La revolución desde las urnas: las mujeres cordobesas que gobiernan sus pueblos

En 2019 fueron protagonistas absolutas en las elecciones con récord de candidaturas a intendentas y jefas comunales.

En 2019 fueron protagonistas absolutas en las elecciones con récord de candidaturas a intendentas y jefas comunales. Afianzadas en su nuevo rol, asumen que derriban prejuicios y que tienen otra sensibilidad para hacer política.

Dispuestas a demostrar que pueden llevar adelante la administración de ciudades y de pequeños pueblos, unas veinte mujeres de la región sellaron otro capítulo en la lucha por sus derechos y desde las urnas hicieron su revolución. El 2019 fue el año con mayor cantidad de mujeres candidatas a intendentas y la mayoría llegó al poder.

Hoy, ya asentadas en los cargos, aseguran que la diferencia la marcan en la sensibilidad que tienen para mirar la realidad cotidiana, pero asumen que los desafíos siguen siendo los mismos: trabajar para lograr el crecimiento de sus comunidades y poner fin a las desigualdades.

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, estas nuevas dirigentes reflexionaron sobre su rol.

Ariana Viola es la actual intendenta de Alejandro. Docente de profesión, estuvo durante varios años frente a las aulas y llegó a la dirección de la escuela primaria de Reducción.

“Siempre en lo que hice fui muy comprometida y siempre desde mi trabajo aposté a hacer algo. El desafío es grande y hasta hace poco tiempo había algunos espacios que eran sólo de hombres. Por eso fue mi meta asesorarme y estudiar para poder llegar a los espacios de poder y dialogar con los gerentes de industrias, el campo, que son ámbitos en los que por ahí la mujer no tiene tanta llegada”, dice y agrega que, en ese camino de mayor inserción, otras mujeres que la acompañan se integraron ahora al consorcio caminero como vocales, así también en la comisión de la Policía, espacios que hasta ahora eran privativos de los hombres.

La intendenta Viola indica que la mujer hace la diferencia en tener una mirada más sensible a los problemas que aquejan a los pueblos y su gente. “Detectamos detalles que tal vez el hombre no los ve”, precisa.

Con la responsabilidad de administrar las finanzas del pueblo, sostiene que tiene la dinámica del orden y la disciplina que otorga la docencia, “donde todo debe quedar asentado en actas y debidamente reglamentado”. Y a la hora de bajar órdenes al personal, apostar al compromiso y trabajo conjunto.

Con el ejemplo

Sabina Sanitá, la jefa comunal de La Carolina El Potosí, apuesta a educar con el ejemplo. Y mientras pide a la comunidad que colabore con la limpieza, sale, cortadora en mano o conduciendo un tractor, para limpiar calles o sitios baldíos de su pequeña comunidad.

“Mi pueblo está en medio del campo. Los empleados que tenemos son muy pocos y a veces debemos cumplir otro rol por el solo hecho que soy activa, que me gusta mantenerlo ordenado y porque siempre me acostumbré a trabajar», señala.

«El otro día era feriado. Vimos que el predio donde está la capilla tenía malezas y nos pusimos a cortar. No podía esperar que lleguen los días hábiles porque este espacio debe estar limpio porque ya empieza la novena patronal», comenta.

En las Albahacas, y por primera vez, como en la mayoría de las comunidades, una mujer llegó a jefa comunal.

Se trata de la docente Miriam Agüero, quien asumió el cargo político en diciembre último. Paralelamente, también sigue con algunas horas como docente en el albergue estudiantil.

“El trabajo de la mujer en este medio (político) tiene que ver con la sensibilidad, con la apreciación de los problemas con otra mirada. Somos tan capaces como cualquiera para el desempeño de la función”, asume Agüero.

La jefa comunal menciona que hoy entre los colaboradores de su gobierno y equipo de trabajo, están exalumnos. “Ese conocimiento facilita la tarea. Pero creo que tenemos la misma capacidad ejecutiva que los hombres. Y nuestra persistencia hace que se nos abran más fácilmente las puertas a la hora de gestionar”, declara.

Miriam Signorille fue secretaria en una veterinaria e incursionó en la gestión comunal como secretaria de Cultura. El año pasado, las fuerzas políticas de Pincen decidieron hacer una alianza y proclamarla jefa de gobierno local.

Vive en el campo y a diario viaja a atender la oficina comunal. “Creí no estar capacitada para esto, pero  me entusiasmó la idea de trabajar por mi comunidad. Ahora es todo un desafío y ver el avance del pueblo y ser parte de ello es importante. Considero que las mujeres podemos aportar desde todos los ámbitos”, dice Signorille, quien ahora celebra que su pueblo se vea beneficiado con servicios como el gas natural. “Hasta hace poco, todo terminaba en Río Cuarto, hoy es un orgullo ver estos avances”, destaca.

Orgullo

Miriam Aghemo es docente, contadora y ahora intendenta de Elena.

Sobre el nuevo rol asumido, señala: “Estoy orgullosa de pertenecer a esta generación de mujeres que luchan por la igualdad de condiciones en esta sociedad, que paso a paso va entendiendo que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos”.

Oír las voces

Eva Rosso está al frente de una de las intendencias más grandes del sur cordobés. Titular del Ejecutivo municipal de Coronel Moldes, ya selló su impronta en el gobierno.

En su campaña fue una de las pocas que presentaron el proyecto de una secretaría de la mujer y hoy, ya en el cargo, este organismo trabaja a pleno y forma parte del programa provincial Punto Mujer.

Cuando se le consultó sobre estos primeros 80 días de acción, manifestó que todo marcha bien, muy respaldada por su equipo de colaboradores, aunque a Moldes hay que dedicarle mucho tiempo.

“Quiero un Concejo Deliberante muy activo, que escuche a los vecinos, que trabaje mucho, que se trate la mayor cantidad de temas posibles, pero fundamentalmente, oír las voces del pueblo. Sólo ellos saben en detalle que le hace falta a nuestra ciudad para seguir haciéndola crecer”, asume.

Flavia Bonelli está al frente de la comuna de Suco. Proveniente de una familia de políticos, sucedió además en el cargo a otra mujer, Milena Rosso, hoy legisladora provincial.

Sostiene que el desafío es seguir trabajando por mejorar su comunidad, pero insta a los vecinos a ser parte del cambio y crecimiento. “La comuna tiene personal y herramientas muy limitados, por lo tanto les pido que colaboren. Suco es un pueblo hermoso y tranquilo. Y mucho mejor si vemos los sitios baldíos desmalezados correctamente porque, por supuesto, tienen dueño”.

En este camino de la política, hubo algunas mujeres que fueron pioneras y hoy son referentes en la región: María Nélida Ortiz (Alpa Corral), Jorgelina Soardo (Malena) y Selime Daruich (Washington) que llevan varias gestiones de gobierno.

Empoderadas y con ganas de derribar prejuicios, este grupo de mujeres ya estampa su sello, con mayor sensibilidad pero con el mismo protagonismo, ejecutando políticas y observando las necesidades de sus comunidades.

Fuente: Puntal