La OCDE pintó un cuadro del derrumbe de la economía macrista
La Organización de Cooperación y Desarrollo de las principales economías de Occidente calculó en 3 por ciento la caída del PBI de este año, del 6,7 en el consumo y 14,8 en la inversión. Sus recomendaciones "para revirir la economía".
22/11/2019 El PaísLa Organización de Cooperación y Desarrollo de las principales economías de Occidente calculó en 3 por ciento la caída del PBI de este año, del 6,7 en el consumo y 14,8 en la inversión. Sus recomendaciones «para revirir la economía».
Ajuste fiscal y reformas estructurales para salir de la crisis. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera “inevitable” que Argentina profundice el recorte del gasto público, avance con las transformaciones previstas, mantenga altas tasas de interés y reestructure la deuda. Las ortodoxas recomendaciones, reconoce un documento presentado el jueves, no pondrán fin al escenario de recesión con aumento del desempleo. El organismo proyectó que la actividad económica se contraerá 3,0 por ciento al finalizar el año que representa una ampliación de 1,2 puntos frente la caída prevista en mayo pasado. La OCDE, organismo al que el gobierno de Mauricio Macri apostó sin éxito a sumarse como miembro, espera que la demanda interna se mantenga anémica a lo largo de 2020. El desplome del PBI será del 1,7 por ciento el próximo año. “Reducir la incertidumbre de las políticas es fundamental para revivir la economía”, apuntó el organismo en su informe preliminar sobre las Perspectivas Económicas 2019.
El recetario de la OCDE para países como Argentina representa una copia aggionarda de los fallidos programas de reformas impulsados en la región durante los años ochenta y noventa. La hoja de ruta para la aceptación del país en el organismo presentada en marzo proponía, entre otros elementos, privatizar empresas estatales, ajustar el empleo y flexibilizar el mercado de trabajo. La entidad que oficia como think tank global para el diseño de políticas conservadoras publicó ayer sus proyecciones para la economía mundial que contienen un apartado para cada país. La contracción económica del 3,0 por ciento durante 2019 se explicará por la caída libre en el consumo y la inversión que caerán 6,7 y 14,8 por ciento, respectivamente. La dinámica será similar en 2020 aunque se amortiguará el ritmo de caída. La demanda interna cederá 1,4 por ciento mientras que la formación de capital retrocederá apenas 4,2 por ciento.
“Con una deuda pública bruta en un camino insostenible que se espera supere el 90 por ciento del PBI a fines de 2019, crecientes pagos de intereses en moneda extranjera y los ingresos fiscales detrás de la inflación, será inevitable más consolidación fiscal o la reestructuración de la deuda para estabilizar la economía”, indica el organismo al referirse a la necesidad de llevar adelante una negociación con los acreedores externos. “Mantener una política monetaria contractiva será necesario para garantizar que la inflación, actualmente en el 50 por ciento, baje”, sostiene el organismo que no solo sugiere mantener altas las tasas de interés sino que, en línea con el decálogo ultraortodoxo, propone “asegurar una mayor independencia formal del banco central”.
“Se necesitan más avances en las reformas estructurales para mejorar la productividad, impulsar las exportaciones y aumentar el crecimiento y la inclusión”, expresa el informe al reclamar más apertura comercial que, según argumenta, impulsará la creación de puestos de trabajo aunque advierte que “se espera que aumente el desempleo como consecuencia de la recesión”.
La OCDE sintoniza con el Fondo y OMC en la imposición de un modelo económico centrado en la valorización financiera y la apertura comercial, pero va más allá al definir reglas de funcionamiento interno de los países en aspectos sensibles como educación, el sistema jubilatorio, la política impositiva o las compras estatales. El organismo que considera que parte de la crisis es responsabilidad de la incertidumbre electoral le marca la cancha al próximo gobierno al advertir que “la reversión de las reformas estructurales para mejorar la productividad agravarán la recesión y la frágil situación fiscal”.