La libreta de gastos de Guzmán

Asegura que el gasto primario, descontando ayuda COVID, subió más de 87 por ciento, 24 puntos por encima de una inflación que es muy alta. Las charlas previas con CFK y la relación con Manzur. 

Asegura que el gasto primario, descontando ayuda COVID, subió más de 87 por ciento, 24 puntos por encima de una inflación que es muy alta. Las charlas previas con CFK y la relación con Manzur.

En general, los ministros salen a jugar en la faz pública, primero, con aval político superior. Y en segundo lugar, con un sustento probatorio para la teoría a sostener. El caso de la declaración pública del titular de Economía, Martín Guzmán, sobre las críticas de Cristina Fernández a lo que considera una política de ajuste, es un ejemplo de ese doble juego.

La teoría del ministro se sustenta en apuntes propios y en números que, entienden en Hacienda, avalan la idea fuerza de que no hay contracción sino expansión. En paralelo, cuentan sus laderos que esta charla ya la tuvo Guzmán en las anteriores oportunidades que dialogó con CFK. Ahora, de hecho, tienen pendiente un encuentro tras aquellos mensajes de Whatsapp en los que la mandataria le aclaró que no era ella la que estaba pidiendo su renuncia.

En la libreta roja que habitualmente usa el ministro para anotaciones, apunta datos de todo el año que reflejan un mayor gasto. Siempre con la salvedad de que en los ejercicios generales, las erogaciones mayores ocurre con mayor velocidad en el segundo semestre que en el primero. En esta línea, lo más importante es el resumen de las erogaciones del Estado Nacional en el mes de agosto. En ese período, el gasto primario tuvo una suba del 64,8 por ciento interanual, que llega a 87,3 por ciento, si se le descuenta el gasto por la pandemia de COVID en 2020 y 2021. Para la cartera que él conduce esta cifra es relevante porque es previa a la discusión de la interna oficial sobre si no es conveniente salir de la disciplina fiscal hacia un modelo más expansivo. El número de gasto está, así 24 puntos por encima de la inflación y es una inversión impulsada, básicamente, por los gastos de capital -que crecieron 123 por ciento contra el 2020) y las políticas de inclusión social.

«Cuando Cristina habló de que los funcionarios tienen que ser tercos, no fue un palo al gallinero de Guzmán», explicó una alta fuente oficial, asegurando que es de sostener las posiciones. En las últimas horas, de hecho, se reunió al menos dos veces con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, para pasarle revista a estas cifras y a lo que se viene en materia de política económica.

Entre los puntos centrales que destacan en Hacienda en el desgloce del gasto, con la idea de mostrar expansión, está que las Políticas Alimentarias crecieron en casi 17.300 millones de pesos; el Potenciar Trabajo sumó 7145 millones por suba de titulares y Salario Mínimo. En cuanto a Acciones de Empleo, más que nada REPRO, se gastó 10 mil millones más. A eso se le suma un bono de 5000 pesos a pasivos de la mínima. En paralelo, el programa PROGRESAR creció en casi 3400 millones y la Asignación Universal para Protección Social mejoró un 131,7 por ciento año contra año.

En cuanto a subsidios a la energía, allí sí se ve que en todo el 2021 hubo un crecimiento en la asistencia a Cammesa, la empresa que administra el mercado mayorista. Aducen, de todos modos, que en agosto ya esos pagos fueron menores, afectando la base de comparación. Esto abona la teoría de CFK de la necesidad de una mejor redistribución. En la otra esquina, decrecen los pagos del programa de Formulación y Ejecución de Políticas de Hidrocarburos ( en 4.083,3 millones de pesos).

Fuente: Página 12