La pesada herencia se sentirá el año próximo
Argentina debería alcanzar en 2019 un superávit primario de 1,2 por ciento del PBI con sus ingresos cayendo respecto del producto. Sin margen para políticas contracíclicas.
11/06/2019 El PaísArgentina debería alcanzar en 2019 un superávit primario de 1,2 por ciento del PBI con sus ingresos cayendo respecto del producto. Sin margen para políticas contracíclicas.
Luego de dos años consecutivos de caída económica y con un PBI per cápita 10 por ciento menor al pico de 2011, las posibilidades de intervenciones contracíclicas, expandiendo el gasto o reduciendo la presión impositiva, para contribuir a una mejoría del Producto, serán prácticamente nulas debido a las restricciones fiscales que impone el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). De esta manera, según destaca un informe de Ecolatina, se marcará un contrapunto con las anteriores salidas: a diferencia de las contracciones ocurridas durante el kirchnerismo, solo el sector privado podría llegar a liderar la reactivación el año próximo.
El informe semanal de la consultora fundada por Roberto Lavagna remarca que este año el gobierno podrá cumplir a duras penas con la meta fiscal. El acuerdo con el FMI para alcanzar déficit primario cero en 2019 contempla ajustadores –aplicables en caso de haber un exceso de gasto respecto al pautado en programas sociales y erogaciones de capital– de hasta 99.000 millones de pesos (0,5 por ciento del PBI), por lo que, en la práctica, ese es el déficit permitido por el Fondo. “De acuerdo a nuestras proyecciones, el rojo primario a fin de año se ubicaría dentro de ese margen (-0,4 por ciento del PBI), de modo que se recibirían todos los desembolsos pactados”, sostiene Ecolatina. No obstante, el año próximo el escenario es más sombrío.
Debido a las dificultades de financiamiento y a las limitaciones propias del acuerdo stand-by con el Fondo, habrá pocos grados de libertad para diseñar medidas expansivas: Según lo firmado, el año que viene Argentina debería alcanzar un superávit primario de 1,2 por ciento del PBI. Por estos motivos, no podrá incurrir en desbalances fiscales en el corto plazo y, aunque buena parte del ajuste presupuestario ya estará hecho, existen factores por los cuales obtener superávit, antes del pago de deuda, seguirá implicando un gran esfuerzo. “A pesar de que la actividad económica podría recuperarse luego de dos años recesivos, será difícil que el sector público nacional mantenga sus ingresos como porcentaje del PBI”, destaca Ecolatina.
Para justificar su afirmación, la consultora argumenta que las retenciones se verán disminuidas el año que viene luego de haber dinamizado la recaudación durante 2019. Es el único impuesto que creció en términos reales en el acumulado de los primeros 5 meses del año, pero al ser diseñado como un monto fijo de pesos por dólar exportado, su aporte se licúa con la inflación. Por esto, si no se modifica nuevamente, se reducirá como proporción del PBI el año próximo. Si a esto se le suma que el aumento de la tasa estadística tiene fecha de finalización a fines de diciembre, se puede concluir que la incidencia de los impuestos al comercio exterior descenderá.
Adicionalmente, el mínimo no Imponible aplicable a los salarios brutos para calcular el pago de las de contribuciones patronales aumentará el año próximo por encima de la inflación. Esta relajación fue programada por el gobierno a fines de 2017, cuando el contexto económico era opuesto, y se realizó sin advertir la crisis que comenzó el año pasado. Por lo tanto, no se tuvo en cuenta la importancia del costo fiscal que representaría en uno de los ingresos más importantes del sector público nacional: los recursos de la Seguridad Social. En consecuencia, incluso si se diera una recuperación de la masa salarial formal en 2020, el Tesoro contaría con esta fuente de ingresos en una menor cuantía que este año, cuando brindará ingresos por alrededor del 6 por ciento del PBI.
Un motivo más de preocupación para Hacienda es que, de acuerdo con el pacto fiscal firmado en 2016, año a año aumentan los recursos tributarios que se coparticipan automáticamente a las provincias. “Hasta 2015 se hacía una reducción de 15 por ciento de los recursos coparticipables que quedaba en manos del sector público nacional. Este descuento se achicó al ritmo de 3 puntos porcentuales por año, por lo que se desaparecería en 2020”, advierte Ecolatina. Por último, las ventas de activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad son recursos de una única vez. “Si bien serán una fuente de ingresos importante durante 2019, bajarían sensiblemente en 2020”, agrega Ecolatina.