Los hoteles estatales de Embalse viven otra temporada alta con baja actividad

El complejo turístico sigue con la mayoría de sus unidades cerradas y escasa demanda. La Nación insiste en que se están mejorando. Los gremios marcan que se acentúa la decadencia.

El complejo turístico sigue con la mayoría de sus unidades cerradas y escasa demanda. La Nación insiste en que se están mejorando. Los gremios marcan que se acentúa la decadencia.

Con cuatro hoteles fuera de funcionamiento y pocos turistas repartidos en los tres que están abiertos, transcurre el verano en la Unidad Turística Embalse, el complejo de turismo social del Estado nacional en Córdoba.

Por estos días, unos 200 turistas se alojan en los hoteles 7 y 4 (los más pequeños, con 148 plazas cada uno), mientras que el 2 (con más de 500 plazas) está cerrado, pero en condiciones de abrirse.

Hace varios años que el flujo de visitantes dejó de impactar en la economía social de Embalse y del Valle de Calamuchita. Son escasos los puestos de trabajo directos o indirectos que demanda.

No llegan a 30 las personas contratadas por los concesionarios para brindar servicio a los turistas. Tampoco se activan los circuitos informales, como de artesanos, vendedores ambulantes y de servicios. A su vez, el Estado sostiene una plantilla de 75 empleados, entre personal permanente y contratado, en tareas de administración, mantenimiento y servicios de salud.

Las mejoras recientes ejecutadas no alcanzan para disimular el deterioro de las moles deshabitadas y del amplio predio.

El complejo (como su hermano de Chapadmalal, en la costa atlántica) depende de la Secretaría de Turismo de la Nación. Allí esperan que alguna entidad pública u organización civil se interese para hacerse cargo, e invertir, en algunos de los hoteles cerrados.

El complejo lleva al menos 30 años de deterioro. Actualmente está en el nivel más bajo de actividad para un verano.

El actual Gobierno nacional, al asumir, decidió sacar de funcionamiento a tres hoteles. Tras un relevamiento, definió que no cumplían los requisitos de seguridad y confort mínimos para recibir gente. Hace al menos dos años que esas tres unidades no albergan turistas en las 1.600 plazas que suman. Y su deterioro avanza.

El hotel 5, que supo ser el más lujoso, tiene historia aparte: lleva tres décadas de abandono y saqueo.

La Nación abrió el juego y el año pasado cedió el hotel 1 al Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia. No obstante, ya pasaron ocho meses del comodato firmado y no se advierte aún ni una mínima intervención. La Provincia prometió darle destino de turismo social a esa unidad.

Alejandro Lastra, secretario de Desarrollo y Promoción Turística de la Nación, precisó que entregaron a la Provincia 10 millones de pesos para iniciar la remodelación y que está pendiente una nueva e igual transferencia, pero luego de que ejecute la primera etapa.

También ratificó que recibirán proyectos integrales para adjudicar en comodato la recuperación y operación de los hoteles 3, 5 y 6.

Son edificios de gran envergadura, que necesitan millones para ponerlos en marcha. Los intentos anteriores para reflotar por ese camino el hotel 5 no prosperaron.

Reclamo local

“Este año fue peor que el pasado, están marcando un récord, pero al revés, cada año hay menos turistas alojados”, apuntó Walter Ramírez, secretario general de Uthgra, el gremio de hoteleros y gastronómicos que nuclea a los contratados por los concesionarios.

El gremialista apuntó que se sigue achicando la cantidad de empleados y que el complejo funciona a menos del 30 por ciento de su acotado potencial actual, con las mil plazas calculadas que suman los tres hoteles habilitados.

“La gente se pregunta en qué se invirtió el presupuesto de 2016 de 500 millones de pesos que anunciaban; acá seguramente no”, lanzó Ramírez.

El complejo, de más de 300 hectáreas junto al lago, tuvo su esplendor entre las décadas de 1950 y 1980. En los ’90, comenzó una parábola descendente.

La Nación ve el vaso medio lleno
El cordobés Alejandro Lastra es el segundo en la Secretaría de Turismo de la Nación. Desde Buenos Aires, aseguró que en el complejo de Embalse hay más turistas que el verano pasado y negó un recorte presupuestario. “El promedio este verano es de 265 personas por día, un 30 por ciento más que el año anterior. La escasa participación en el Plan de Turismo Social durante enero en Embalse resultó estacional. El pico fue de septiembre a noviembre, con 900 por día, promedio”, apuntó.

El funcionario descartó recortes, dijo que el presupuesto ejecutado por el Plan Federal de Turismo Social para 2018 fue de 119.492.000 pesos, destinado en su mayoría a subsidiar el alojamiento de turistas, así como a tareas de mantenimiento y obras de los hoteles de Chapadmalal y de Embalse. “Durante 2018, en Embalse se realizaron más obras y mejoras que en la última década”, subrayó. Citó la reconstrucción del camino de acceso principal, el techo del complejo de piletas que fue rehabilitado y mejoras en el centro de salud, que sirve a los turistas y a los vecinos de Embalse. “También se compraron colchones y ropa blanca después de una década y se realizó la puesta en valor integral del hotel 7, como también el mantenimiento preventivo del 2 y del 4”, detalló.

Turismo subsidiado con fines sociales
La estadía en los hoteles de Embalse es subsidiada por el Estado. Son gratuitos para discapacitados y jubilados. El resto puede optar por alojarse y tener servicios de gastronomía (desayuno, almuerzo y cena) por 437 pesos diarios. El cupo disponible es limitado. Hoy hay mil camas.

Fuente: La Voz