Lucha contra el hambre y el frío: una escuela de Las Heras necesita ayuda para sus alumnos

Docentes del colegio Provincia de San Juan, de El Algarrobal, recolectan abrigos y alimentos para ayudar a familias en extrema pobreza.

Docentes del colegio Provincia de San Juan, de El Algarrobal, recolectan abrigos y alimentos para ayudar a familias en extrema pobreza.

La cuarentena por el coronavirus contribuyó en gran medida a frenar el avance de la pandemia en el país. Sin embargo, algunos efectos no deseados de las medidas de aislamiento se expanden con una fuerza brutal y de forma silenciosa por la provincia: la profundización de la crisis económica amenaza y azota sin piedad a los más vulnerables y golpea con especial saña a los niños.

A tan sólo 30 minutos del Kilómetro Cero en Ciudad,  muchas familias hacen lo que pueden para enfrentar el día a día y conseguir alimentos. Se trata de personas que viven en El Algarrobal en situación de extrema vulnerabilidad y que vieron sus módicos ingresos restringirse al mínimo debido al “parate” generalizado. Obreros de los hornos de ladrillos o jornaleros de fincas ahora deben enfrentar la crudeza del invierno aguardando la ayuda estatal o de la comunidad.

En este contexto, los docentes de la escuela 1-173 Provincia de San Juan, ubicada en calle Paso Hondo 1320 del barrio San Pablo, percibieron rápidamente la emergencia que vive su comunidad educativa y decidieron poner manos a la obra para activar resortes de contención. A través de una campaña solidaria, tanto el equipo directivo como los maestros y celadores, piden la donación de ropa limpia y en buen estado para niños y adultos, además de frazadas y elementos de abrigo.

Así lo contó a Los Andes Rubén Malchi, director del colegio, quien detalló cómo fue que se tomó conciencia del crítico estado en el que se encuentran muchas familias de la zona. “A través de una reunión virtual que mantuvimos la semana pasada los miembros del equipo directivo, surgió la profunda preocupación por la situación que enfrentan nuestros chicos. La escuela tiene una matrícula de 841 alumnos y la mayoría proviene de El Algarrobal de Abajo y del Medio, y debido a que muchos no tienen conectividad, los docentes tienen que acercarles las tareas a sus casas. Ahí vimos las condiciones de vulnerabilidad extrema en la que muchos viven”, relató.

Dura realidad
Entre tanta carencia, hay familias que enfrentan la llegada de los primeros fríos viviendo en domicilios cuyos techos apenas si son de nylon. Además, estas personas trabajan en su mayoría en hornos de ladrillos o como jornaleros en fincas, lo que expone a los menores al barro, la humedad y el rigor de las bajas temperaturas.

Y como si fuera poco, los precios de los alimentos hacen que acceder a la comida en muchas ocasiones se transforme en un privilegio.

“También nos encontramos con muchas familias disgregadas: hay madres o hermanos mayores a cargo del resto de los integrantes de la casa, ya que los maridos o parejas abandonan el hogar y se van hacia el Norte”, detalla el docente. “Fruto de todo esto es que surgió la iniciativa de ayudar a la comunidad desde la escuela: primero le pedimos a nuestros docentes, y luego a los vecinos y todos aquellos que puedan colaborar, la donación de frazadas y ropa de abrigo. También ropa de cama y prendas para niños y adultos porque vemos que las necesidades no son sólo de los menores”, explicó el directivo.

Pero el pedido de ayuda no se detiene ahí; también se necesita mercadería debido a que la asistencia estatal llega pero no a todos y los fondos destinados a combatir la emergencia social no alcanzan a cubrir los gastos en alimentos para todo un mes, más aún cuando la familia es numerosa y la fuente laboral disminuye. Sin embargo, Malchi remarcó que la asistencia a los más necesitados se lleva a cabo de forma coordinada con el municipio.

Marcela Despósito, vicedirectora de la escuela, detalló que “las carencias de El Algarrobal no se conocen tanto y son muchas”. “Nos causó mucho dolor ver las necesidades de los chicos; sufren mucho el frío. Viven en casitas precarias en asentamientos, los techos los cubren con nylon, no están bien cerradas y además viven en situación de hacinamiento”, describió.

Despósito puntualizó que, además de la ropa y los alimentos, también sería de gran ayuda la donación de productos de limpieza, como cloro y jabón, y junto a Malchi hicieron hincapié en el compromiso del equipo docente para abordar la situación: “La labor de los docentes es destacable; les agradecemos mucho porque están muy pendientes de las necesidades globales de los chicos. Siempre nos tienen al tanto de todo”.

Cómo ayudar
Quienes puedan colaborar con ropa de abrigo, indumentaria para niños y adultos -en buenas condiciones-, alimentos e insumos de limpieza pueden acercarlo a la escuela Provincia de San Juan los lunes, miércoles y viernes de 9 a 12.

Quienes no puedan ir hasta el colegio, tienen la posibilidad de coordinar con por teléfono con Rubén Malchi al 261-4694329 y con Marcel Despósito al 261-6277773.

Fuente: Los Andes