Los grupos concentrados y sus representantes políticos buscan un nuevo golpe de estado económico

Por Claudio Leoni

 

Los medios de comunicación hegemónicos tiene la tarea de forjar el clima propicio para el retorno de políticas neoliberales que generen una nueva etapa de acumulación económica a costa de los trabajadores y los sectores populares.

Como yo los comparto, me gustaría también compartir con ustedes algunos conceptos de Santiago Fraschina, economista del GEENAP.
Naomi Klein, en su libro “La doctrina del shock”, describe la implementación de las políticas neoliberales, de alto carácter antipopular, en distintos países del mundo.

Su hipótesis central es que el neoliberalismo pudo imponerse a partir de algún desastre, intencionalmente provocado. Más específicamente, por grupos económicos interesados en la aplicación de un programa de políticas de derecha, que por supuesto implica garantías de hegemonía para el sector. El avance del neoliberalismo se ve facilitado en estos contextos, debido a que la población, frente a la catástrofe, está más predispuesta a soportar medidas extremas y antipopulares.

Klein va aún más lejos afirmando que sería imposible que las políticas neoliberales se aplicaran en un contexto de normalidad, ya que encontrarían la resistencia de la gente por sus consecuencias nefastas para el plano social.

En consecuencia hay que romper la normalidad, creando un clima permanente y sostenido de crisis, incertidumbre, corrupción e inseguridad, donde la población percibe mediante la construcción mediática que el “caos” es peor que las políticas de ajuste.

Uno del ejemplo más palpable en la Argentina actual es la inflación. “Sin embargo la tasa de inflación actual se encuentra por debajo de los niveles históricos para Argentina, sin que se aprecien señales de aceleración descontroladas. Las tasas de los últimos años se mantienen en alrededor del 10 por ciento según el Indec, y entre 20 y 25 por ciento para las consultoras privadas, mientras que entre 1971 y 1980 la inflación fue del 142 por ciento promedio anual, y entre 1981 y 1990 ascendió a una media anual del 805 por ciento.”

(Cash. http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-7370-2014-01-18.html )

Las explicaciones simples de Klein, tiene su correlato científico en la cátedra del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, que explica como los grupos económicos utilizan la concentración mediática para dominar el “Mercado de las Ideas” y facilitar sus políticas de expansión.

La respuesta de los medios hegemónicos y de la derecha política, desacreditan esta realidad al demonizar a estas ideas como el “Relato Kirchnerista”. Pero este relato tiene un ejemplo, que como diría Napoleón, vale más que mil palabras.

En 1989 en la Argentina se produjo una corrida cambiaria, generada fundamentalmente por los acreedores externos y sus socios locales, ante el default declarado por el gobierno radical, que terminó en la crisis hiperinflacionaria, los saqueos y la salida anticipada de Alfonsín. El Golpe de Estado Económico provocado por los grupos concentrados, climatizado por los medios, es lo que obtuvo la derecha argentina. Y es lo que hoy busca la derecha argentina.

El resultado final del Golpe de Estado a Alfonsín fue la aplicación del paquete de medidas del Consenso de Washington que llevó adelante el gobierno de Carlos Menem, caracterizado por la apertura comercial, la desregulación de los mercados, las privatizaciones y la flexibilización laboral.

“Lo importante de este proceso fue que los grupos de poder beneficiados, contaron con una amplia facilidad para la aplicación de estas políticas, sin ninguna resistencia por parte de la población, debido al “shock” que había generado previamente la crisis hiperinflacionaria.

Las consecuencias en el mediano plazo de este plan orquestado por los organismos internacionales fue la pauperización económica y social del país: crecimiento del desempleo, pobreza, indigencia, concentración del ingreso, desindustrialización de la economía nacional, endeudamiento externo, fuga de capitales, entro otras.”

En la actualidad la derecha argentina está actuando para generar un desastre económico y social. A diferencia de lo que se cree generalmente, la derecha no necesita que este proyecto termine, necesita que termine mal.

Quieren darle un castigo ejemplificador al Pueblo Argentino para que nunca más se transite la vía del Peronismo. No importan los costos sociales, ni las condiciones en que quede el país. Lo que quieren es poner fin a la intervención del Estado en el crecimiento económico con distribución de la renta e inclusión social.

Si el Gobierno termina mal “va a permitir que las políticas neoliberales se puedan aplicar nuevamente en la Argentina. Por eso necesitan la pulverización del modelo actual, una caída estrepitosa. En otras palabras, necesitan de un desastre que prepare el terreno para generar nuevamente la caída del salario real de los trabajadores, el aumento de la pobreza, la concentración del ingreso, el aumento del desempleo; reduciendo así al mínimo la tensión social que esto provocaría”.

LA DERECHA DESARROLLA 3 ESTRATEGIAS MUY CLARAS:

1°) La instauración del miedo: consiste en la utilización de los medios de comunicación hegemónicos, para la repetición e instalación sistemática de temáticas que, a partir de la apelación constante a distintos momentos de la historia nacional, generan pánico en la población. Por ejemplo: inflación, dólar, corrupción e inseguridad.

Los objetivos de esta estrategia son paralizar a la sociedad y facilitar así la aceptación en torno a medidas conservadoras y extremas.

Un sujeto con miedo se queda encerrado en su casa, viendo TN, creyendo que tanto el vecino como el comerciante son enemigos.(*)

Finalmente intentaran, con ayuda de Binner, Carrió, Stolbizer, Pino, Altamira y todo el progresismo gorila, volcar el voto del “sujeto con miedo” a las opciones conservadoras de derecha como Massa, Macri o de la Sota.

Se busca además, como último objetivo, despolitizar a la sociedad y sobre todo a la juventud; ya que una sociedad apática y no involucrada, es fácilmente conducible por los sectores de poder.

2°) Promoción de la idea de un gobierno que estaría terminado: el objetivo es difundir e implantar la sensación de vacío de poder, la imagen de un gobierno ineficiente, estructuralmente corrupto y desorientado.

A esto se suma la difusión del fin de ciclo del proyecto nacional.

Es decir, no sólo el gobierno ya no sabe cómo resolver los problemas del país, sino que además está condenado a finalizar en el corto plazo.

Esta estrategia apunta, entre otras cosas, a generar consenso en torno a la posibilidad de una salida anticipada del gobierno nacional, y de ser posible, antes de la aplicación de la ley de medios.

El mensaje es entonces: “para qué tolerar un gobierno que no sabe qué hacer, y si hace algo está mal, si además es un gobierno que tarde o temprano va a terminar”.

3°) La generación de un caos económico: anteriormente los grupos económicos concentrados y la derecha nacional recurrían a las fuerzas armadas para los golpes de Estado.

Sin embargo, actualmente ante la imposibilidad de los mismos, recurren a los golpes de mercado, que consisten en la generación de inflación, combinada con corridas cambiarias, que luego se traducen en mega devaluaciones. El objetivo final es arribar a una crisis hiperinflacionaria que pulverice al gobierno nacional en términos políticos.

No es casual, que exista la práctica de almacenar la cosecha, reduciendo la oferta del dólar, mientras simultáneamente a través de los medios de comunicación se incentiva la demanda de esta divisa, intentando producir el estrangulamiento del sector externo vía la caída de las reservas, para forzar una mega devaluación del peso nacional.

Todo esto, además, en un contexto donde los medios de comunicación hegemónicos instalan la comparación permanente entre la actualidad y el Rodrigazo, la crisis hiperinflacionaria del 89 y la crisis del 2001.

Una población asustada, la instalación mediática de un gobierno débil, corrupto, sin futuro e ineficiente, sumado al caos económico; son factores que constituyen el combo perfecto para la generación de un desastre y la posibilidad objetiva y concreta que permita un nuevo avance de la derecha y las políticas neoliberales en nuestro país.

Pero al final nosotros tenemos respuestas, y aunque me gustaría utilizar una de las más famosas frases del filósofo popular Alberto Olmedo, en estas horas prefiero recordar a Juan Gelman

patria o peso del pecho/
corregís tanta amargura/
bellezas del mundo/
con ninguna te puedo comparar/
solo abrazando a tantos compañeros.
llegó la muerte con su recordación/
nosotros vamos a empezar otra vez/
otra vez vamos a empezar/
otra vez vamos a empezar nosotros.

CLAUDIO LEONI
SECRETARIO GENERAL DE LA FEDERACIÓN DE SINDICATOS MUNICIPALES DE LA PROVINCIA DE SANTA FE (FESTRAM).

Esta reflexión fue empujada por el conflicto generado con el pago del Bono extraordinario en Municipios y Comunas y una situación muy complicada que tendremos que afrontar frente a las próximas paritarias.