Macri & el menú de diciembre

Con altos índices inflacionarios y crisis en la industria liviana y las metalúrgicas pyme, el gobierno tiene por delante meses complicados. A ese contexto complejo, le suma una mirada excesivamente centralista del país.

Con altos índices inflacionarios y crisis en la industria liviana y las metalúrgicas pyme, el gobierno tiene por delante meses complicados. A ese contexto complejo, le suma una mirada excesivamente centralista del país.

Le espera el 40 por ciento de inflación, pueden disfrazarlo y decir 30 por ciento. Le espera una República Argentina con la industria liviana en crisis —la industria liviana no se recupera fácilmente—, el problema de la línea blanca y de las metalúrgicas pyme, que solucionan puestos de trabajos y quitan escala mundial es de difícil solución, por lo menos en el corto plazo. Al llegar diciembre va a tener problemas en los sectores «industriales» de Argentina. La importación abierta es solución y castigo. Ya se ha visto.

Le esperan los reclamos gremiales que arrancan en agosto/septiembre y van a estar sobre diciembre exacerbados por las fiestas, el aguinaldo, los dineros que no alcanzan y los precios que, como decía el viejo Perón, subieron en el 2016 por el ascensor mientras los sueldos, a gatas, resoplan por la escalera. Eso es parte del menú. Se le agrega el excesivo porteñismo.

Este punto no lo entienden los colegas de las casas centrales. Les cabe. La otra cuestión negativa que tiene este gobierno es que es excesivamente unitario, excesivamente central, excesivamente porteño. Es la Muni porteña y el resto arrabales. Y el Gran Buenos Aires su karma. En realidad el sobrepeso del país. Esto espera a Macri, este es el menú de diciembre.

¿Como lo espera MM? Macri lo espera sentado en sus ideas, es un hombre con una ideología muy clara; este es el gobierno ideológicamente más claro desde el 83 a la fecha, todos los que pertenecen al núcleo duro del gobierno de Macri son liberales, semi liberales y claramente conservadores.

Llegó donde está porque el voto popular es irrevocable, gracias a Dios. Y Dios y la virgen deben salvarnos de las revueltas populares ya programadas. Solo otro voto en tiempo y forma reformula el mandato. Punto. ¿Se entiende?

Es un gobierno claramente de centroderecha, si se quiere de centroderecha populista, no hay ninguno equivocado y no hay ninguno, en el gobierno de Macri, que tenga dudas, lo que tienen es —en algunos casos — pruritos. En otros hay remilgos y en todos precauciones. Ninguno de los que está en el gobierno de Macri tiene dudas de lo que debe hacer la «empresa país», que es lo que debe hacer el sector empresario y el sector obrero.

No es lo que más le gusta a muchos (48 por ciento) pero es lo que se votó y esa es la otra cuestión, a Macri le espera el 10 de diciembre de 2016 el balance sobre su primer año de gestión y en ese primer año de gestión hay conflictos laborales, problemas de inflación, problemas de gremios alzados, problemas industriales y un mundo que ya no requiere con tanta desesperación materias primas, como le tocó al último Duhalde y al primer Kirchner, de modo que los dineros que vengan ya no van a ser tantos por los granos y las carnes. A Mauricio le será mas difícil pensar un país a quince años, el país que no pensaron los de la monarquía populista, verdaderas cigarras de la soberbia y la maldad. Los dineros que entren por la venta de materias primas —commodities— grano y carne, van a ser flacos. Igual, pensar el país a futuro es su deuda. Vivir el presente no asegura el porvenir.

¿Con que se junta esto? Se junta con una realidad. No tenemos energía. Lo que llaman matriz energética está en falta/déficit; no producimos la energía que consumimos, tenemos que comprarla, es muy cara y en algunos casos ni por toda la plata del mundo te la venden. Argentina no tiene gas —todos queremos usarlo—, no tiene kilovatios —todos queremos usarlo— y de hecho no tiene combustible líquido para todo el transporte privado. Argentina tiene un déficit energético que no lo va a solucionar a diciembre, seguiremos en faltante. En el mostrador de la energía, el cartelito «no hay» trae encarecimiento e injusticia.

¿Es esto bueno o malo? Es lo que hay ¿Es esto producto de los Kirchner? En un alto porcentaje, es producto de ellos y en el otro porcentaje participan los PRO Cambiemos. Fueron chapuceros, creyeron que era broma gestionar el país, creyeron «bueno vamos a gobernar de lunes a viernes y el sábado nos vamos al country o a la casita en Pilar».

La República Argentina está en emergencia, el menú que tiene Macri para diciembre no es un menú de Navidad, es un menú de emergencia. ¿Cómo sale de la emergencia? Hasta ahora lo viene salvando que uno mira para atrás y lo que había era tan feo que uno dice «vamos con Macri». Así ganó.

¿Qué puede pasar en diciembre? Que un par de estallidos lo ayuden, porque ante la posibilidad de una convulsión social todos digamos otra vez: «Vamos con Macri que por lo menos es el orden».

La última y feroz disputa en diciembre para Macri es una de las disputas históricas en las sociedades modernas: Orden o Libertad. Sobre este asunto el compañero presidente tendría que leer al más importante pensador liberal del siglo XX, John Rawls, que dijo: «Es posible la libertad liberal con la justicia social». El asunto es, si se quiere, alocado. Los que suponen que el mercado manda, la oferta define y las libertades son el eje encontraron en este fulano (Teoría de la justicia. 1971) que la justicia social y la falta de equilibrio resuelta a favor los que menos tienen permitía sostener el liberalismo. ¿Habrá leído/estudiado a Perón el profesor de Harvard? Como sea, su libro «La Teoría de la Justicia» sería un buen regalo para fin de año. En el arbolito. En fin. Si lo lee antes mejor que mejor.

por Raúl Acosta
Fuente: La Capital Rosario