«La pandemia desnudó lo que le falta a muchos argentinos»

El obispo Gustavo Carrara, titular de las Pastoral de Villas de Emergencia e integrante del grupo de los sacerdotes villeros, puso en evidencia los problemas estructurales de la pobreza y reclamó mayor cantidad de testeos.

En una entrevista radial en la que habló sobre la situación de los barrios vulnerables el obispo Gustavo Carrara, titular de las Pastoral de Villas de Emergencia e integrante del grupo de los sacerdotes villeros, puso en evidencia los problemas estructurales de la pobreza y reclamó mayor cantidad de testeos.

“La pandemia ha desnudado lo que le falta a muchos argentinos» afirmó Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires y responsable de la pastoral de villas de emergencia.

En una entrevista concedida a radio Grote y difunda por la agencia católica AICA, el obispo que forma parte del grupo de los curas villeros dijo también que «hay que impulsar el plan de testear», señalando que «en la Ciudad de Buenos Aires se ha hecho bastante y en la Provincia se empieza a hacer».

Según Carrara «hay algo elemental que en este tiempo es muy preventivo: lavarse las manos con agua y jabón cuando uno retorna de la calle. Pero hay barrios en la Argentina que no tienen esa posibilidad, que no están conectados a una red de agua potable». Apuntando a las raíces del problema el obispo afirmó que «hay que recuperar una mirada de la economía al servicio de los hombres y las comunidades que menos tienen”.

Carrara recordó además que «en la Argentina hay unos 4400 barrios precarios, algunos muy poblados como las villas porteñas y unos menos poblados pero en algunos lugares con mayor pobreza, marginalidad e indigencia». Frente a esta realidad el prelado sostuvo que «esta pandemia nos dice que no se puede seguir organizando nuestro mundo de la misma manera».

¿Qué hacemos?, se preguntó, para responder que no se puede esconder la realidad «debajo de la mesa o de la alfombra» sino que hay que afrontar la realidad, asumiendo que entre los pobres «casi la mitad son niños o adolescentes». Y recordó entonces palabras del papa Francisco: «¿Por qué él tuvo que nacer en una situación de tal desigualdad? Esa pregunta nos tiene que interpelar y, en concreto, algunos movimientos se pusieron al hombro esto”.

Respecto de los testeos parar detectar la covid-19 el responsable de la pastoral en villas de emergencia aseguró que «no hay que esperar a que la persona esté enferma y que venga al hospital porque, sobre todo en los barrios populares, hay que salir a buscar dónde están los casos sospechosos, que se den los hisopados, que se den los casos confirmados y aislar los casos estrechos: una actitud activa con el fin de cuidar la vida”.

Respecto del trabajo que realiza la Iglesia Católica el obispo sostuvo que «en las parroquias el trabajo no se detiene» e informó que «a la asistencia alimentaria se sumó el armado de dos nuevos comedores para la entrega de viandas a los abuelos y esto se hizo en conjunto con los jóvenes».

Recordó también que ese tipo de presencia también le ha traído consecuencias a algunos sacerdotes. “El padre Guillermo, de la Villa 31, y el padre Agustín, que lo acompaña como vicario, se contagiaron de la covid-19 de forma leve», dijo, para subrayar que «eso también habla de que como sacerdotes estamos cercanos a lo que le está pasando a los vecinos y vecinas». Y agregó que «ellos (los curas villeros) están expuestos pero hay espíritu de trabajo y solidaridad en las parroquias. En el dolor y la dificultad se ven muchas muestras de solidaridad y de esperanza”, agregó.

El obispo volvió a recordar que lo dicho por Francisco acerca de «salir mejor o salir peor» es una «gran verdad y un desafío». Y remató diciendo que «la esperanza es el motor de la vida y creo que tenemos la posibilidad de salir mejores».

Fuente: Página 12