La puesta en marcha de una nueva etapa económica

El cambio de rumbo quedó claro desde el discurso de asunción. El perfil de Guzman confirma que la recomposición interna será la primera prioridad.

El cambio de rumbo quedó claro desde el discurso de asunción. El perfil de Guzman confirma que la recomposición interna será la primera prioridad.

Moderado y conciliador, pero a la vez crítico y profundo. Dejando en claro el deterioro de la situación actual, pero poniendo el foco en lo que hay que hacer y no solo en el diagnóstico.

Todo ello es lo que surge del discurso de apertura de la gestión de Alberto Fernández como Presidente de la Nación. Un discurso pensado, estructurado y delineado para sumar y no para restar, a sabiendas de la expectativa que generaba puertas adentro del país, y también en el exterior, conocer el tono en el que la nueva gestión haría su presentación, especialmente en cuanto a la economía.

En este sentido, si bien la herencia que recibe el Presidente estuvo presente de punta a punta, la referencia puntual a los datos macroeconómicos que deja la gestión Macri, ocupo apenas una porción minúscula en las palabras del mandatario. Toda una señal.

La intención de cara a lo que viene es multiplicar voluntades. La cita a Raúl Alfonsín en el primer párrafo y en las palabras finales, y la ausencia de citas al General Perón, son la evidencia del matiz que buscará imprimir Fernández a la gestión.

Si se pretende encasillar en la retórica K la presentación en sociedad de Alberto Fernández como Presidente, podría decirse que se trató de un discurso más ‘kirchnerista’ que ‘fernandista’, entendiendo por ‘kirchnerista’ el estilo propio de aquel Nestor Kirchner de 2003-2007 y por ‘fernandista’ al de la Cristina Fernández de 2007-2015.El contraste estuvo presente ante la Asamblea Legislativa, con un Alberto sonriente, amable y generoso con los dirigentes salientes (tal el caso de Gabriela Michetti y el abrazo con el propio Mauricio Macri), y una Cristina distante y esquiva, que ante la imposibilidad de utilizar el micrófono, hizo de sus gestos todo un mensaje.

En relación a la economía, los lineamientos y prioridades de la nueva gestión, quedaron detallados en la alocución inaugural de Fernández. El orden de aparición de los temas económicos, no fue casual.

El primero, fue la lucha contra el hambre y la pobreza. Segundo el desempleo juvenil y la situación crítica de las pymes. Tercero la deuda y la necesidad de reestructurar, condicionando esa renegociación al crecimiento previo de la economía nacional. Cuarto la relación fiscal con las provincias.

Hasta eliminar el pediremos mayor esfuerzo a quien tenga más capacidad de darlo. Comenzar por los últimos para llegar a todos. Alberto Fernández – Presidente de la Nación Argentina

Tras la declamación de prioridades, la expectativa estuvo puesta en las palabras del flamante Ministro de Economía martín Guzman. El joven no anunció un paquete de medidas concretas, pero dejó fuertes definiciones que permiten anticipar el rumbo elegido.

“La situación es de extrema fragilidad. La macroeconomía está navegando por un corredor muy fino. Venimos a resolver una profunda crisis económica y social”, fue la primera definición de Guzman, en línea con el diagnóstico esbozado en la asunción.

La creación de un Unidad de Deuda que se encargará de negociar a dos puntas con el Fondo y los bonistas privados, es el centro de la estrategia económica del nuevo gobierno. “Es imposible pagar, si Argentina no crece”, es la idea fuerza. Es lo que Guzman se encargó de trasmitir a la directora ejecutiva del FMI, Kristalina Georgieva en un encuentro reservado que se produjo semanas antes de la asunción. El ministro es un académico especializado en crisis de deuda, y con una visión alternativa a la que rige en los mercados, propia de su cercanía con el premio nobel Joseph Stiglitz. En sus conferencias referidas al caso argentino y previo a ser mencionado como posible ministro, Guzman indicaba que Argentina necesita postergar pagos al exterior por al menos dos años. Es lo que se encargó de trasmitirle a Georgieva. Comunicó además la decisión de no solicitar los u$s 11.000 millones remanentes del acuerdo firmado por la administración Macri. Con esa jugada, pretendió quitarse de encimael yugo de las condicionalidades que el organismo pudiera presentar para realizar los desembolsos.

Durante su presentación, Guzman brindó otras tres definiciones fundacionales de cara a lo que viene. No hay margen para un ajste fiscal en 2020, no hay margen tampoco para una expansión fiscal, y acudir a la emisión monetaria sería desestabilizante.

La traducción es muy significativa en términos de política económica. Significa que no se prevé un fuerte ajuste del gasto, lo cual podría implicar por ejemplo, volver a congelar tarifas de servicios públicos, y hacer lo propio con el transporte de pasajeros. Implica además que no habra un aumento alocado del gasto, sin que exista como contrapartida una fuente sustentable de ingresos. La aclaración respecto a la emisión monetaria, indica además que el nuevo Ministro es conciente del peligro de volcar dinero a la calle en un contexto de recesión, lo que inevitablemente tendría efectos no deseados si se pretende detener la inercia inflacionaria.

El trasfondo es todo un anticipo de cuál será la política de ingresos que se aplicará en lo inmediato. A grandes rasgos, las posibles fuentes de financiamiento del estado nacional son tres: deuda externa, emisión monetaria o recaudación impositiva. La primera está vedada para Argentina hasta tanto se resuelva el nudo de la reestructuración y se acuerde nuevamente con el FMI. La segunda acaba de ser descartada como fuente principal de recursos por el ministro entrante. Es decir que lo que viene de inmediato si lo que se pretende es un impulso vía gasto público al consumo y la demanda, pero sin impactar el resultado fiscal, es una mayor presión tributaria.

No hay certezas en relación a cuales serían los impuestos que verían incrementado su peso relativo. Quienes conocen de cerca la visión de Guzman, aseguran que de entrada habrá una modificación en el esquema de retenciones a la exportación de granos, y muy probablemente un incremento en la alícuota del Impuesto a los Bienes Personales. Creen que la mega devaluación que tuvo lugar desde abril de 2018, combinada con retenciones de monto fijo como las que rigen hasta el día de hoy, permitieron al sector exportador una posición relativa muy favorable respecto al resto de los actores golpeados por la crisis. De igual forma, en relación a quienes mantienen una posición patrimonial privilegiada, y tras la reforma de 2017 vieron reducida la carga impositiva sobre los Bienes Personales desde 1,25% hasta 0,25%.

Es la contracara directa del esfuerzo extra que el Presidente Fernández solicitó en el discurso inaugural a ‘quienes hoy están en una mejor posición’.

Hemos preparado un plan macro económico para frenar la caída, dadas las restricciones que hoy enfrentamos  Martín Guzman – Ministro de Economía de la Nación

Los pasos concretos se darán durante la semana que comienza. A la renegociación de la deuda, se le sumaría un aumento extraordinario a jubilaciones y AUH, y un incremento de suma fija por decreto para asalariados registrados. Se anunciaría tambien el plan de crédito no bancario a tasa subsidiado para economía popular, y un paquete de apoyo financiero para pymes.

El paquete se completaría con el llamado a sesiones extraordionarias en el Congreso, a fin de aprobar la emergencia económica, lo que dotaría al poder ejecutivo de potestades extraordinarias para llevar adelante la implementación de los cambios en partidas e impuestos.

Datos
38% Es la pobreza estimada por la nueva administración para el cierre de 2019. Equivale a mas de 17 millones de pobres.

12,9% La caída acumulada del PBI industrial entre diciembre de 2015 y el mismo mes de 2019.

Fuente: Río Negro