La Legislatura mendocina copada por familiares y amigos de funcionarios

Hijos, hermanos y primos aparecen entre los beneficiados, como también allegados al poder y parientes de funcionarios.

Hijos, hermanos y primos aparecen entre los beneficiados, como también allegados al poder y parientes de funcionarios.

«No sabría decirte cuántos son». «Son la misma cantidad de siempre». Esas esquivas respuestas recibiría cualquier mortal que osara preguntar por quiénes y cuántos son los asesores que hoy tiene cada diputado y senador de la Legislatura de Mendoza. Sin embargo Diario UNO logró acceder a la lista oficial de los asesores y secretarios de cada legislador y a la vista resaltan los ya clásicos nombramientos de familiares y amigos del poder.

Y es que tal y como demostró el senador nacional Julio Cobos, quien luego de la frustrada designación de su novia, Natalia Obón, en la Cámara Federal de Apelaciones de la Justicia Federal local, volvió a tomarla como su asesora en el Senado, es potestad de cada legislador nombrar a quienes serán sus asesores y ser también «el jefe» que certifique si trabaja. Para ser asesor el único requisito es ser mayor de 18 años, y, claro está, haber militado al lado del legislador o haberse ganado su afecto.

A diferencia del Congreso de la Nación, que publica cuántos y quiénes son los asesores de los legisladores, en Mendoza es un tema del que se habla por lo bajo, porque nadie pretende ventilarlo demasiado, aunque la Ley de Acceso a la Información Pública ya vigente se lo exigirá el año que viene.

En el Senado provincial existe la resolución 433/99, que determina que cada senador podrá designar a dos personas: uno hará las tareas propias de asesorarlo y el otro será en los papeles su secretario administrativo, aunque también podrá asesorarlo. Ambos llegan y se van de la Legislatura con él cuando acaba su mandato.

El sueldo de estas personas de confianza es un proporcional de la dieta del legislador. El asesor de un senador, que formalmente aparece en la categoría 066, percibe 45% de aquella dieta, que hoy ronda los $100.000, por lo que el ungido percibirá alrededor de $45.000 y el secretario administrativo un porcentaje menor, aunque no se precisó cuánto.

Siguiendo aquella resolución, sólo en la Cámara Alta el Estado debiera liquidar los sueldos de 76 de estos nuevos empleados, el doble de los 38 senadores, y en la Cámara Baja el número ascendería a 96 -duplica a los 48 diputados-. Pero lo cierto es que más allá del número ideal de nombramientos, hay legisladores que suman asesores temporarios y además los bloques partidarios también tienen sus propios asesores.

Beneficiar a parientes y amigos

A la hora de elegir a quienes los asesorarán o quienes harán de secretarios, Julio Cobos no es el único que elige con el corazón.

Diario UNO revisó el listado de asesores y secretarios y a simple vista resaltaron algunos casos de nepotismo y amiguismo.

La joven diputada Tamara Salomón, quien asumió en mayo pasado, ungió como su asesora a su hermana Yamina Nahir Salomón, quien además aparece en sus redes sociales como vicepresidenta de la UCR de Capital.

Una decisión similar tomó en el mismo bloque el diputado Emiliano Campos, quien tiene de asesor a su primo Lucio Augusto Hisa, hijo del ex legislador Leonardo Hisa, hoy acusado del crimen de Norma Carleti.

En la Cámara de Senadores, el malargüino Juan Antonio Agulles también apostó por la familia y eligió de secretario privado a su hijo Fabricio Agulles Martín.

Entre los que designaron a amigos aparece el diputado justicialista Javier Cofano, cuyo asesor es el ex legislador del mismo partido Oscar Raúl Demuru.

En esa línea el diputado Omar Parisi, hoy en el nuevo bloque Podemos, de corte kirchnerista, tiene de asesora según la información oficial a Verónica Valverde, ex edila de Las Heras y esposa del ex vicegobernador Carlos Ciurca.

El amiguismo también se da en Senadores. La maipucina Marisa Ruggeri tiene de secretario a Juan Manuel Majul, hijo del actual subsecretario de Relaciones Institucionales de la cartera de Seguridad, Néstor Majul.

Por su lado Adolfo Bermejo acogió de asesora a la ex presidenta del Concejo Deliberante de Maipú, Miriam Gallardo.

Pero esto no es potestad sólo de los partidos mayoritarios: también se da en el PRO. El diputado Álvaro Martínez eligió como asesora a Analía Huczak, hermana de la diputada nacional del PRO Stella Maris Huczak, y como secretario a Gabriel Alejandro Pradines, familiar del ex diputado del PD Roberto Pradines.

El Partido Demócrata tampoco está exento. El diputado Marcos Niven tiene de secretario al ex diputado de ese partido Aldo Vinci.

Pero seguramente ese listado no es el final, porque si se rastrea más fino entre la militancia amiga aparecerán otros tantos ejemplos.

Administrando el «disponible»

Además de esos asesores estables cada senador -que como se dice puertas adentro de los bloques no tiene por qué saber de todos los temas en los que debe legislar- «también tendrá disponible un monto anual, que este año ronda los $330.000, para hacer por ejemplo contratos de locaciones de servicios para asesores específicos que deberán presentar la factura por sus servicios», contó Roberto Alma, el experimentado secretario administrativo del bloque radical, quien está allí desde 1983, en la vuelta de la democracia. Para esto la única condición es que mensualmente no puede gastar más de $24.000, por lo que será tarea del senador distribuir los asesoramientos de manera mensual de modo de tal de no exceder esa suma o repartirla como mejor le parezca entre quienes lo iluminan en distintas áreas del saber.

Como ese monto no es acumulable, si no lo gastan vuelve como ahorro de presupuesto, por lo cual en general se usa hasta el último centavo. Y es aquí donde aparecen los grises, ya que no hay requisitos para facturar como asesor. Sólo existe la condición de que esa persona no debe estar en otra área del Estado, a excepción de médicos y docentes con una cierta cantidad de horas cátedras.

«El senador tiene los dos asesores que se debe, y después cuenta con un contador, un abogado y tres personas más que trabajan en el territorio. Son las que hacen el relevamiento en el distrito que representa. Se reúnen con las uniones vecinales o con las cámaras empresariales para ver qué es lo que necesitan», desnudó Roberto Páez, quien es el secretario del senador disidente del PI, el pastor Héctor Bonarrico, quien al separarse del frente que conformó constituyó un monobloque denominado MasFe y por tanto pidió tener para sí un prosecretario y también personal de maestranza.

En el caso de los diputados el monto del que disponen esos legisladores es de $450.000 anuales, que según informaron oficialmente pueden destinar también a viajes o a hacer donaciones. Para ellos el máximo a gastar por mes es de $37.000 para no perjudicar el presupuesto mensual de la Legislatura.

Este año, que hubo recambio de legisladores, aquellos que dejaban sus bancas y trabajaron de enero a mayo recibieron un cupo de hasta $150.000 y los que entraron, que estarán 8 meses este año, dispondrán de los $300.000 restantes.

Una tarea flexible

Como son designados por los legisladores, los asesores no tienen que demostrar su producción. Una vez que es nombrado es el legislador quien certifica mensualmente que ellos cumplieron sus tareas, presenta una nota al presidente de la cámara, éste la pasa al secretario administrativo y de ahí va directo a Liquidaciones.

«Por ahí hay legisladores que son del interior y tienen trabajando con ellos a gente de su departamento, que lógicamente son quienes conocen la problemática y por ejemplo organizan una reunión con una cámara de comercio y mandan al asesor. Entonces el que acredita el trabajo es el legislador y no tienen un horario fijo que deban cumplir o se pueda controlar», retrató Sergio Pinto, secretario administrativo de la Cámara de Diputados.

Fuente: Uno