La madre de todas las derrotas

En las elecciones del domingo, La Libertad Avanza perderá en la mayoría de los distritos del país. En la contienda en que se renovarán los nombres para 24 bancas en el Senado y 127 en Cámara de Diputados

En las elecciones del domingo, La Libertad Avanza perderá en la mayoría de los distritos del país. En la contienda en que se renovarán los nombres para 24 bancas en el Senado y 127 en Cámara de Diputados, el mileísmo enfrentará escenarios complejos en los 24 distritos electorales y apenas en unos pocos podrá salir triunfante.

Las expectativas apenas están puestas en los distritos en los que los libertarios sellaron acuerdos con los jefes provinciales, como Chaco, Entre Ríos, Mendoza, la Ciudad de Buenos Aires. Salta y San Luis, donde Claudio Poggi se corrió de la pelea pero anticipó que votará la lista violeta, son los otros dos distritos en los que la Casa Rosada se siente con más seguridad. Sueña con algún tipo de milagro en la zona productiva, pero descarta Buenos Aires.

En el territorio bonaerense, el espacio que aparecerá representado por José Luis Espert en la boleta ya se resignó a achicar la diferencia con la que el peronismo lo despabiló el 7 de septiembre. Si la distancia es de un dígito, entre 1 y 9, el objetivo de Diego Santilli se considerará cumplido.

El diputado que ya quiso ser candidato a gobernador de la mano de su antiguo amigo Horacio Rodríguez Larreta no es un mal candidato. Se tuvo que hacer cargo de una campaña que se hundió en el barro de las denuncias contra Espert, expuesto por su relación todavía no del todo clara con un detenido por un causa relacionada al narcotráfico que días atrás dijo que si habla se cae el país. Sin embargo, sus esfuerzos para volver a seducir a un electorado de centroderecha que se fue alejando de Javier Milei resbalan ante una realidad que se expresa día a día más allá de las (dudosas) estadísticas a las que los referentes del oficialismo echan mano cuando las acciones de la guerra contra el kirchnerismo empiezan a posicionarse en baja.

Hasta la elección bonaerense del 7 de septiembre, La Libertad Avanza encontró argumentos para vender caras sus derrotas en las contiendas electorales que se anticiparon a las legislativas del domingo. La Libertad Avanza había tenido buenas elecciones en Jujuy, San Luis, Salta, y Santa Fe, y había ganado en Chaco y la Ciudad de Buenos Aires. Perdió fiero en Formosa, pero buscó lavarse la cara acusando a Insfrán. Solo la paliza del radicalismo que gobierna en Corrientes, que una semana antes de la contienda bonaerense vapuleó al mileísmo sacándole más de 42 puntos de ventaja, había logrado mutear a los voceros violetas de la manera en que lo hizo el debut de Fuerza Patria.

Los análisis se superpusieron y apuntaron a diferentes capas de la estrategia política y la situación económica, pero los efectos del triunfo del peronismo golpearon al corazón simbólico de La Libertad Avanza como no había sucedido hasta entonces. Milei había prometido pintar la provincia de violeta y poner el último clavo al cajón del kirchnerismo. No sólo no lo logró sino que envalentonó al principal partido de la oposición y se empujó a sí mismo a ocupar un rol que hasta entonces había decidido esquivar: el de perdedor. Ese domingo, Milei subió al escenario que estaba preparado en Gonnet y reconoció la derrota. También prometió que la iban a dar vuelta el 26 de octubre. Esa te la debo.

Todo cambió desde entonces. El relato del topo que había llegado a la política para destruir al Estado desde adentro y se había convertido en invencible, dejó de tener sustento. El mito de las mayorías populares dispuestas a bancar un ajuste interminable se cayó como un piano y el Gobierno empezó a trastabillar. Se anunció una mesa política que nunca se puso en marcha, Lisandro Catalán fue ascendido a ministro del Interior y salió a buscar apoyos a las provincias, y las cabezas del proyecto libertario aceleraron las gestiones para convencer a los Estados Unidos de un salvataje del que finalmente consiguieron una promesa.

Mientras el dólar tocó el techo de la banda y las reservas se fueron achicando, los estrategas de La Libertad Avanza suspendieron las recorridas del Presidente y anticiparon cambios de gabinete para el mismo domingo. La interna adelantó los tiempos para este miércoles, cuando el canciller Gerardo Werthein presentó su renuncia al gobierno que hace de sus relaciones internacionales un caballito de batalla.

Las últimas horas de una campaña que se ubica entre las más pobres que se recuerden en la historia reciente estuvo marcada por la discusión en torno a la forma en que se contarán los datos el próximo domingo. La Libertad Avanza, único sello con representación en todo el país, quiere evitar que el peronismo (que se presenta con distintos nombres según el territorio) sea contabilizado nacionalmente. El debate, incluso, llegó a la Justicia, que no aceptó el pedido libertario.

Como sea, el domingo cada provincia elegirá a sus representantes y el nuevo Congreso marcará el futuro inmediato del gobierno de Milei, pero también su proyección hacia el 2027, cuando el proyecto libertario se jugará su continuidad. En la Bolsa de Comercio de Córdoba, Luis Caputo dijo que la elección del domingo es más importante que la presidencial en el horizonte y acusó a la oposición. Según Caputo, los opositores buscan que el proyecto fracase mediante un triunfo sobre los libertarios este domingo. Se le pasó un detalle: más allá de oficialistas y opositores, a los que englobó bajo el mote de «comunismo», lo que pase este 26 se definirá por los votos.

Será, entonces, un principio de revelación.

Por César Pucheta

Fuente: Página 12