Líderes mundiales se proclaman en defensa del planeta
19/06/2015 EL MUNDOLa encíclica papal fue muy bien recibida por el presidente de EEUU Barack Obama y también por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
El presidente de EEUU, Barack Obama, saludó el mensaje “fuerte y claro” contenido en la encíclica de Francisco. “Admiro profundamente la decisión del Papa de llamar a la acción sobre el cambio climático de manera clara, fuerte, y con toda la autoridad moral que su posición le confiere”, subrayó.
“Como el Papa Francisco dijo con elocuencia esta mañana (del jueves), tenemos la responsabilidad de proteger a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos, de los impactos devastadores del cambio climático”, prosiguió Obama.
El mandatario llamó a proteger en particular a los pobres, “que son los que tienen más que perder” debido al aumento de las temperaturas del planeta.
Obama añadió que desea abordar el tema directamente con el pontífice, cuando éste visite la Casa Blanca el 23 de septiembre.
Por su parte, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, quien ha dado prioridad al problema del cambio climático desde que asumió el puesto hace más de ocho años, agradeció al Papa por “tomar una posición tan enérgica sobre la necesidad urgente de medidas globales”.
“Su voz moral es parte de un coro creciente de gente de todas las confesiones y todos los sectores de la sociedad (que) reclaman medidas con respecto al clima”, dijo Ban. “Exhorto a todos los gobiernos a colocar el bien común por encima de los intereses nacionales y aprobar un ambicioso acuerdo climático universal en París este año”.
El Banco Mundial dijo que la encíclica papal es un “recordatorio rudo” del vínculo entre el cambio climático y la pobreza. El presidente del banco, Jim Yong Kim, dijo que los impactos del cambio climático, “incluyendo la frecuencia creciente de eventos meteorológicos extremos, son los más devastadores para el número inaceptablemente alto de personas que viven hoy en la pobreza extrema”.
Beneplácito científico. El científico al que se atribuye el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados dijo que la encíclica da en el blanco. John Schellnhuber dijo que todo el contenido “se corresponde con las pruebas científicas. Esto es gratificante”.
Schellnhuber demostró cómo la Tierra se ha calentado a lo largo de la historia. Rechazó el mito según el cual el crecimiento de la población en el mundo en desarrollo es responsable de destruir el ambiente.
En Argentina, el obispo de Lomas de Zamora y referente para el medio ambiente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Lugones, afirmó que la encíclica “es muy renovadora porque marca las dos crisis que vive la humanidad y que son la crisis de la naturaleza y la del hombre, que no son contrapuestas ni aisladas, sino que es una sola y es socioambiental”.
En un mismo sentido, el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel destacó que el documento es “la primera encíclica dirigida toda la humanidad” y rescató que no sólo diagnostica los problemas en “nuestra casa”, la forma en la que el pontífice se refiere al planeta, “sino que señala a los culpables”.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, dijo que “nadie puede ser indiferente” ante las denuncias que realizó el Papa y que incluyó severas reflexiones sobre la falta de vivienda digna y el acceso limitado al agua potable
“Exhortamos, como dice Francisco, a escuchar a la tierra y a los pobres, una ética de los vulnerables”, manifestó el juez en su cuenta de Twitter, e instó “a pasar del consumo excesivo, del desperdicio, a la capacidad de compartir”.
El director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Achim Steiner, agradeció la llamada a la acción de Francisco “para hacer frente a la degradación del medioambiente y el cambio climático”.
“La Tierra, un inmenso depósito de porquería”
El Papa Francisco volvió a conmocionar al mundo con su encíclica “Laudato Si” con conceptos claros y desafiantes, entre los que se destaca la afirmación de que “La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”. “Escuchemos el gemido de la hermana Tierra”, acosada por un brutal cambio climático y la “cultura del descarte”, pide.
Se trata de la primera encíclica íntegramente del pontífice argentino, ya que la precedente fue escrita a cuatro manos con Benedicto XVI. Es un texto “contundente y desafiante”, que marcará “un antes y después”, según numerosos vaticanistas.
El Papa advierte que las “predicciones catastróficas” de los ecologistas “ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía” y recuerda que “a las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad”.
“Hoy cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado”, sostiene.
Francisco propone ante todo un nuevo modelo de desarrollo, basado en la sobriedad y la solidaridad. “Ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda crecer sanamente en otras partes”, escribió. También advierte que es “insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana”.
El pontífice, que se inspiró en San Francisco de Asís, el santo defensor de la naturaleza y los pobres, teme una guerra por el agua, denuncia la pérdida de la biodiversidad y la desigualdad entre regiones ricas y pobres. “El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las cumbres mundiales”, lamentó.