La Corte de Brasil podría fallar hoy a favor de Lula

El Supremo Tribunal Federal de Brasil definirá hoy el alcance de recientes decisiones que anularon condenas por corrupción contra ex funcionarios de la petrolera estatal Petrobras

El Supremo Tribunal Federal de Brasil definirá hoy el alcance de recientes decisiones que anularon condenas por corrupción contra ex funcionarios de la petrolera estatal Petrobras, en un entendimiento que podría dejar sin efecto centenares de sentencias de la operación Lava Jato, entre ellas una contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil definirá hoy el alcance de recientes decisiones que anularon condenas por corrupción contra ex funcionarios de la petrolera estatal Petrobras, en un entendimiento que podría dejar sin efecto centenares de sentencias de la operación Lava Jato, entre ellas una contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Una mayoría de la Corte concedió la semana pasada un habeas corpus al ex gerente de Petrobras Marcio de Almeida Ferreira, condenado por corrupción y lavado de dinero, cuyos abogados argumentaron que su cliente tuvo cercenado el derecho a la defensa por no haber sido escuchado luego de los delatores en los alegatos finales.

El pedido fue presentado luego de que la segunda sala del STF anuló en agosto una sentencia del ex juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia del gobierno de Brasil, contra el ex presidente de Petrobras Aldemir Bendine, cuyos abogados cuestionaron que en los alegatos finales del proceso se hubiera escuchado por último a los delatores, considerados como «auxiliares de la acusación».

Según el Ministerio Público Fiscal de Curitiba, la sureña ciudad de Brasil epicentro de la operación Lava Jato, la anulación de la condena a Bendine puede dejar sin efecto 143 de las 162 sentencias en el marco del mayor proceso anticorrupción de la historia del país.

El juez Alexandre De Moraes defendió que el entendimiento de la corte valga para los casos en los que las defensas hayan cuestionado el proceso en la primera instancia, lo que evitaría una avalancha de anulaciones.

Fuente: La Capital