Juicios a genocidas: “Hay una presión muy fuerte”

El Ejecutivo aceptó formalmente ayer la renuncia de Rozanski al Tribunal Oral Federal 1 de La Plata. El ahora ex magistrado atribuyó su alejamiento al actual contexto político en el que se pretenden frenar los juicios a los genocidas.

El Ejecutivo aceptó formalmente ayer la renuncia de Rozanski al Tribunal Oral Federal 1 de La Plata. El ahora ex magistrado atribuyó su alejamiento al actual contexto político en el que se pretenden frenar los juicios a los genocidas.

El Poder Ejecutivo aceptó formalmente ayer la renuncia del juez federal Carlos Rozanski, quien presidía el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que condenó a prisión perpetua al represor Miguel Etchecolatz, al cura Christian von Wernich y también al ex ministro civil de Gobierno bonaerense durante la dictadura Jaime Lamont Smart. Según su abogado, Eduardo Barcesat, el ahora ex juez decidió renunciar porque sus planes son “acogerse al régimen jubilatorio, dado que ya cuenta con los años necesarios de edad y servicio”. Sin embargo, el propio Rozanski atribuyó su alejamiento a la intención de ciertos sectores que pretenden frenar los juicios a los genocidas, y dijo ayer que “la idea es irse por decisión propia y no de esta manera”. Además, describió su estado de ánimo: “Me siento horrible.”

En declaraciones al programa Que vuelvan las ideas, de la AM 750, el ex magistrado precisó que “hay hace tiempo una presión muy fuerte de determinados sectores que no están de acuerdo con los juicios de lesa humanidad”. A su criterio, el avance de esos procesos “amenazaba con llegar a sectores civiles y empresarios”, y por esa razón “había que frenarlo de alguna manera, siendo ésta una de esas maneras”. Rozanski ponderó esa situación en un contexto político en el cual “se han bajado presupuestos en Derechos Humanos en la ciudad y el país, y eso tiene directa incidencia en el desarrollo de los juicios”, y destacó que también el “disciplinamiento de los jueces y la baja del presupuesto atentan contra el avance de causas”. Consultado sobre quiénes serían los interesados en sabotear los juicios, el ex juez respondió: “Clarín y La Nación empezaron a aparecer con responsabilidad en los juicios, aquí vemos lo que significa que empresas del poder económico usen durante décadas empresas obtenidas bajo torturas”. Rozanski se refirió así al rol de esos medios en la controvertida adquisición de Papel Prensa durante la dictadura.

El ex magistrado fue acusado ante el Consejo de la Magistratura de la Nación por supuesto maltrato laboral contra su personal, a partir de una denuncia realizada en 2011 por el jefe de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), Julio Piumato.

Hace algunas semanas, Rozanski denunció a todos los integrantes de la Comisión de Disciplina del Consejo de la Magistratura por “resucitar” la denuncia de Piumato, la que consideró “prescripta y archivada”. Describió que el organismo dio curso a medidas sin haber siquiera tenido en cuenta su descargo, y dijo también que estaba sufriendo “presiones por no ser un magistrado afín al Ejecutivo”. En ese sentido, cuestionó una supuesta influencia del Poder Ejecutivo para avanzar en una de esas denuncias en su contra y vinculó las “persecuciones” y “presiones” al avance de los juicios de lesa humanidad sobre “las complicidades civiles” con la dictadura militar.

En otro tramo de la entrevista enfatizó que algunos periodistas habían anticipado la embestida que terminó con su renuncia, y describió que cuando acudió a hacer su descargo el Consejo estaba empapelado con afiches referidos a aquella nota periodística.

Fuente: Página 12