La felicidad del desocupado
El ex JP Morgan afirmó con sensibilidad de banquero que “sé que muchos de los que han perdido el trabajo conocen que este era el único camino”. Rechazó la posibilidad de reabrir paritarias pese a la fuerte caída del salario real.
30/08/2016 El PaísEl ex JP Morgan afirmó con sensibilidad de banquero que “sé que muchos de los que han perdido el trabajo conocen que este era el único camino”. Rechazó la posibilidad de reabrir paritarias pese a la fuerte caída del salario real.
“No creo que la gente esté mejor que cuando asumimos pero podría estar mucho peor si no hubiéramos cambiado el rumbo, es lo que se pudo. Muchos de los que han perdido el trabajo conocen que este era el único camino”. La definición sobre la situación económica y social corresponde al ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. Durante una entrevista radial el funcionario reconoció la caída en la capacidad de compra de los trabajadores pero prometió que la desaceleración en la inflación permitirá amortiguar el impacto en lo que resta del año. De todos modos descartó otros mecanismos compensatorios: “No sería beneficioso reabrir las paritarias. Hay que reconocer la fuerte baja en la inflación, el poder adquisitivo del salario va a mejorar en el segundo semestre”, consideró el titular del Palacio de Hacienda.
A contramano de los datos de la Anses y la AFIP que dan cuenta de un proceso de destrucción de empleo en el sector privado, el funcionario consideró que “la tasa de desempleo de 9,3 por ciento es alta sin ninguna duda, pero no estamos seguros si es mayor que la del año pasado porque el Indec truchaba los datos”. De todas formas, reconoció la existencia de “sectores con dificultades como la construcción y aquellos asociados a la demanda de Brasil”.
Desde la perspectiva del ministro Prat-Gay, “la inflación ya no es un tema”. El funcionario aseguró que, tras la suspensión en los aumentos de las tarifas del gas, los aumentos de precios en agosto estarán por debajo del 1 por ciento. Contra las proyecciones de consultoras y universidades consultadas por el gobierno de Mauricio Macri, el funcionario arriesgó que los aumentos no alcanzarán el 45 por ciento en el año. “Hace dos meses la inflación era el tema más importante pero ahora no tiene asidero la discusión por la reapertura (de paritarias). Estamos retomando el ritmo de la obra pública, hay mucho dinamismo en el interior, en la agroindustria y señales de recuperación de Brasil.”, consideró.
Para Cifra-CTA, con un aumento de precios en torno al 45 por ciento la caída del poder adquisitivo llegaría al 7 por ciento. De validarse ese escenario, sería el mayor retroceso de la capacidad de compra desde la crisis de 2002 cuando el salario real cayó 30 por ciento. Para encontrar otros episodios pérdidas superiores en la capacidad de compra de los asalariados hay que remontarse a 1989 donde la contracción fue del 14 por ciento.
“Es preocupante pensar que la inflación ‘dejó de ser un tema’. Antes de asumir decían que los precios no iban a aumentar con la devaluación y la salida del ‘cepo’. Estaban totalmente equivocados, como sucedió a lo largo de la historia argentina, un salto cambiario impacta sobre los precios. Fue un pésimo diagnóstico. Si piensan que le ganaron a la inflación se equivocan, la apreciación del tipo de cambio por la inflación observada en el año hará que reaparezcan las expectativas devaluatorias”, advirtió a este diario el director de la consultora Idear Desarrollo, Matías Kulfas. Para el economista el aumento en el desempleo y la caída en el salario real “no representan una consecuencia indeseada sino que constituye un elemento necesario para generar al clima de inversiones”.
Autor de definiciones como “la grasa de la militancia”, “los sindicatos van a tener que elegir entre empleo y salarios”, “el trabajo sucio está hecho” y el pedido de disculpas a los empresarios españoles, Prat-Gay ofreció en la entrevista con radio La Red su versión de la máxima menemista “estamos mal pero vamos bien”: “Estamos haciéndonos cargo del desastre que nos dejaron. El régimen anterior era insostenible. Se gastaron 100 mil millones de dólares con la corrupción y el derroche. Les agradezco el voto y la confianza, sé que muchos de los que han perdido el trabajo conocen que este era el único camino. Sabemos que es un momento difícil pero vamos en el camino correcto. El año que viene vamos a tener el crecimiento que no hubo en cinco años. Estamos sentando las bases para que la economía se recupere el año que viene”.
“Si bien puede existir un repunte después de la fuerte caída de esta año, no hay elementos genuinos que permitan esperar un cambio de tendencia en la actividad económica en 2017. Es improbable que lleguen inversiones extranjeras si no hay demanda. La única herramienta disponible para reactivar la economía es la inversión pública pero desde la perspectiva del equipo económico si aumenta el nivel del gasto sube la inflación”, explicó Manzanelli del Cifra-CTA.
A pesar de las promesas oficiales, en los primeros siete meses de 2016 el financiamiento del Estado nacional para inversiones en las provincias registró una retracción nominal del 19,6 por ciento interanual. En tanto las obras públicas determinadas directamente desde la Casa Rosada acumularon un leve alza nominal interanual de 5,5 por ciento entre enero y julio. “Al Gobierno no le interesa el rol contracíclico del Estado. Pero si quieren volver a crecer van a recurrir a la obra pública durante un año electoral y además también puede venir cierto impulso por el sector agropecuario. Pero es solo recuperar algo de lo perdido este año. El consumo y la inversión privada, comparadas con un año muy malo, puede levantar un poco”, indicó Kulfas. De todas formas el economista consideró que “la economía en 2017 va a ser mejor que este año ya que va a recuperar terreno después de la caída que generó el propio gobierno”.