistema. Las administradoras enviaron cartas a sus afiliados. Habitat aseguró entregar jubilaciones promedio de cerca de mil dólares a los hombres que han cotizado por 360 meses. No se pronunció sobre las mujeres, pese a representar el 51 por ciento del mundo laboral, y que es castigado por el sistema. Luis Messina, líder del movimiento «No+AFP» que sacó la gente a la calle, fue asediado por primera vez por la prensa tras llevar 10 años denunciando y alertando sobre el bajo monto de pensiones. Messina explicó en los programas de TV que el movimiento que encabeza no significa volver al sistema de reparto, pero sí recuperar los principios de solidaridad que lo inspiran.
Defendió un sistema mixto, que refuerce el pilar solidario que se creó bajo el primer mandato de Michelle Bachelet (la primera reforma al sistema en 2005) y que no pudo ir más allá por los poderosos intereses que hay detrás de los dueños de las hoy seis administradoras que manejan los fondos de los trabajadores. El sistema mixto es también la propuesta B de la Comisión Bravo que representa el doctor en Economía de la Universidad de Berkeley, Andras Uthoff.
«En la Comisión (Bravo) nos sorprendimos de los resultados.
Pensábamos que eran malos, pero no tanto: 68% de las pensiones por debajo del salario mínimo (395 dólares), 44% por debajo de la línea de pobreza. O sea, estamos transformando este país en un ’80/20′: 80% va a tener que vivir a costa del Estado y 20% se beneficiará del mercado y eso no puede ser», explicó.
La manifestación callejera preocupó por primera vez al empresariado. Esta semana, la poderosa Sociedad de Fomento Fabril llamó a sus consejeros a plantear propuestas de mejoramiento del sistema y el presidente de la Asociación de AFP’s y ex ministro del gobierno de Piñera, Rodrigo Pérez Mackenna, reconoció que hay que introducir cambios. Nunca en estos 35 años, tantos sectores habían coincidido en la urgencia de cambios al emblema del modelo económico de la escuela de Chicago.
La calle volverá a manifestarse el domingo 21 de agosto. El gobierno, que inicialmente pretendía cerrarse a cualquier otra reforma, diciendo incluso que no había dinero, debió abrirse a debatir modificaciones y la presidenta Michelle Bachelet ordenó sacar de los escritorios las propuestas que hiciera la Comisión Bravo hace 11 meses.