Las Farc desconocieron el «valor jurídico» del resultado del plebiscito
La decisión implica un viraje de 180º respecto de la postura previa. Santos organizó una ronda de diálogo con la oposición.
04/10/2016 EL MUNDOLa decisión implica un viraje de 180º respecto de la postura previa. Santos organizó una ronda de diálogo con la oposición.
Luego del duro revés por la derrota del «Sí» en el plebiscito del domingo, la guerrilla de las Farc rechazó el valor «jurídico» de la consulta. «Es nulo», afirmaron en un comunicado. Pero la guerrilla ratificó la vigencia del cese total del fuego acordado con el Estado colombiano. En tanto, el presidente Juan Manuel Santos, organizó una comisión para renegociar el acuerdo de paz con la oposición colombiana.
El jefe máximo de las Farc, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, afirmó en un comunicado de prensa que los acuerdos de paz siguen vigentes y que el efecto de la consulta plebiscitaria donde se impuso el «No» son de carácter político y no jurídico. «Es la paz un derecho contra-mayoritario, porque es un derecho configurador y esencial de la dignidad humana. Así lo admite la Corte Constitucional, que además consigna que la consulta plebiscitaria no tiene efecto jurídico alguno. El efecto es político», indicó. Según esta interpretación, el acuerdo firmado entre el gobierno y las Farc, al ser depositado ante el Consejo de la Confederación Suiza, en Berna, «le confiere innegable e irrevocable efecto jurídico». Este desconocimiento del valor del voto es el opuesto exacto a lo tantas veces afirmado por Timochenko y otros jefes guerrilleros, en cuanto a que un «No» en las urnas equivaldría a la caída inmediata de los acuerdos de paz.
Además, el diario El Tiempo, de Bogotá, precisó que al no ser aprobado el plebiscito «ningún mecanismo, protocolo o ley prevista en el Acuerdo Final de paz se ha activado ni con la ONU ni en el Congreso de la República, pues los proyectos no han sido tramitados». Asimismo, los constitucionalistas coinciden en que el resultado del plebiscito «tiene efecto vinculante» para el presidente Santos, pues el compromiso de respeto a su resultado le corresponde al jefe del Estado. Esta circunstancia abriría una puerta a que el acuerdo, rechazado por 50,2 por ciento de los votantes contra un apoyo del 49,8 por ciento, fuera tomado por el Congreso. Claro que esta maniobra desconocería el resultado de las urnas, lo que provocaría lógicas protestas populares.
Las Farc convocaron además «al movimiento social y político a respaldar resueltamente mediante la movilización y otras formas de expresión pacíficas el acuerdo final». A la vez, Timochenko dio seguridades de que respetarán el cese del fuego vigente. Más aún, el jefe máximo de la guerrilla abrió la posibilidad de «rectificar» el acuerdo de paz que fue rechazado. Claro que lo hizo en una declaración radial y no en un comunicado con su firma. «Estamos analizando con calma los resultados para continuar, porque esto no significa que se ha perdido la batalla por la paz», declaró Timochenko desde La Habana. Ahora las Farc «proyectarán iniciativas» para sacar «adelante este proceso». Este resultado «nos llena de más entusiasmo, nos compromete mucho más, porque de todas formas hay diversas lecturas y hay que analizarlas para ver en qué hay que rectificar», indicó en diálogo radial. «Las Farc mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro», aseguró. Y en un comunicado la guerrilla reafirmó «ante Colombia y el mundo que sus frentes guerrilleros en todo el país permanecerán en «cese al fuego bilateral y definitivo», como una necesaria medida de alivio a las víctimas del conflicto, y en respeto a lo acordado con el gobierno nacional».
A todo esto, el presidente Juan Manuel Santos reunió a los jefes de los partidos oficialistas y abrió el juego a las demás fuerzas —en especial el Centro Democrático del triunfador Alvaro Uribe— para encarrilar nuevas negociaciones con las Farc. Santos designó a tres negociadores para iniciar el diálogo con Uribe: el jefe del equipo negociador con las Farc,, Humberto de la Calle; la canciller María Ángela Holguín; y al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas. Una comitiva del más alto nivel. Los tres tienen la particularidad de haber participado en las negociaciones con las Farc. Uribe se declaró desde la noche del domingo dispuesto a aportar a «un gran pacto nacional» con su partido, el Centro Democrático.
El ex presidente propuso ayer buscar un mecanismo para avanzar en una amnistía a los integrantes de las Farc que tengan delitos «amnistiables».
Consultores políticos y analistas aseguraron que el principal punto del acuerdo de paz que los ciudadanos rechazaron fue el de la creación de una «justicia transicional» que iba a encargarse de juzgar a los guerrilleros que confesaran sus delitos, y les iba a imponer penas de «restricción de libertad», figura que no garantizaba condenas de cárcel efectiva.
La administración de Barack Obama, que apostó personalmente por el acuerdo de paz, tardó casi un día en reconocer la victoria del «No» en el referéndum y lo hizo admitiendo que no esperaba ese resultado. «La expectativa era que el acuerdo fuera ratificado por los votantes», manifestó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. «A todo el mundo le ha sorprendido este resultado. Todos los análisis que se hicieron antes predijeron que sería ratificado por el pueblo colombiano. No lo fue».