La pandemia es más dura con los más vulnerables

Un informe del impacto multidimensional que tendrá la covid-19 en el país anticipa alzas del desempleo, la pobreza y la desigualdad social. Elogio a las medidas oficiales.

Un informe del impacto multidimensional que tendrá la covid-19 en el país anticipa alzas del desempleo, la pobreza y la desigualdad social. Elogio a las medidas oficiales.

Caída de entre 8 y 10 puntos del PBI, 16,3 por ciento de pobreza extrema en niños y adolscentes y del 90 en barrios populares, aumento de la desigualdad. Pérdida de 850.000 empleos, aumento (desigual) en las tareas de cuidado y más desprotección social para personas migrantes. Estas son algunas de las poco gratas proyecciones que la delegación del Sistema de las Naciones Unidas en Argentina realizó para 2020, covid-19 mediante.

El informe aborda el impacto multidimensional que la epidemia tendrá en la Argentina. El efecto será no solo sobre el total de la ciudadanía y los distintos sectores de la economía, sino también en el ambiente y los recursos naturales. «El gobierno nacional y los gobiernos provinciales tomaron medidas rápidas y efectivas para paliar el impacto de la crisis. La sociedad argentina, en su conjunto, está dando muestras de compromiso y solidaridad para enfrentarla y hallar una salida con equidad y en democracia», escribe en la presentación Roberto Valent, el coordinador residente ONU Argentina.

La producción
Hay tres factores que impactan en la economía argentina: caída de la oferta de bienes y servicios por las medidas de aislamiento social, caída de la demanda por los menores ingresos que genera la paralización de la actividad económica y un shock financiero por los problemas de liquidez que enfrentan las pymes. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronostica para 2020 una caída de 8,2 por ciento y hasta un 10 por ciento en caso de que se registre un segundo brote de coronavirus en el país.

De acuerdo a las proyecciones de la OIT, el mejor escenario significa una caída de 8,2 por ciento del PBI, con la pérdida de 750.000 empleos en el país. En el peor escenario, los nuevos desempleados podrían ser más de 850.000.

Pobres y desiguales
«La sociedad argentina teme que lo coyuntural pase a ser estructural, y que los nuevos pobres y marginados de esta crisis pasen a ser los nuevos pobres y marginados del país», sentencia el informe, que proyecta un aumento de casi 6 puntos en el nivel de pobreza con respecto al 2019. Hacia fines del 2020 la pobreza en niños y adolscentes podría escalar al 58,6 por ciento. A su vez, la pobreza extrema podría llegar al 16,3 por ciento. Estos porcentajes significarían que entre 2019 y 2020 la cantidad de menores pobres pasaría de 7 millones a 7,76 millones y la pobreza extrema, de 1,8 a 2,1 millones.

Los índices de pobreza afectan más a niñas, niños y adolescentes residentes en hogares donde la persona adulta de referencia está desocupada (94,4 por ciento), con un trabajo informal (83,9 por ciento), con bajo clima educativo (92,9 por ciento), son migrantes internacionales (70,8 por ciento) o con jefatura femenina (67,5 por ciento). La ubicación de la vivienda es una de las características que más incide en la desigualdad. Si la vivienda está localizada en una villa o en barrios populares, la incidencia de la pobreza en 2020 alcanzará a 9 de cada 10 niños.

Protección social
«El mismo país con capacidad de producir alimentos para 400 millones de personas, hoy debe brindar asistencia alimentaria a 11 millones de argentinas y argentinos», reflexiona Valent. En la presentación, rescata la larga tradición de protección social con la que cuenta Argentina, que «lleva alivio a las y los más necesitadas/os e incluye tanto al estado como a la sociedad civil, y ha comprometido también la contribución del sector privado».

Según la Encuesta Rápida liderada por Unicef, alrededor de 2,1 millones de hogares que representan 9,4 millones de personas recibieron alguna transferencia de ingresos. Las transferencias con más alcance son la AUH y el IFE, que llegaron a 28 y al 22 por ciento de los hogares encuestados, respectivamente. Un porcentaje menor (19 por ciento) accedió a la tarjeta Alimentar u otros mecanismos de apoyo alimentario y un 2 por ciento el bono de jubilación.

Marginados
Argentina contiene más de 4.400 villas y asentamientos informales, donde al menos 4,2 millones de personas viven sin acceso formal a los servicios básicos y con un alto índice de pobreza e indigencia. De acuerdo a las estimaciones realizadas a partir de datos oficiales, la tasa de pobreza monetaria por impacto de la cuarentena en hogares de barrios populares donde residen niñas y niños superaría el 90 por ciento. Además, 2 de cada 10 contagiados registrados en Buenos Aires vive en asentamientos precarios.

Otro sector marginado es el de las 2.212.879 personas migrantes y aproximadamente 12.000 personas refugiadas. Alrededor del 36 por ciento de esa población se encuentra bajo la linea de pobreza y, por su condición de migrantes, alrededor de 372.00 no tienen acceso a los subsidios del Estado: las nacionalidades más representadas son la venezolana, con el 32,8 por ciento; la paraguaya, con el 18,9 por ciento; la boliviana, con el 16,2 por ciento; la colombiana, con el 7,2 por ciento, y la peruana, con el 6,9 por ciento.

Educación
La interrupción de la escolaridad presencial implica un retraso en el cumplimiento de planes de estudio y, sobre todo, un espacio de pertenencia de los niños y niñas. El 80 por ciento de las escuelas de gestión estatal ofrecen desayuno, almuerzo o refrigerio.  Por eso, el Ministerio de Educación de la Nación y de las provincias adecuaron los protocolos para los servicios de comedores en articulación con las áreas de desarrollo social para sostener los servicios bajo distintas modalidades. Además, el 18 por ciento de las y los adolescentes entre 13 y 17 años no cuenta con Internet en el hogar y el 37 por ciento no dispone de dispositivos electrónicos para realizar las tareas.

Esta situación también da lugar a pérdidas más difíciles de medir, como los cambios en las tareas de cuidado al interior de las familias y la disminución de la productividad económica: el 51 por ciento de las mujeres manifiestan estar sobrecargadas ya que el apoyo para realizar los deberes es principalmente realizado por las madres (68 por ciento) y solo en un 16 por ciento la ayuda proviene de los padres. El resto destacó la participación de ambos. En los hogares de menores ingresos el apoyo para la realización de las tareas escolares recae aún más en las madres (76 por ciento).

Fuente: Página 12