La autogestión tiene más tela para cortar
Después de pasar por una quiebra fraudulenta, la fábrica textil de Villa Lynch fue reabierta por una cooperativa de 65 trabajadores, con el apoyo de la Municipalidad de San Martín y el Sindicato del Vestido.
02/07/2019 MUNICIPIOSDespués de pasar por una quiebra fraudulenta, la fábrica textil de Villa Lynch fue reabierta por una cooperativa de 65 trabajadores, con el apoyo de la Municipalidad de San Martín y el Sindicato del Vestido.
Después de seis meses de ocupar la fábrica, la Justicia habilitó a los trabajadores de la cooperativa 8 de enero (ex Sport Tech) para volver a producir. Este lunes, sus 65 integrantes -en su mayoría mujeres- pudieron ingresar a la nave principal, donde las máquinas juntaban polvo y óxido. “Empezamos a limpiar y reacondicionarlas. Tenemos encargos de dos clientes para arrancar a producir y vamos a hacerlo cuanto antes”, contó a PáginaI12 Fernando Castillo, costurero con 15 años de antigüedad en la antigua empresa textil y ahora integrante de la recuperada. Los trabajadores están armando una inauguración oficial, con festejo y corte de cinta, para este jueves.
El fallo del juez Horacio Robledo, a cargo del juzgado en lo Comercial Nº 25, homologó un acuerdo que les dió el uso de las maquinarias y de la materia prima que había quedado dentro de la fábrica, así como de sus vehículos, luego de reconocer a los trabajadores como acreedores en el proceso de quiebra. De esta manera, cerró una larga pelea que había comenzado con un paro en el mes de enero para exigir al dueño, Pablo Enrique, el pago de salarios, aguinaldos y bonos adeudados. El conflicto incluyó tres órdenes de desalojo, el despliegue de la infantería, un pedido de captura, noches de hostigamiento policial, movilizaciones al Congreso. Los trabajadores tuvieron el respaldo de la intendencia de Gabriel Katopodis, que intervino para gestionar el acuerdo, y del Sindicato Unido de Costureros y Empleados del Vestido, de la CTA Autónoma, creado como parte del proceso.
“Los sindicatos oficiales actuaron muy mal. Una semana antes de empezar con la toma, trajeron un micro con obreros de Luján para tirarnos huevos. A las compañeras, muchas de ellas inmigrantes, les decían que las iban a deportar”, recuerda Castillo.
Las gestiones del municipio fueron desde la provisión de colchones y alimentos a la intervención para poder llegar a un acuerdo en defensa de los puestos de trabajo. La intendencia ayudó a que la cooperativa pudiera alquilar el lugar, condonándole al dueño del inmueble los punitorios de una deuda con el municipio, con el compromiso de que les diera seis meses de gracia a los trabajadores en el pago del alquiler.
“Con este fallo de la Justicia salimos de un pozo: ya no tenemos encima la amenaza de desalojo. Pero somos conscientes de que vamos a salir a un mercado en retroceso por las políticas del gobierno nacional. Que encima ahora firmó el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea, que de ponerse en práctica va a abrir más la importación de productos textiles“, dicen en la cooperativa.
La fábrica está ubicada en Iturraspe 920, Villa Lynch, partido de San Martín, dentro del polo textil que llegó a ser el segundo del país y que hoy sufre los golpes cruzados de la caída del consumo, la apertura indiscriminada de importaciones y los tarifazos en los servicios. No son los únicos. En marzo bajó la persiana la fábrica de cosméticos Tsu, que tenía 150 empleados. Y en febrero, también dentro de San Martín, cerró Metalpar, la fábrica de carrocerías de colectivos más grande del país, con 600 despidos.
La ex Sport Tech llegó a tener 300 trabajadores. Confecciona ropa para grande marcas deportivas. Entre sus primeros encargos, la cooperativa tiene ahora un pedido de una Pyme de Villa de Urquiza y otro de la marca Mitre, que viste a los clubes del ascenso.