Más de novecientos carreros en Rosario ya optaron por reconvertir su actividad

No va más. El municipio ofrece alternativas a los cirujas para erradicar definitivamente la tracción a sangre.

No va más. El municipio ofrece alternativas a los cirujas para erradicar definitivamente la tracción a sangre.

Del total de inscriptos al programa Andando, 230 ya están trabajando en nuevos proyectos y ayer treinta grupos familiares recibieron una ayuda económica.

 

La erradicación de la tracción a sangre a través del Programa Andando avanza lentamente pero a paso firme. Así lo aseguró la subsecretaria de Economía Solidaria de la Municipalidad, Susana Bartolomé, luego de que ayer 30 familias entregaran sus caballos y se sumaran a otro tipo de emprendimientos. Esta vez, en la mayoría de los casos, se trató de microemprendimientos comerciales. «Trabajamos a paso sostenido», insistió la funcionaria, y recordó que del total de 1.500 carreros que se estima había en la ciudad, ya 950 se sumaron a la reconversión de su actividad y 230 están trabajando en algunas de las alternativas ofrecidas por el programa municipal.

La propuesta del municipio se presentó en febrero y se propone poner en vigencia la ordenanza aprobada en 2010 a partir de la cual quedó erradicada en la ciudad la tracción a sangre; y para eso, la intendenta Mónica Fein anunció una inversión de 8 millones de pesos en ayudas, subsidios, insumos, maquinarias y capacitación para que las familias dedicadas exclusivamente a la recolección y clasificación informal de residuos puedan encarar la transición hacia otros emprendimientos.

Hubo marchas, protestas, resistencias y reuniones en el Concejo Municipal durante el inicio del año, pero la subsecretaria de Economía Solidaria del municipio confirmó ayer que ya son 950 las familias que se sumaron al programa —la mayoría de ellas durante el período de inscripción en el ex predio de la Rural en el parque Independencia— y aseguró que el trabajo continúa ahora en la sede del área, en Buenos Aires 854, 4º piso.

De ese casi millar de familias, 230 ya decidieron cuál será el emprendimiento que pondrán en marcha y 180 entregaron efectivamente sus caballos al municipio. La diferencia está dada por las familias que están en lo que Bartolomé llamó «transición», es decir «personas que ya han definido su proyecto, que en muchos casos se están capacitando o están conformando cooperativas, pero aún no tienen garantizado su ingreso, entonces hasta tanto se les permite continuar trabajando con el animal con un permiso especial».

«El avance es sostenido y el trabajo está aceitado, y seguimos trabajando con muchas familias en la toma de la decisión», advirtió Bartolomé e indicó que «incluso estamos en charlas con quienes aún no se anotaron».

Otros 30. Fue en ese marco que ayer otras 30 familias se sumaron al programa y en el Museo de la Ciudad (Oroño al 2300) recibieron la ayuda económica para poder dar el puntapié inicial para dejar de trabajar en la recuperación de residuos y poner en marcha nuevos emprendimientos.

Los subsidios recibidos les permitirán comprar herramientas, maquinarias o reacondicionar los espacios para la puesta en marcha, en la mayoría de los casos, de iniciativas comerciales que funcionarán en sus propias casas.

«Es un proceso que si bien lleva tiempo, porque hablamos de una reconversión laboral y se trabaja con cada familia, viene dando respuesta en forma sostenida y sin demoras, teniendo en cuenta que esta es la sexta entrega desde que comenzamos, en el mes de febrero», recordó Bartolomé.

Así como en grupos anteriores las mayoría de las familias decidieron sumarse a la alternativa de continuar trabajando en la recolección y clasificación de residuos con bicicletas y rutas asignadas, esta vez la funcionaria indicó que primaron las opciones por los emprendimientos comerciales.

«La mayoría apuesta a un quiosco o un almacén, mientras que otros se definieron por microemprendimientos en carpintería, herrería —continuó la funcionaria—. Las mujeres se decidieron para el lado de la panadería o los proyectos textiles».

Control. El municipio sigue realizando controles, insta a los carreros a sumarse a la solución y en muchos casos retira a los animales de la calle.

Fuente: La Capital, Rosario