La Para, el “pueblo verde” que inspira a otros municipios cordobeses

La primera Cumbre Mundial de Economía Circular rescató la experiencia de este municipio como uno de los casos pioneros y exitosos en Córdoba.

La primera Cumbre Mundial de Economía Circular rescató la experiencia de este municipio como uno de los casos pioneros y exitosos en Córdoba. «Queremos que todas las acciones de gobierno tengan un perfil sustentable en el pueblo y debería ser el mayor desafío de todos los municipios», dijo el intendente Marín Guzmán.

Un nuevo modelo económico desafía a los municipios Se trata de la denominada economía circular que pretende transformar los patrones de producción y consumo de la sociedad para lograr un sistema productivo sustentable.

En nuestra región, la localidad de La Para «hace punta» en este sentido y ha sido tomada como modelo de experiencias exitosas en el marco de la primera Cumbre Mundial de Economía Circular que se llevó a cabo el pasado 18 y 19 de agosto en la ciudad de Córdoba.

El intendente Martín Guzmán detalló el trabajo que viene realizando el municipio desde 2011 y que consolida para alcanzar la meta: ser «un pueblo verde», donde todos los programas y acciones municipales, tenga un perfil sustentable.

«Queremos ser una ciudad verde, donde toda la política pública tenga un perfil sustentable», expresó el intendente Martín Guzmán en una entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO.

En este sentido planteó incorporar la ecoconstrucción a los planes de viviendas municipales; destinar un sector del parque industrial a pymes relacionadas al reciclaje, contar con iluminación led en el 100% de las calles, incorporar energía renovable en los espacios públicos, entre otras.

Comentó además que un porcentaje de las 40 viviendas asignadas por Nación al pueblo, serán sustentables.

Residuos: de la separación, a la obra pública
La Para clasifica y recupera basura desde hace varios años y actualmente se recicla más del 70% de desperdicios. Si bien la pandemia impidió las últimas ediciones, desde el 2012 cuentan con un festival nacional denominado «La Para Recicla» donde la entrada para los shows musicales no se paga con dinero sino con material reciclable.

Implementaron el programa «Cuentas verdes» que otorga un descuento del 10% en los impuestos municipales a los vecinos que hacen correctamente la separación.

A comienzos del 2020 inauguraron la primera vivienda construida con más de 7.500 ecoladrillos. La misma es habitada por el sereno de la planta de tratamiento de la basura.

El concepto de economía circular, se afianza con la construcción de las denominadas aulas verdes. En el marco del programa provincial Aurora, las mismas se construyeron en el CIC donde funciona la escuela PROA hasta tanto se cuente con el edifico propio. Para ello se reciclaron más de 21.000 botellas.

Con el objetivo de seguir apostando a materiales amigables con el ambiente, sumaron pisos elaborados con vidrio seleccionado en su misma planta. Se trata de una articulación público-privada, que permitió a la comunidad reutilizar 500 kilos de este material, que antes se vendía a muy bajo precio.

La iniciativa se replicó en la refacción de la plaza de la localidad, con la colocación de estos pisos sustentables en veredas y camino.

También recuperan los residuos orgánicos a través de la elaboración del compost. Recientemente crearon el centro  de capacitación «Yolanda Ortiz», destinado a municipios, ONGs, público en general interesados en residuos y ambiente.

La sustentabilidad, a las escuelas
Ahora, trabajan en un proyecto educativo sustentable que pretende incorporar actividades amigables con el ambiente en la currícula de las escuelas del pueblo. «Lo estamos preparando junto a la secretaria de Educación y propone una adaptación curricular- de acuerdo a la edad de los chicos- con actividades puntuales vinculadas a la sustentabilidad, a través de todos los niveles educativos: inicial, primario y secundario», explicó Guzmán.

«El programa se será presentado en los próximos días a las directoras de los establecimientos educativos», adelantó.

Fuente: La Voz de San Francisco