La memoria del PRO es intercambiable

Los organismos de derechos humanos interpretaron la decisión de hacer móvil el feriado como un intento de vaciar el significado del día y de buscar desmovilizar las multitudinarias marchas que se realizan cada año.

Los organismos de derechos humanos interpretaron la decisión de hacer móvil el feriado como un intento de vaciar el significado del día y de buscar desmovilizar las multitudinarias marchas que se realizan cada año.

Los fines de semana extralargos son historia, luego de que el gobierno de Mauricio Macri eliminara a través de un decreto de necesidad y urgencia los “feriados puente”. Según el texto que firmó el Presidente y numerosos miembros de su gabinete salió publicado ayer en el Boletín oficial, los días que, pegados a feriados que coincidían en jueves o martes, convertían al fin de semana en buenas excusas para escapadas de descanso turístico –que en base a la norma que comenzó a regir en 2011 eran solo dos por año– generaron “dificultades” para el cumplimiento del ciclo lectivo y afectaron “la competitividad productiva”. El DNU también convirtió en “feriado movible” al Día Nacional de la Memoria, por lo que este año será no laborable el 27 de marzo en lugar del 24, fecha en la que se conmemora el inicio del más sangriento golpe de Estado que sufrió el país. La medida generó rechazo en referentes de organismos de derechos humanos.

La inclusión del 24 de Marzo en el calendario como feriado se votó en el Congreso en 2006. Uno de los efectos de esta medida fue que, el estar marcado el rojo, las escuelas debieron incluir contenido vinculado al golpe de estado del 24 de marzo de 1976 en la currícula. El feriado fue votado como inamovible. Los organismos de derechos humanos interpretaron la decisión de hacer móvil el feriado como un intento de vaciar el significado del día y de buscar desmovilizar las multitudinarias marchas que se realizan cada año el 24 de marzo.

La Madre de Plaza de Mayo de la línea fundadora Taty Almeida calificó la medida de “insólita”, aunque “para nada inesperada”. “Es un nuevo agravio de Macri que ofende a la memoria de nuestros hijos, de los 30 mil, del genocidio que ocurrió acá, en la Argentina. Es tremendo y lo repudiamos totalmente”, evaluó Almeida. La Madre de Plaza de Mayo recordó que el Congreso “debe ratificar el DNU”, por lo que “allí movilizaremos los organismos y quienes tengan memoria para que no lo hagan. Ojalá seamos muchos, ojalá la resistencia sea fuerte”, anunció. Desde Hijos también criticaron la medida. “Ningún DNU cambia nuestra lucha”, protestaron vía Twitter. Vía Facebook, el Movimiento Evita consideró que con el traspaso del 24 de Marzo, el Gobierno “una vez más demuestran su falta de compromiso en la reivindicación de nuestra historia con un ataque directo a la política de memoria, verdad y justicia”.

A finales de 2016, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, había considerado que la medida, que ya había sido adelantada, era “horrible” y que “ofendía a los derechos humanos” porque se trata de una “herida que está abierta”. Señaló que tocar la fecha en la que se conmemoran los asesinatos, las desapariciones y el robo de bebés era “distorsionar la historia”. La titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, también había manifestado su desacuerdo. “Somos los pueblos los que determinamos este tipo de fechas. El 24 de Marzo es como el 25 de Mayo”, se había quejado Bonafini.

El DNU modifica el régimen de días feriados nacionales al trasladar casi todas las fechas no laborables del año a lunes anteriores o posteriores y eliminar los dos feriados “sandwich” anuales que había creado el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner –mediante un decreto que fue rápidamente aprobado por el Congreso nacional– con el objetivo de fomentar el turismo. En ese sentido, el texto plantea que el establecimiento de los feriados de cuatro días no laborables consecutivos “generó dificultades para el cumplimiento de los días dispuestos para el ciclo lectivo y afectó la competitividad del sector productivo”. A fines de 2016, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, había adelantado que habría una reducción de los “feriados puente”, aunque aseguró que se mantendría el del 19 de junio, pegado al Día de la Bandera. Pero no sobrevivió ninguno. En el DNU, el Gobierno plantea que “al trasladarse una mayor cantidad de feriados nacionales se genera un balance entre el desarrollo de la actividad turística y el fomento de otras actividades productivas, encontrando un punto medio que beneficia a todos los sectores”, sin explicar en el texto en qué se basa dicho balance.

La decisión también cosechó rechazos en el sector del turismo. El titular de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Osvaldo Cornide, entendió que el fin de los “feriados puente” era “negativo” desde el punto de vista de la “redistribución de ingresos”. “Desde la dirección de CAME supimos desde un principio que los fines de semana extra largos perjudicaban a los grandes centros urbanos, pero significaban un beneficio para las ciudades del interior porque estimulaban el turismo. Entonces lo entendemos como una reparación histórica hacia los centros más pequeños. Quitarlos los va a perjudicar nuevamente”, apuntó el dirigente.

La diputada nacional por el Frente para la Victoria (FpV), Fernanda Raverta, quien en noviembre pasado presentó junto a la seccional de Mar del Plata de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) un amparo para que el Gobierno nacional respete los “feriados puente” advirtió que la decisión significa “una gran pérdida para la industria del turismo”. “Tanto los fines de semana largos como los puente son una herramienta para Mar del Plata, en donde la actividad turística tiene una relevancia importante y debemos darle previsibilidad al sector turístico”, apuntó y reclamó a la Comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo que rechace el DNU. Vía Twitter, el senador del FPV Juan Manuel Abal Medina adelantó que el bloque rechazará el DNU no solo porque “perjudica a las localidades turísticas”, sino también porque “desnaturaliza la Memoria del genocidio”.

Fuente: Página 12