Más inflación y menos crecimiento

La guerra en Ucrania elevó los pronósticos de subas de precios en todo el mundo y redujo las perspectivas de avance del PBI.

La guerra en Ucrania elevó los pronósticos de subas de precios en todo el mundo y redujo las perspectivas de avance del PBI.

La guerra en Ucrania empeoró las perspectivas económicas globales. Según la OCDE, el conflicto podría elevar en 2,5 puntos la inflación mundial, hasta el 6,7 por ciento anual, al tiempo que redundaría en una merma del crecimiento del 1 por ciento. Por su parte, el FMI advirtió que los precios de los alimentos alcanzaron un nuevo récord mundial a raíz de la guerra y que los pobres serán los más afectados.

La OCDE estima que el crecimiento global sería del 3,5 por ciento este año y no de 4,5 por ciento, como estaba previsto hace unas pocas semanas. «Rusia y Ucrania representan casi un tercio de las exportaciones mundiales de trigo y son importantes productores de fertilizantes y metales utilizados en la industria como el níquel y el paladio», explicó el organismo, y detalló que «el trigo, los fertilizantes, el níquel y el maíz aumentaron 88 por ciento, 77 por ciento, 63 por ciento y 42 por ciento, respectivamente, desde enero hasta principios de esta semana». Asimismo, Rusia provee el 16 por ciento del gas natural mundial y el 11 por ciento del petróleo.

«La presión mundial en la oferta de commodities está exacerbando las disrupciones en las cadenas de suministro que provocó la pandemia, y posiblemente afecte a los consumidores y las empresas por un tiempo», afirmó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. Para la entidad, la suba en los precios de los alimentos podría causar un aumento en el hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo, mientras que el alza en los metales generaría inconvenientes sobre «un amplio rango de industrias, como la aeronáutica, automovilística y de chips». En tanto, el salto en los precios energéticos «impactará en los hogares y generará disrupciones en la producción de bienes y servicios en el mundo».

El FMI midió el impacto diferencial de la inflación en alimentos según el grado de desarrollo económico de los países. Mientras que para las economías avanzadas la participación de los alimentos representa aproximadamente el 17 por ciento del total del índice de precios al consumidor, en las regiones más pobres de África alcanza el 50 por ciento. En América latina, los precios de los alimentos representan cerca de un 23 por ciento de la canasta en los precios al consumidor.

«No sabemos aún cómo se desarrollará la guerra pero sabemos que va afectar la recuperación mundial y elevar la inflación», sostuvo la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone. Recomendó que los gobiernos apliquen «políticas monetarias que anclen las expectativas de inflación y medidas fiscales temporarias y focalizadas para amortiguar el impacto en los consumidores y empresas». Sugirió desplegar «transferencias monetarias temporarias dirigidas a los consumidores más vulnerables para mitigar la suba en los precios de la energía. Dichas medidas pueden ser financiadas, en algunos países, a través del cobro de impuestos de las ganancias extraordinarias generadas por la situación».

Fuente: Página 12