«La victoria de Petro fue el triunfo de coalición de fuerzas alternativas y políticas»
Para la analista, una parte muy relevante del apoyo que tuvo Petro y que le permitió salir primero en los comicios fue la movilización social, las organizaciones sociales y de masas, e incluso gente no organizada.
06/06/2022 EL MUNDOPara la analista, una parte muy relevante del apoyo que tuvo Petro y que le permitió salir primero en los comicios fue la movilización social, las organizaciones sociales y de masas, e incluso gente no organizada.
La victoria de Gustavo Petro en la primera vuelta de las elecciones en Colombia representó el «triunfo de una coalición de fuerzas alternativas y políticas» que trasciende a la izquierda, consideró en diálogo con Télam la investigadora colombiana Joice Barbosa, que apuntó que Rodolfo Hernández tampoco es un «cisne negro» y su irrupción en el balotaje se vincula al surgimiento de figuras de discurso «antipolítica» en la región.
«El triunfo de Petro era algo bastante esperado. El Pacto Histórico se perfilaba durante este tiempo como la fórmula favorita en las encuestas, mientras la derecha se presentaba dividida y el centro debilitado», explicó Barbosa, docente universitaria (UBA y Untref), magister en Ciencias Sociales y doctoranda en Antropología Social.
Para la analista, una parte muy relevante del apoyo que tuvo Petro y que le permitió salir primero en los comicios, con alrededor del 40% de los votos, fue «la movilización social, los movimientos y las organizaciones sociales y de masas, e incluso gente no organizada».
Barbosa destacó en ese sentido a la abogada Francia Márquez, compañera de fórmula de Petro, una figura emergida de los márgenes de la política partidaria, pero de nutrida participación en el activismo medioambiental, los derechos humanos y el feminismo, que le sumó un importante caudal electoral proveniente de esos bordes de la política.
También consideró que, si bien la irrupción de Hernández no asomaba fuerte en las apuestas ni fue anticipada por los sondeos, tampoco constituye un «cisne negro» y vinculó el hecho al proceso que se desarrolla en la región con el surgimiento de figuras de discurso «antipolítica», que se montan sobre el descrédito de los partidos y de los grandes relatos.
«Se trata de una figura que bordea la ultraderecha, que se presenta como anti-establishment, pero que le hace guiños al uribismo, aunque en el discurso se plantea como su contrincante», apuntó.
Se construyó como una suerte de Bolsonaro colombiano «con un discurso de no adhesión a ninguna fuerza, lo que le permitió acumular aquellos votos del antiuribismo, pero también del antipetrismo, un amplio arco de desencantados», señaló Barbosa, quien agregó que Hernández explota hábilmente lo apolítico para «representar muchas de las ideas de la derecha».
Hernández, exalcalde de Bucaramanga de 77 años y candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, se ubicó segundo en la elección del pasado domingo, con alrededor del 28% de los votos, y desde entonces recibió adhesiones varias desde el uribismo (en alusión al expresidente Álvaro Uribe), lo que simultáneamente suma y complica su estrategia de presentarse como anti-establishment.
Al analizar los resultados, la docente e investigadora marcó la necesidad de incorporar «una cuestión muy importante, que es la guerra sostenida durante 50 años en Colombia, lo que determina condicionantes históricos y territoriales muy fuertes» en el país.
En relación a la composición del voto, en los territorios con pasado gamonal/terrateniente, donde ha sido muy difícil la construcción de un «poder popular», las adhesiones favorecieron a Hernández, mientras en regiones afectadas por la el conflicto armado, el narcotráfico y con una población que necesita que se transforme esa realidad ganó el Pacto Histórico.
Barbosa subrayó que se trata de una comparación «a grandes rasgos» y de ninguna manera exhaustiva, pero útil si uno contrasta los resultados de esta elección con los del plebiscito por la paz celebrado en 2016, coincidentes en sus tendencias.
«Si superponemos esos dos mapas, no nos vamos a asombrar de los resultados del domingo», explicó, subrayando la coincidencia entre las regiones donde triunfó el «NO» a los acuerdos de paz entre el Estado y la guerrilla, votos que el domingo fueron a Hernández, y regiones en las que ganó el «SI», cuyos votos se inclinaron hacia el Pacto Histórico.
También agregó un nuevo elemento: en los resultados de las regiones de Amazonia y La Guajira (en el sureste y norte del país) la agenda ambiental y de defensa de la Amazonia tuvo mucha gravitación en los resultados favorables a Petro.
Esta semana, a la luz de las declaraciones de los candidatos, quedó claro que lo ambiental, así como los feminismos, movimientos sociales y de minorías y grupos subalternos, cobrarán centralidad en la agenda pública, las arengas de los candidatos y las estrategias de campaña.
Hernández, que debe transitar la delgada línea que implica sumar votos del uribismo, pero manteniéndose como independiente, publicó un mensaje en Twitter en el que sorprendió con su apoyo al matrimonio igualitario, la legalización de la marihuana, la despenalización del aborto y la promesa de reanudar relaciones diplomáticas con Venezuela.
«Yo no les cambio el discurso. Y ese discurso es no robar», explicó Hernández en un mensaje de Instagram durante la semana, profundizando de paso su intento de ubicarse extramuros de la política y evidenciando el rol creciente de las redes en la disputa, algo que, según señalan analistas, le puede sumar voto joven.
Pero también hay tropezones. Barbosa recordó que recientemente Hernández dijo que «el lugar de las mujeres debe ser la cocina o la casa», desatando críticas en redes que el candidato intentó explicar diciendo que lo habían sacado de contexto.
Lo cierto es que a partir de esa declaración, «creció un movimiento bastante fuerte de mujeres y feministas que venían ya trabajando en la campaña del Pacto Histórico, que se tradujo en un llamamiento a todas estas mujeres, incluso no petristas, una ‘juntanza feminista’, de fuerte presencia en redes», explicó la investigadora.
El componente feminista tuvo gran peso en algunos procesos eleccionarios recientes de la región, particularmente en Chile, recordó, y no descartó que el fenómeno se reproduzca -aunque con características propias- en su país, junto a otros vectores, como las comunidades negras e indígenas.
Por último, la experta no tuvo dudas en que ambos candidatos buscarán «derrotar al abstencionismo», un fenómeno recurrente en el país donde el voto es voluntario.
El domingo pasado, Colombia tuvo la abstención más baja de los últimos 20 años: solo 2 de cada 5 personas no votaron en la primera vuelta presidencial
Este ascenso en la participación -subrayó Barbosa- coincide con el ascenso de las fuerzas alternativas y de izquierda, por lo que consideró que esto puede constituir «un nicho para Petro».
La otra alternativa es sumar votos del centro, pero quienes integran el Pacto Histórico esperan que Petro «sostenga su programa de Gobierno sin un giro hacia el centro», porque eso lo condicionaría mucho, concluyó.