LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN

Con una presentación ante la CNV, el Grupo Techint inició el camino para reclamar judicialmente 5655 millones de pesos en subsidios por Vaca Muerta que asegura que el Gobierno le quitó.

Con una presentación ante la CNV, el Grupo Techint inició el camino para reclamar judicialmente 5655 millones de pesos en subsidios por Vaca Muerta que asegura que el Gobierno le quitó. El beneficio lo había otorgado Aranguren en un plan a la medida de Techint. El FMI le puso fin y precipitó la pelea.

Tecpetrol presentó ayer un recurso administrativo que objeta el recorte a los subsidios en Vaca Muerta que impulsó el Gobierno para cumplir con el plan de ajuste que le exige el FMI. En un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores, la petrolera del Grupo Techint aseguró que la decisión oficial “afecta derechos adquiridos de la sociedad que habían sido reconocidos por la propia conducta del Estado”. Según la ley de Procedimiento Administrativo, el Poder Ejecutivo tiene 30 días para responder y si rechaza la impugnación es probable que la disputa con el principal holding industrial del país se termine trasladando a la Justicia. Techint aseguró que la decisión oficial le significará una pérdida de ingresos de 5655 millones de pesos sólo por lo producido en 2018, pero la cifra en juego es mucho mayor porque el programa de incentivo al gas no convencional está previsto que continúe hasta 2021.

En marzo de 2017, el entonces ministro de Energía Juan José Aranguren revisó el plan de gas implementado por el kirchnerismo en 2013 y a través de la resolución 46 redireccionó los subsidios buscando apalancar solamente inversiones en campos con escasa o nula producción no convencional de gas.  A los pocos días de publicada la nueva norma, Tecpetrol presentó su plan de desarrollo de Fortín de Piedra, un área que le había sido concesionada por la provincia de Neuquén en julio de 2016. Por lo tanto, toda la producción que ha venido generando desde entonces fue beneficiada con subsidios. Fue un programa a la medida de Techint.

El beneficio equivale a la diferencia entre un precio estímulo fijado por la autoridad regulatoria y el precio efectivo promedio de venta de gas en el mercado local. El precio estímulo el año pasado fue de 7,50 dólares por millón de BTU, unos tres dólares por encima del precio de mercado, y la resolución 46/17 prevé que se reduzca a 7 dólares este año; a 6,50 en 2020 y a 6 dólares en 2021.

La intención de Aranguren era que esa baja gradual fuera convergiendo con una suba del precio efectivo que paga la demanda por el gas hasta que la diferencia entre ambos valores desapareciera y con ella el subsidio. El plan inicial era desembolsar 600 millones de dólares el año pasado y 400 millones este año. Sin embargo, la fuerte devaluación del peso obligó al gobierno a forzar una baja en dólares del precio del gas en boca de pozo para que las tarifas no subieran tanto como hubiese correspondido con el esquema regulatorio actual. Esa baja del precio en dólares rompió con el sendero ascendente que había planeado Aranguren para los valores de mercado y amplió la brecha con el precio estímulo que le garantiza el Estado a los proyectos apuntalados por la resolución 46/17. Por lo tanto, en lugar de reducirse, los subsidios comenzaron a crecer. A su vez, Techint, la principal beneficiada por la norma, incrementó de manera notable su producción en Vaca Muerta. La firma declaró inicialmente como objetivo una producción de 8,5 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día) y hoy extrae cerca de 17,5 MMm3/día. A raíz de esa situación, Hacienda estimó a fines del año pasado que en 2019 la resolución 46/17 podía llegar a demandar 1200 millones de dólares. Fue entonces cuando decidió recortar el beneficio para avanzar con el plan de déficit cero que le impuso el FMI.

La intención inicial era reducir el precio estímulo para achicar la diferencia con el valor de mercado, pero grandes estudios de abogados consultados por el gobierno coincidieron en que una medida de esas características sería interpretada como un cambio en las reglas del juego y derivaría en una catarata de demandas por parte de las petroleras. A raíz de ello, se optó por el plan b, de alcance más acotado y que no afecta a todas las petroleras por igual sino fundamentalmente a Techint. En una reunión mantenida la semana pasada con las empresas, el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, les aseguró que no habría cambios en la norma, pero aclaró que no se aprobarán nuevos proyectos y solo se abonará el beneficio tomando en cuenta la producción estimada por las firmas al momento de solicitar el subsidio. Ese cambio de criterio impacta de lleno en los planes de Techint porque a partir de ahora solo se le subsidiará la mitad de la producción. Es por eso que dio de baja tres de los cuatro equipos de perforación con los que venía trabajando en Fortín de Piedra.

Otras petroleras también informaron que la decisión oficial impacta en sus planes de negocios, pero, más allá de lo que comunican públicamente, no ven con malos ojos que se le ponga un freno a los subsidios que recibía Techint ya que la compañía de Rocca llegó a acaparar en los últimos tiempos el 70 por ciento de los beneficios del programa, lo que le garantizó ganancias extraordinarias y distorsionó la competencia en el mercado del gas.

Fuente: Página 12