Más de medio millón de excluidos en la Asignación Universal por Hijo

Los padres a cargo no cumplen las condicionalidades de salud y educación para acceder al beneficio. Si se eliminan para pagar el subsidio, el plan desvirtúa una parte fundamental de su propósito.

Los padres a cargo no cumplen las condicionalidades de salud y educación para acceder al beneficio. Si se eliminan para pagar el subsidio, el plan desvirtúa una parte fundamental de su propósito.

Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) calculó que “habría 305 mil niños excluidos por falta de registro en la identidad de los padres. Otros 270 mil niños están excluidos por no haber presentado la Libreta de Asignacion Familiar con anterioridad al año 2016. Esto implica que habría unos 575 mil niños excluidos que representan el 15% del total de niños y jóvenes cubiertos « teóricamente» por el beneficio.

La entidad que dirige el economista Jorge Colina detalló que “el nivel de exclusión es alto” y que “en gran parte está asociado a fallas en la gestión pública. Por un lado, los procedimientos arcaicos que prevalecen en los registros civiles impiden a mucha gente acceder al registro de su identidad.

“Por el otro -insiste- hay procedimientos igual de arcaicos en Anses para controlar las condicionalidades. Someter a las familias, centros de salud, escuelas y a la propia Anses a movilizar gran cantidad de papeles es muy costoso y nada eficaz. En la práctica, muchas familias quedan excluidas porque no fueron capaces de superar la burocracia, aunque hayan cumplido la condicionalidad. Otras, sin cumplir con la condicionalidad, siguieron cobrando porque tuvieron la habilidad de lidiar con el papeleo”.

Recuerda Idesa que la AUH ayuda asistencial a familias con hijos cuyos adultos no tengan empleo o lo tengan en la informalidad. El cobro es automático por el 80% de la prestación, mientras que el restante 20% está supeditado al cumplimiento de condicionalidades como control médico para los menores de 5 años y la asistencia a la escuela entre los 5 y 18 años de edad.

“Las condicionalidades buscan inducir a los padres a priorizar la salud y la educación de sus hijos. Desde el punto de vista conceptual, se trata promover una inversión de alto impacto en el futuro de los niños. Desde el punto de vista instrumental, los procedimientos que utiliza la ANSES para controlar las condicionalidades son primitivos”, señala el informe.

Por tal motivo “se obliga a las familias a presentar una Libreta de Asignación Familiar en formato papel donde el centro de salud o la escuela certifiquen que la familia cumplió con los controles médicos y la asistencia escolar de sus hijos”.

¿La solución? 

El gobierno anunció la extensión de la cobertura de la AUH “a los muchos niños y jóvenes que actualmente están excluidos”. Idesa expone que “algunos funcionarios y organizaciones abocadas al estudio y defensa de la infancia y la adolescencia cuestionan la existencia de la condicionalidad. Señalan que se penaliza al hijo por una negligencia de sus padres.

“El argumento -sostiene Idesa- pasa por alto que no son los hijos los que cobran la asignación, sino sus padres. En este sentido, la condicionalidad no es una carga sobre el niño o joven sino sobre los padres. Es a ellos a quienes se quiere inducir a que asuman la responsabilidad en el cuidado de sus hijos. Ciertamente que las problemáticas de las familias pobres son complejas y no siempre un incentivo económico alcanza para revertir situaciones muy adversas. Pero eliminar la contraprestación es un facilismo que llevaría a degradar la AUH equiparándola a un plan asistencialista más”.

Insiste en ese sentido que “no hay que cuestionar las condicionalidades sino la baja calidad de la gestión pública. En el estado actual de la tecnología no hay razón para que el Registro Civil funcione tan mal. Solo la desidia explica que todavía haya gente privada del derecho a la identidad. Tampoco hay motivos para que entre Anses y los sistemas de salud y educación provinciales no se intercambien información de manera digital para ejercer un control de manera permanente de las condicionalidades”.

PROGRESO SOCIAL

“Las condicionalidades en la AUH son una de las pocas innovaciones en materia de política asistencial. Eliminarlas convertiría a la AUH en un programa similar al Plan Trabajar de los `90, al Plan Jefes de Hogar del 2002 y muchos otros que actualmente se ejecutan con baja eficacia. En sentido contrario, con innovación en la gestión pública se puede convertir a la AUH en una herramienta que empuje al progreso social”.

Fuente: El Litoral