Las huertas a pulmón de «Marciano» Fuentes

Todo a pulmón, así trabaja "Marciano" en huertas que alimentan y sustentan a 16 familias de Loncopué.

Todo a pulmón, así trabaja «Marciano» en huertas que alimentan y sustentan a 16 familias de Loncopué.

Ni el frío, ni el viento, ni las altas temperaturas detienen el paso de José Feliciano “Marciano” Fuentes por las huertas. En 10 invernaderos que trabajó junto a PRODA, y de los que son parte 16 familias de Loncopué, vive pensando y metiendo mano para mejorar y producir más y mejor.

En un predio productivo municipal, Marciano despliega amor, cuidados y producciones abundantes.

Hace un tiempo fue el referente del área de Producción de la comuna local, hoy con esa tarea desdibujada, sigue con el mismo amor por la tierra y con el mismo énfasis por lograr que cientos de familias, siembren y vivan de sus producciones.

Como los recursos no abundan, se las ingenia para articular acciones con distintos organismos y asegurar para su gente kits de semillas, capacitaciones y una planificación que les asegure un mejoramiento del suelo, que no es el mejor ni el más apto.

¿Cómo hace?
Marciano supo que el suelo debe trabajarse para poder generar las condiciones óptimas en torno a las producciones que llevan adelante. De esta manera, pidió a INTA Zapala un par de capacitaciones, entre ellas para aprender sobre la técnica de bocashi, un preparado orgánico de origen japonés, adaptado de la forma tradicional de compostar de los agricultores japoneses, que consiste en una descomposición aeróbica de la materia orgánica. El resultado es un producto rico en nutrientes, microorganismos y materia orgánica.

Las 16 familias acuden con frecuencia junto a Marciano a realizar distintas tareas en el predio lleno de colorido y abundancia. También buscó ayuda en los técnicos locales que trabajan para la subsecretaría de Producción y de esta manera fue haciendo más viable los traslados al predio, que queda bastante retirado del pueblo.

Marciano tiene claro que cuando las condiciones no están, se generan, y así va mostrando que se puede. “Tenemos que mejorar el suelo para que cada vez la producción sea mejor”, afirma y explica que están poniendo guano de chivo, de gallina y también van aprendiendo sobre el manejo del agua.

Viene de una familia numerosa que trabajó la tierra, por eso no pierde el amor por su zona y la dedicación en la tarea.

Las baterías de invernaderos fueron pensadas para concentrar la actividad productiva de las familias participantes, comparten instalaciones de riego y cerramiento perimetral, y recibían el acompañamiento y seguimiento técnico por parte del equipo técnico del programa.

Se pensó además que se convirtieran en futuros centros de capacitación y puntos de comercialización de la producción agroalimentaria local.

Fuente: La Mañana Neuquén