Macri dijo que beneficiará a Santa Fe con obras, pero no dio ninguna precisión
El presidente inauguró ayer viviendas en la capital provincial y se entrevistó con dos sacerdotes en el aeropuerto de Rosario.
03/02/2017 PROVINCIASEl presidente inauguró ayer viviendas en la capital provincial y se entrevistó con dos sacerdotes en el aeropuerto de Rosario.
El presidente Mauricio Macri pasó ayer fugazmente por suelo santafesino, evitó el diálogo con la prensa, no hizo grandes anuncios e inauguró ocho viviendas en la ciudad capital. Eso sí, remarcó que «Santa Fe va a ser la provincia más beneficiada con obras», pero no dio precisiones de cuándo al menos llegarán los fondos prometidos para paliar las dificultades que afrontan productores damnificados por las últimas inundaciones.
El mandatario llegó cerca de las 10 de la mañana a la capital provincial, donde encabezó un raleado acto de entrega de viviendas en el barrio Nueva Esperanza, recitó algunas de las frases de rigor como «vamos a construir juntos sin importar a qué partido pertenece cada uno» y partió raudo.
El siguiente stop lo hizo en Rosario, donde jamás salió del aeropuerto. Allí se entrevistó con los sacerdotes Fabián Belay y Claudio Castricone, con quienes abordó la problemática de las adicciones en la ciudad. La reunión duró una hora en la sala VIP.
El encuentro se prolongó y provocó que los pasajeros que esperaban en el hall para tomar un vuelo de cabotaje de Aerolíneas Argentinas fueran desviados a la sala de embarques internacional. Además, los periodistas que buscaron entrevistar al presidente en la terminal se volvieron a quedar con las manos vacías —sólo dio una nota exclusiva a un canal de televisión—, como ocurrió cuando había venido al acto del 20 de Junio pasado.
Comunicado
El Sindicato de Prensa expresó su preocupación por lo sucedido, calificó de «lamentable» al plantón que sufrió cerca de una decena de medios locales y puso de relieve el claro contrapunto exhibido, teniendo en cuenta que «el presidente y su equipo llegaron a la primera magistratura con las banderas de la libertad de expresión y del derecho a la información, ya muy golpeados en lo que va desde el comienzo de su mandato».
Latiguillos
Una hora antes, Macri había asegurado en Santa Fe: «Esto es para mí la política; construir juntos, sin importar a qué partido pertenece cada uno. Supimos trabajar juntos y un año después las obras están, se hicieron. Las obras del Estado tienen que ser motivo de alegría, de felicidad, de futuro; nunca más sinónimo de corrupción, nunca más sinónimo de frustración».
Lo dijo al cortar las cintas de la inauguración de ocho casas en el barrio Nueva Esperanza. Allí recitó de memoria una de las clásicas páginas del manual que, dicen, lo llevó a la Rosada de la mano de un asesor ecuatoriano.
No sólo se mostró paternalista, condescendiente y amistoso con su socio, el intendente José Corral (a quien le pidió que piense en encabezar la lista de diputados nacionales de Cambiemos) sino con el gobernador Miguel Lifschitz, pese al tire y afloje en que ha habido en su relación. «Santa Fe es una de las líderes y tiene la responsabilidad de seguir empujando el crecimiento del país», le endulzó ayer los oídos.
El manual de Durán Barba aconseja al presidente un tono componedor en sus discursos, pero no abstracto sino encarnado en nombres que representen los estereotipos del hombre y la mujer común.
Esa apelación constante a «Doña Rosa» que hacía Bernardo Neustadt, Macri jamás la olvida. Ayer entró en una de las viviendas que entregó en Santa Fe a familias de ex inundados.
Al salir otra vez al inclemente sol de la media mañana capitalina, agradeció a «Sandra y Juan Carlos» por haberlo recibido en su «nuevo» hogar.
Con algunas promesas más y una exhortación de animosidad general («¡A seguir trabajando!») cerró el acto de apenas algo más de una hora. Se subió al helicóptero que lo había traído directo desde el Aeropuerto de Sauce Viejo y emprendió viaje con escala en Rosario.
Con los curas
En esta ciudad lo esperaban los dos sacerdotes que integran la Pastoral de Drogadependencia Dialogó con ellos en el aeropuerto junto a la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley.
Partió minutos después de ese cónclave. No hubo anuncios, precisiones ni datos concretos.