Mendoza: El rentable negocio de los «chancheros»
10/05/2014 MUNICIPIOSDetrás de la actividad de los “chancheros” que juntan residuos en la Ciudad, existe un rentable negocio del cual participan fantasmales empresarios y oportunistas funcionarios de la Municipalidad de Mendoza. El peligro de los criaderos clandestinos que carecen de control sanitario.
Cada día, un ejército de precarios camiones avanza por la Ciudad de Mendoza, emulando el trabajo de los recolectores de basura. Hay certeras diferencias con la labor de aquellos que hacen ese trabajo de manera profesional: principalmente, se trata de camiones desvencijados y, en muchos casos, sin chapa patente.
En segundo lugar, quienes acopian bolsas de basura de manera improvisada, lo hacen sin permiso y a sabiendas de que se trata de una actividad ilícita. Es más: se trata de una situación que ostenta un alto riesgo para quienes ejercen esta suerte de recolección, muchos de ellos menores de edad.
¿Quién controla ese descontrol, que florece a diario en las noches mendocinas? Es la pregunta del millón. Por lo pronto existen en la municipalidad de Mendoza normas puntuales contra el cirujeo que no son respetadas ni controladas por nadie. Por caso, dice el Código de Faltas local:
“Son prohibidos tanto el cirujeo como la entrega de residuos para el cirujeo por parte de cualquier establecimiento; tales conductas están sujetas a la aplicación de sanciones establecidas en el presente código (…) Constatado por parte del personal municipal el traslado clandestino de residuos urbanos de cualquier clase, el vehículo en infracción será detenido y trasladado a la Dirección de Servicios Públicos a efectos de proceder a descargar los residuos para su posterior transporte al sitio correspondiente a su Disposición Final”.
En los hechos, el Código comunal es “letra muerta”. Quien pueda albergar alguna duda al respecto, solo debe observar lo que ocurre cada noche después de las 21 y se dará cuenta de ello. A partir de esa hora, los precarios vehículos se multiplican por la Ciudad sin que a nadie ya le llame la atención. ¿Por qué habría de sorprender a alguien una situación que ocurre cada día y que se mezcla con la normal actividad de la Ciudad?
Primero lo primero: para entender por qué persiste en existir esta “recolección paralela”, debe saberse para qué se acopian tantas bolsas de basura. No es nada complicado: si se sigue el rastro de los camiones que hacen esa labor, se verá que se dirigen siempre a los mismos lugares, a puntuales criaderos de chanchos ubicados en El Challao y detrás del barrio La Favorita. También hay un par en Lavalle y Costa de Araujo, todos ellos carecientes del mínimo control bromatológico.
Allí recalan los improvisados vehículos cada noche, aportando lo que será la cena de los cerdos que se encuentran en esos criaderos.
Pero no es el único motivo de existir de esta actividad ilícita: los camiones “chancheros” alivian la tarea de la empresa de recolección de basura contratada por el municipio, que debe colectar mucho menos residuos que los que estipula el contrato firmado con la municipalidad oportunamente.
Haciendo historia
Hasta el año 2007, cuando llega Víctor Fayad a la intendencia de Mendoza, existía una persecución clara y concisa contra la actividad de los “chancheros”. Esto se termina por completo a partir de entonces, merced a la gestión del cuñado del jefe comunal, Carlos De Pasquale, hoy a cargo de la poderosa Dirección de Comercio e Inspección General.
“Entonces se quiso beneficiara la empresa de recolección de residuos, porque les alivian el trabajo a los camiones. Estamos hablando de la empresa Santa Elena…”, admitió a MDZ un histórico supervisor municipal.
-¿Eso qué quiere decir?
-Hay ciertos vínculos de esa empresa con Fayad, es un secreto a voces.
-¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
-Es obvio que se trata de un negocio redondo, ya que Santa Elena es adjudicataria de la limpieza y el retiro de residuos sólidos urbanos. A su vez, le cobra a la comuna por el trabajo de barrido limpieza de cunetas levantado de envanque y el retiro de los residuos domiciliarios y de la zona céntrica con una gran flota de camiones volcadores, barredores y camiones compactadores que tienen una capacidad de carga de aproximadamente 16 m3. No conozco la cantidad exacta de camiones que recorren la ciudad pero en mi opinión son escasos para la cantidad de residuos que se deben recolectar pero lo que sí es “jugoso” es el contrato que tiene la empresa, este contrato supera ampliamente el millón de pesos. Ahora, si vemos estos vehículos que circulan, vemos que estos se llevan lo que debería recolectar la empresa (que cobra por hacer esto). O sea, cobra para que otros lo hagan.
-¿Quién está detrás de los “chancheros?
-Hay que investigar a un tal Santibañez, es un tipo pesado.
-Imagino que debe tener buenos vínculos políticos…
-A eso iba: Santibañez es un puntero político de la muni, es conocido por todos. Es sabido que es amigo íntimo de De Pasquale.
-¿Dónde se dirigen los “chancheros” una vez que cargaron toda la basura?
-Van a criaderos que están en El Challao y detrás del barrio La Favorita. Hay otros que en Lavalle y Costa de Araujo, pero los principales son los primeros. Nadie los controla.
Detrás de las paredes
Tal cual puntualizó el informante comunal, la sombra que se yergue detrás de algunos de los criaderos es Santibañez, un hombre al que todos señalan con temor.
Es un “empresario” del barrio San Martín, dueño de algunos de los criaderos de cerdos que reciben la basura que juntan los camiones. Algunos de esos camiones incluso son de su propiedad.
Según tres fuentes independientes de la propia comuna, el gran secreto de Santibañez tiene que ver con su trabajo como puntero político de la Municipalidad de la Capital. Ello le permite moverse con total impunidad, sobre todo por sus contactos con De Pasquale y Diego Girón, este último un simple supervisor municipal que ostenta gran poder.
Gracias a esta “sociedad”, Santibañez se mueve como pez en el agua, violando varias normas locales sin que nadie le diga media palabra.
Ello deviene en una situación peligrosa, no solo por la actividad precaria de los “chancheros” sino también por la calidad de los cerdos que se engordan gracias a la basura capitalina. Siempre careciendo de control sanitario.
“Desde el punto de vista bromatológico es algo muy insano», admitió a MDZ el ex concejal Alberto Montbrún, quien agregó: “Conocí el tema de los ‘chancheros’ cuando me tocó conducir la política pertinente a esos temas entre los años 87 y 91; allí tuvimos que trabajar mucho y enfrentarnos a gente pesada”.
De manera similar se pronunció el edil Guillermo Mosso, quien reconoció que se trata de un problema de larga data en Mendoza.
Por qué está prohibido
El trabajo de los “chancheros” no solo se trata de una actividad ilícita, ya que el cirujeo está prohibido, sino que a su vez, ostenta un alto riesgo, ya que pone en peligro a quienes “levantan” la basura, muchos de ellos menores de edad.
El hoy concejal por la UCR, Dugar Chapel, a la sazón titular del sindicato de empleados municipales de la Ciudad de Mendoza, hizo un duro señalamiento contra los funcionarios de inspección de la Capital, al asegurar que «son los únicos que no ven este doble manejo de la basura; todos sabemos adónde va y que no cubre los cánones de seguridad.
Al mismo tiempo, el edil advirtió que «es un gran negocio que está bien identificado», en el cual se sabe «adónde van los camiones, adónde los descargan».
Y denunció: «Son menores de edad los que recolectan la basura».
Concluyendo
No son pocos los organismos de control que deberían intervenir en la cadena de control de los criaderos de cerdos: el SENASA, la Dirección de Higiene, la Dirección de Ganadería, y la Coprosamen, entre otros.
¿Qué tienen para decir los funcionarios al frente de esas dependencias? ¿Por qué nadie controlar esta oscura actividad?
Una frase que se hizo célebre en los años 90, asegura que “la corrupción mata”. Se trata de una metáfora, obviamente. Sin embargo, en este caso, puede volverse una amenaza literal.