La dura situación en los barrios del Oeste de Neuquén: venden hasta dientes de ajo sueltos

Almaceneros de diferentes barrios coincidieron en que los vecinos llevan menos comida que meses atrás. Ya no compran las ofertas sino por unidad.

Almaceneros de diferentes barrios coincidieron en que los vecinos llevan menos comida que meses atrás. Ya no compran las ofertas sino por unidad.

La inflación no da tregua y hace meses que pega directo en lo que las familias pueden comprar para llevar a sus casas. Varios almaceneros de diferentes barrios del Oeste de Neuquén describieron el escenario que viven todos los días con clientes que se llevan dos mil pesos de carne picada, un chorizo, una papa y hasta compran de a un diente de ajo.

La realidad es dura y se recrudece cuando son los adultos mayores los que llegan al almacén a comprar y no pueden llevar todo lo que realmente necesitan. Además, estos comerciantes reciben todos los días muchas personas que llegan pidiendo comida y ya no tienen modo de ayudar a todos.

La dueña del almacén Gabriela, frente al Hospital Heller, contó a LMNeuquén que se notan muchos los cambios de hábitos de compra entre sus clientes, quienes -aseguró- adquieren menos cantidad de alimentos que a fines del año pasado.

«Volvimos otra vez a la picada. Nos piden dos mil pesos en carne picada, o llevan por ejemplo una papa, una cebolla, el pan y lo que le sobró en carne picada. O un chorizo, eso ya es normal, supuestamente es para hacer un guisito», describió. La comerciante aseguró que los clientes ya ni preguntan el precio de las cosas, sino que llevan lo que les alcanza.

«Vendo los ajos de a un diente, dos dientes, y lo que les sobra compran un poco de carne, si es un bife llevan eso», describió.

«Llevan de una pata y muslo. Vos les ofrecés las ofertas y no: llevan solo lo que les alcanza. Ya no tiene sentido que ponga, por ejemplo, dos kilos de papas a 2.500 pesos o a 2.000 pesos, porque la gente va a venir y va a comprar una papa, una cebolla, lo que necesita para el día», describió Gabriela, quien dijo que además se llevan los fideos o el arroz más barato.

En este comercio del barrio Gran Neuquén Sur los clientes compran de a mil pesos el queso cremoso, a pesar de que la oferta es medio kilo a 3.900 pesos. «Les alcanzará para una polenta, una hamburguesa, no pregunto mucho», aclaró.

«Los que están más complicados son adultos mayores, porque dan pena», describió la comerciante sobre la situación que viven los jubilados, a quienes les es muy difícil poder comprar su comida.

Cada vez más personas piden en Neuquén
La dueña del almacén Gabriela contó además que cuando abre la persiana todos los días aparecen personas pidiendo comida, y que también cuando las cierra se encuentra con lo mismo.

«Hay mucha gente pidiendo, hay mucha pobreza», aseguró la comerciante, quien calculó que esta situación se empezó a notar desde el desembarco del nuevo gobierno nacional que sacó los planes sociales.

Lo que escucha de sus clientes muchas veces es que optan entre pagar la luz, el gas o comer. Este almacén abrió sus puertas hace 32 años y consideró que esta crisis es peor que las de décadas pasadas y marcó que en la actualidad hay muchas personas extranjeras o de otras provincias que llegan a la ciudad a buscar trabajo y no lo encuentran.

Ruth, empleada de un minimercado de la calle Novella, aseguró que desde la pandemia a esta parte ve que los clientes «se limitan mucho» para comprar. «Antes la gente agarraba una bolsa y cargaba. Ahora se llevan por unidad», aseguró.

«Lo que más se vende es la papa, la cebolla y la zanahoria. Y por ahí los fideos. Pero se nota mucho el cambio. Si estaban mal después de la pandemia, ahora peor», consideró.

La dueña de la despensa «Los tres primos» del barrio Independencia, Beatriz Martínez, contó que notó mucho la baja de las ventas y ejemplificó que antes llevaban de a dos o tres kilos de milanesas y ahora llevan por unidad.

Insistió con que muy pocas personas llevan por kilo, que la mayoría lleva de a mil pesos o dos mil y aclaró que, aunque pongan ofertas, el público no las lleva. La comerciante describió que meses atrás compraban de a 20 cajas de pollo por semana y que ahora no venden ni la mitad.

Martínez describió que la baja de ventas la nota más acrecentada desde principio de este año. «Yo no tengo otra entrada, vivo de esto, trabajo día a día con mis hijas y solo me alcanza para comer», aseguró la comerciante.

En este sector del Oeste también hay muchas personas que pasan por los comercios a pedir comida o trabajo. «Antes quizás podíamos contratar una chica para que nos ayude, pero ahora no da», dijo.

Las estrategias de los vecinos para las compras en Neuquén
Carlos Romero, un joven vecino del barrio 7 de Mayo, contó que tiene trabajo y que -si bien no le falta el dinero- busca las ofertas para poder llegar a fin de mes.

«Con lo que comprás en una quincena, a la siguiente ya no te alcanza lo mismo», describió Rosalía, vecina del Barrio El Nido, quien aseguró que aunque no tiene hijos menores a su cargo, también le cuesta llegar a fin de mes. La mujer está sin trabajo y viven del sueldo de su esposo.

Entre otros cambios de hábitos que tienen muchas familias, Adriana -del barrio Atahualpa 5- contó que dejó de comprar, por ejemplo, virulana y líquidos de limpieza.

«Compro menos cantidad, no es como antes. Saco fiado y después tengo que pagar, así que se complica. Compro menos carne, menos milanesas de pollo», describió Mariana, vecina del barrio Melipal.

Fuente: La Mañana Neuquén